Gigil

35 7 4
                                    

Chimon se rehusó a volver a ver a Nanon y ninguna súplica proveniente de First lograba hacerle cambiar de opinión. Para el chico de hebras oscuras el comportamiento de su amigo estaba siendo absurdo e inmaduro de su parte, Korapat le había asegurado y comprobado que sus sentimientos seguían intactos e incluso más fuertes que antes y su discapacidad no le importaba en lo más mínimo. Aun así, Wachirawit seguía considerándose un inútil y se rehusaba a ser una carga para Nanon, según él sólo le traería problemas y pesares a su vida. Sin embargo, él estaba seguro de que le traería más pesares apartándolo de su lado, ¡se notaba cuánto lo amaba! Y cuando el amor es real, no importan las dificultades porque entre los dos se darán apoyo mutuo y lograrán darle la insignificancia que merece.

Su relación amistosa con Ohm iba progresando, siguieron hablando por mensajes de texto para mantenerse informados de lo que ocurría desde ambos lados de la problemática, es decir, lo que opinaban sus amigos sobre la situación; de ese modo podrían saber a qué se enfrentarían y cómo deberían arreglar los inconvenientes futuros. Gracias a Pawat, First afianzó aun más la confianza depositada en Kirdpan y se prometió apoyarlo hasta las últimas circunstancias. El chico se encontraba sumamente ilusionado y feliz de haber encontrado al amor de su vida de nuevo, ansiaba el momento en que Chimon le permitiera volver a formar parte de su vida y ser felices, entregándose todo el amor que tenían para darse.

—Chimon, querido, ¿no quieres salir a comprar algo de ropa nueva? 

—¿Para qué querría más ropa si ya tengo la suficiente?—respondió sin ganas.

—Debes verte bonito.—Lo miró a los ojos, encontrando su mirada más penetrante de lo usual. —Más bonito de lo normal—se apresuró a corregir—, ¿alguna vez te he dicho lo apuesto que eres? ¡Por amor a los cielos, deja a Nanon y ven conmigo! —se llevó una mano al pecho mirándolo con notoriamente fingido amor mientras soltaba un suspiro demasiado exagerado.

—Eres demasiado tonto a veces, First. De veras me pregunto cómo es que tengo un amigo así.

—¿En serio piensas eso? —se llevó la mano al pecho de nuevo pero esa vez sí se sintió ofendido.

—Sí, no entiendo cómo alguien tan tontito como tú puede ser tan buen amigo. —Rio suavemente, sonó realmente adorable—¿Qué? ¿Crees que te diría que eres un mal amigo porque eres estúpido o algo así? Sé que en mis malos días soy insoportable pero no hiriente ni mentiroso. —Tomó una pausa y luego continuó. —Gracias por ser mi amigo a pesar de ser una molestia, First. Te quiero un montón.

—Sabía que eras insoportable pero no sentimental, ¡¿por qué no grabé esto?! —se limpió una lágrima falsa aunque en realidad sus ojitos estaban picando, realmente se esforzó para no llorar, se sintió conmovido aunque sus palabras fueran tan cortas; eran suficientes. —Sabes que te cuido con mucho gusto, Mon. También te quiero muchísimo. —Caminó hasta el susodicho y lo abrazó con fuerza.

—Ya, pero no me asfixies.

—Sabía que lo sentimental no te duraría nada. —Rio levemente y se separó, tomó asiento junto a él en un sillón. —Veamos una serie juntos, hay una que quiero ver desde hace un tiempo...

Luego de un rato en el que escogieron qué serie verían, First se levantó para preparar unas palomitas y aprovechó para revisar su teléfono, encontrando varios mensajes de Ohm en él en los que le pedía que hablara con Chimon para que accediera a ir a casa de Nanon y se reuniera con los demás, todos comenzaban a preguntarse por qué la actitud de este había cambiado considerablemente y Ohm se encontraba más serio y preocupado de lo normal. Aun así no querían darles la noticia, preferían que Chimon decidiera ir y los tomara por sorpresa. Primero, la reacción no sería la misma si lo supieran proviniendo de ellos. Y a eso debían agregarle que si decidía no ir, les habrían dado semejante noticia solamente para atormentarlos más.

—Mon, ¿crees que podemos tener una charla civilizada sobre tu visita a tus amigos?

—Nadie va a visitar a nadie y deberías tenerlo claro, First.

—Mon, tus amigos estarían felices de verte. Ponte en sus lugares aunque sea por un momento, por favor.

Chimon se quedó en silencio, por lo cual prosiguió. —Recuerda cuando creíste que Nanon había muerto, ¿acaso no te sentiste feliz cuando te enteraste de que no era así? Realmente sentiste que serías capaz de darlo todo porque de repente te dijeran que estaba vivo, atrévete a negármelo, Chimon Wachirawit.

—No, no lo negaré. Aun así no quiero.

—¡Deja de ser egoísta por un momento, hombre!

—¡Por pensar en ellos es que no voy! ¡No quiero que tengan un amigo así! Estoy muerto en vida, First. Soy un inútil. Es mejor que crean que morí completamente a que me miren en este estado y sientan compasión y pena de mí. No quiero que se vean forzados a aceptarme por lástima, por favor entiéndeme.

—¡Deja de suponer y permite que ellos decidan si aceptarte por lástima o por cariño! ¡No puedes quedarte con meras suposiciones, debes arriesgarte y comprobar lo que pasaría en realidad!

Corrió en dirección al baño negándose a continuar con esa conversación de la que sabría no obtendría nada. Tomó su teléfono y con rapidez buscó a Ohm entre sus contactos, luego de un par de timbres oyó su voz tras la línea y se apresuró a decirle que lo comunicara con su amigo. Luego de un par de segundos oyó la voz tranquila pero con un deje de preocupación de Nanon.

—Hola. ¿Ocurre algo con Chimon?

—No quiere verlos y parece que nada de lo que le diga lo hará cambiar de opinión. Tú y yo sabemos que si hay alguien que puede convencerlo de hacer lo que sea eres tú, así que ven cuando quieras y habla con él. Sigue teniendo tantas inseguridades que es imposible que se atreva a ir si sigue pensando de esa manera.

—Iré ahora. —Escuchó una voz desconocida casi inaudible que le decía que no podía dejarlos plantados, al parecer tenía planes. —Es urgente, Sing. Iré con ustedes otro día, no es como si les vaya a hacer mucha falta de todos modos. —No entendió nada del murmuro que oyó—Discúlpame, tenía algo que hacer pero no importa, estaré allá en menos de media hora.

Estaba seguro de que el trayecto era más largo pero no dijo nada, colgó la llamada y regresó a la sala de estar mientras esperaba pacientemente. Luego de alrededor de veinte minutos el timbre sonó y se levantó como alma que lleva el diablo a abrir la puerta, suspiró aliviado al ver a Nanon frente a él y luego de dejarlo pasar salió a la calle, una malteada le vendría bien.

—Hola, cariño.

Chimon se sobresaltó al oír la voz de Nanon, definitivamente no lo vio venir—Ho-Hola, Non.—Se sentía realmente nervioso.

—No pareces muy feliz de verme. —Se sentó a su lado y ladeó su cabeza obteniendo un panorama perfecto de su rostro.

—Simplemente no esperaba tu visita.

Giró su rostro temeroso para verlo a los ojos, aprovechó el silencio que se instauró en el recinto para apreciar las facciones de Korapat. Seguían tan maravillosas como siempre. Nanon notó su mirada fija en torno a su rostro y sonrió con verdaderas ganas enseñando los hoyuelos que Chimon amaba con todo su ser, siempre le pareció sumamente adorable. De repente sus dedos actuaron por sí solos y para cuando cayó en cuenta de lo que estaba haciendo, tenía las puntas de sus dedos índices sobre sus hoyuelos. Se sonrojó, pero en lugar de apartarse, pellizcó sus mejillas con suavidad y soltó una leve risita que fascinó a Nanon, quien afianzó su sonrisa si es que era posible sonreír aun más.

Simplemente se quedaron observándose con admiración y fascinación absoluta sin poder creer que el contrario siquiera fuera real, sin terminar de convencerse de que estaban ahí, juntos. Finalmente se habían reencontrado. Y por supuesto, se sentían asombrados y felices al notar que su amor por el otro realmente seguía intacto.

Desde hacía mucho tiempo ninguno era tan feliz como en ese momento.

❛ perenne ❜ ⚘ namonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora