Irusu

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El estado emocional de Chimon decayó por completo. Si antes tenía problemas de autoestima y depresión, ahora debía sumarle a eso que se convirtió en un suicida. First temía separarse de él siquiera un segundo porque eso sería suficiente para que Wachirawit decidiera acabar con su vida. Aunque intentó distraerlo con diferentes actividades, el más bajo siempre terminó llorando desconsolado y dándole la espalda. Se sintió inútil y fracasado al verlo de esa manera y notar que no había nada que pudiera hacer por él, después de todo fue él quien tomó semejante decisión tan absurda.

Sabía con certeza que aunque Chimon se empeñara en sacar a relucir los problemas que conllevaría retomar su relación con Nanon, en el fondo le alegraba en demasía y se encontraba esperanzado en lograr darle felicidad a su vida teniéndolo a su lado. No cabía duda de que ambos se amaban muchísimo y aunque exteriormente Wachirawit se encargara de alejar a Korapat, en su interior sólo quería con ansias aferrarse a él y que no lo soltara jamás.

Aun así, comprendía lo difícil que estaba siendo el asunto para Nanon. Él intentaba decirle a Chimon cuan preciado era para él y lo maravilloso que le resultaba tenerlo a su lado, pero debía ser realmente frustrante que se empeñara en negarlo. Y además, después de todo lo que hizo, cuando finalmente vio un avance, cuando sintió que por fin Chimon comenzaba a comprenderlo, lo alejó totalmente de una manera sumamente cruel. Incluso para un espectador como él la situación resultaba deprimente y estaba seguro de que Korapat renunciaría a la posibilidad de volver a estar junto al mayor. No hay peor ciego que el que no quiere ver. El ciego en este caso vendría siendo el susodicho.

—Mon, ¿qué quieres comer hoy? —Su única respuesta fue un leve movimiento de hombros. —Cocinaré lo que quieras para ti, tus deseos son órdenes.

—Lo que sea está bien.

—Hmm, revisaré en el menú si hay un platillo llamado lo que sea. —Posó como si estuviera descifrando el mayor de los acertijos. —Noup, no lo hay. —Fingió tristeza mientras negaba con la cabeza y se cruzaba de brazos.

—Qué mal, no comeremos nada entonces. De todos modos no tengo hambre. —Alzó sus hombros de nuevo restándole importancia mientras se sumía en su libro.

—Te has vuelto una persona tan difícil estos días, Chimon Wachirawit. ¡Tan difícil!

—Nadie te obliga a quedarte, First.

—Así como nadie me obliga a irme, Chimon. Ni sueñes con que te dejaré solo. Tendrás que soportarme hasta el fin de tus días.

—Te has vuelto una persona tan molesta, First Kanaphan. ¡Tan molesta!

—¿Estás usando mis hechizos contra mí, Potter? —Se llevó una mano al pecho.

—No lo sé, tú dime.

—Haré lo que yo quiera y si no te gusta no es mi problema. —Refunfuñó y se fue en dirección a la cocina, revisó su teléfono mientras lo hacía.

Se sorprendió y emocionó muchísimo al hallar un mensaje de Ohm en el cual le decía que había conversado con Nanon sobre lo ocurrido y este lo había tomado con calma, pensando las cosas correctamente y tomando una decisión apropiada. Se preguntó si acaso era posible que hiciera como si nada hubiera pasado y volviera a buscar a Chimon, la sola idea lo hizo chillar de la emoción y dar saltitos. Realmente todos en el mundo necesitaban a un Nanon en sus vidas, ese hombre era un amor de persona con su amigo y lo agradecía muchísimo. No cualquier persona decidía seguir al lado de su pareja si se encontrara en ese estado, la mayoría tiraría la toalla. Para hacerlo se requería de verdadero amor, no ese cariño común y pasajero que sentimos por cualquier persona que no nos ata a ellas ni nos hace sentir pertenencia, amor puro y real.

Un par de horas después, el timbre sonó. First sabía que Nanon tenía una copia de las llaves pero supuso que prefería hacerlo de esa manera, le pareció un buen gesto después de todo.

—¿Quién es? Nadie suele venir a visitarnos.

—Adivina quién es. —Sonrió.

—Si fuera adivino sería millonario, ya dime.

—La persona que más amas en el mundo, claro, después de mí. —Se burló esperando un bufido de regreso.

—No creo que mamá venga a visitarnos. —Su tono de voz era tan neutral que le daba escalofríos.

—Aparte de tus padres. —El que terminó bufando fue él.

—No sé de quién me hablas entonces.

El timbre sonó de nuevo, iba a abrir pero Chimon habló demandante de nuevo. —No te atrevas a abrir esa puerta, First, o te juro que te saco de aquí y no vuelves a verme en tu vida. Haz como que no estamos aquí.

—¿Q-Qué? ¿Cómo te atreves a decir esas cosas? Y deberías abrir, Chimon, estás haciendo de tu vida un infierno por decisión tuya, eres quien vuelve miserable tu vida, ni siquiera es culpa de los demás y sus comentarios, ¡eres tú quien decide si los escucha o no! Y más que eso, tú eres quien decide si eres feliz de una jodida vez o terminas de arruinarte. ¡Deja de hacerte la víctima porque en parte es tu culpa! Es suficiente, Chimon. En el fondo sabes que podrías ser feliz y retomar tu vida pero en lugar de actuar de manera que eso sea posible, sigues repitiéndote una y otra vez que no sirves para nada, ¿sabes qué? No, no lo haces. ¡No si no quieres! Puedes hacer todo lo que te propongas, pero aquí el problema es que no te propones nada y, en cambio, pones de excusa que no eres capaz, que no vales la pena, que eres inservible. ¡Deja de pensar en eso un segundo y piensa en lo que quieres, olvida lo que los demás dicen y presta atención a lo que tu corazón pide! Sabes que él no merece que le hagas esto, lo único que ha intentado todo este tiempo es ayudarte pero te rehúsas a aceptar su ayuda. Deja de ser egoísta con los demás y principalmente contigo mismo.—Habló tan rápido que temió haber sonado inentendible, solía pasarle de vez en cuando.

Chimon se quedó observando a la nada un par de minutos en los que se calmó, temió que Nanon ya no estuviera ahí pero en ese punto ya no le importaba, después hallaría la manera de reunirlos otra vez. Primero necesitaba que Wachirawit dejara la actitud pesimista y frustrante que había terminado adoptando. Estaba pensando en si debía sacarlo de su trance o no cuando lo observó empujar su silla de ruedas con suma lentitud hacia él, cuando lo tuvo más cerca notó que estaba llorando. A ese paso iba a morir a causa de una deshidratación, anotó mentalmente darle mucha agua luego.

—Odio quererte porque no puedo odiarte.

—Eso fue muy contradictorio.

—Gracias —susurró—, no puedo creer que soportes mis berrinches. Estoy siendo tan inmaduro ahora. —Sonrió de soslayo.

—También te quiero, Chimon. Y estoy seguro de que Nanon lo hace.

—Espero que sí.—Empuñó sus manos y respiró hondo. —De seguro ya se fue, ¿me llevarías a su apartamento? Aunque puede que no esté... Espera, ¿y-y si vino a quejarse o algo? First, pudo haber venido para decirme que me odia y-y no quiere vo-volver a verme, ¿qué haré si pasa eso? Oh, Dios, no podría soportar eso, Fi-First, tengo miedo, y-yo... —Kanaphan lo abrazó.

—No pienses en cosas malas, Mon. Todo estará bien. Si no te quiere al diablo, puedes superarlo. De todos modos no es la única persona en el planeta, la vida no acaba sin él. Pero vamos, seamos positivos. —Lo sintió asentir en su panza. —Iugh, llenaste mi camiseta de moquitos. —Lo molestó mientras acariciaba su cabello, recibió un pequeño pellizco como respuesta.

Chimon se separó y estaba a punto de abrir la puerta cuando se abrió sola, tanto Wachirawit como Nanon tenían sus manos sobre las manijas de esta y se quedaron paralizados al ver al contrario. First tosió para sacarlos de su ensoñación.

—Yo me voy, los dejo. Me cuidas al niño, con que me de una queja y eres hombre muerto.—Entrecerró los ojos queriendo sonar temible.

Llegó a una esquina y observó su casa, Nanon ya no estaba fuera. Dio pequeños saltitos y se dijo que era merecedor de un buen helado.

❛ perenne ❜ ⚘ namonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora