❛ perenne ❜ ⚘ namon

Hanker sore

Nanon pasaba con delicadeza sus dedos entre el cabello de Chimon, quien tenía los ojos cerrados, deleitándose con el toque.

—Mi vida, ¿me harías un favor enorme?

—Por supuesto, ¿qué ocurre?

—¿Visitarías a los chicos?

—Non, yo realmente no me siento capaz de hacerlo. Por favor no insistas.

—Te lo ruego. Mira, si te sientes incómodo te sacaré de allí en un segundo, lo prometo.

—Non, ¿de verdad crees que ellos querrían a un amigo así? Seamos realistas, soy un estorbo para cualquiera. Ni siquiera importa nuestra historia, unos buenos recuerdos no van a hacer más amena la tortura de soportarme. Soy una carga.

—Por favor créeme, no eres una carga. Por lo menos no para mí. Jamás serías una carga ni me torturaría soportarte—hizo comillas con sus dedos—porque en cambio me hace muy pero muy feliz.

—No me mientas.—Replicó en un hilo de voz.

—No te estoy mintiendo, amor mío. Y así como tu presencia solamente alegra mi vida y jamás me molestaría, estoy seguro de que los demás estarán supremamente felices de verte. Tú mismo te alejas de todo y de todos, eres tú quien se cataloga como alguien inútil o un estorbo. No lo eres, necesitas entenderlo.

Chimon comenzó a llorar y rápidamente Nanon se posó junto a él y lo abrazó, acariciando su cabello y espalda intentando calmarlo. —No llores, cariño.

—Perdón —susurró.

—No tengo nada que perdonarte, no te disculpes. Por favor cálmate, no me gusta verte así.

—Lamento ser tan débil y desconfiado de mí mismo, de verdad quisiera pensar de otra manera pero me es imposible. No puedo evitar pensar que sólo seré un estorbo para ti, para ellos, incluso para First aunque sea su trabajo cuidarme. Los comentarios de las personas no ayudan mucho a cambiarlo de todos modos. —Su voz era casi inaudible pero al estar tan cerca pudo oírlo con claridad.

—Haz oídos sordos a esas personas. Solamente se fijan en las apariencias y no tienen humanidad, si supieran lo maravilloso que eres no dirían tantas palabras hirientes. Los demás ni siquiera tienen derecho a decir nada, no te conocen, no conocen tu historia, no saben por todas las dificultades que has pasado ni las capacidades que tenías antes, mucho menos las que has desarrollado ahora. Si supieran cuan fuerte y valiente eres para seguir viviendo, continuar luchando por tu vida aunque para ti no sea la mejor y no decidir rendirte como muchos otros, te admirarían en lugar de criticarte. Deja que los ignorantes hablen, siempre habrán personas que critiquen lo que haces aunque sean buenas acciones. Lo único que importa es lo que pienses tú, qué tan bien te sientas con lo que haces o cómo eres.

—Pe-Pero siento que... dicen la verdad. —Una lagrima se deslizó con lentitud por su mejilla, automáticamente Nanon la limpió con su pulgar.

—Mi cielo, mírame. —Tomó su barbilla con una de sus manos y con delicadeza lo forzó a hacerlo. —No es así. Créeme que no lo es. Sí, es verdad, se te dificulta más hacer ciertas cosas y para ello necesitarás ayuda de alguien. Pero mi amor, para eso estaré aquí. Estaremos juntos y eso implica apoyarnos, prometimos estar juntos en los momentos buenos y malos y pienso cumplirlo, porque te amo muchísimo y no me molesta en lo absoluto ayudarte. Lo haré con todo el amor del mundo. Jamás serás una carga para mí y mucho menos un inútil, te considero una persona grandiosa digna de admirar. Dime, ¿importa más lo que piensen las personas a tu alrededor, quienes conocen tu verdadero ser, o la opinión de unos desconocidos que no saben nada sobre ti?

—Me importa más lo que pienses tú —susurró, Nanon sonrió a más no poder y lo abrazó.

—¿Vendrás conmigo?