Inconmensurable

33 5 0
                                    

Chimon miró la pantalla de su teléfono por varios segundos hasta que finalmente decidió llamar. El tono sonó un par de veces y luego se oyó la voz suave de Jane al otro lado de la línea, se sintió nervioso y ansioso, lo cual era extraño, tomando en cuenta que debería sentirse confiado. En otros tiempos no habría dudado un segundo en llamar a su mejor amiga —si es que aún podía considerarla de esa manera—. Jane fue su primer amiga, él prefirió mantenerse alejado de sus compañeros durante toda su formación académica hasta que la conoció, aquella chica radiante se acercó a él de repente y le ofreció un aperitivo que dudoso tomó y luego le habló tan naturalmente que parecían amigos de toda la vida. Le tomó por sorpresa pero terminó respondiéndole de igual manera, su cercanía terminó volviéndose cotidiana y familiar con rapidez, y tiempo después simplemente eran inseparables. Con el tiempo su círculo social terminó expandiéndose y le asombra cuánto lo hizo, jamás creyó que sería de esa manera.

—Hola, ¿quién habla?

—Ho-Hola, Jane.

—Ah, Chimon. ¿Cómo estás?

—Bien, supongo ¿tú?

—Bien.

—Me alegra que sea así.

—Igualmente.

Se instauró un silencio incómodo. —Jane, ¿te molesta... volver a verme?

—¿Qué? No, en lo absoluto, ¿por qué me molestaría? De hecho es... muy bueno.

Se sintió triste con tan solo pensar que no sonaba creíble. —Qué bueno, es que... realmente no lo parecía.

—Chimon, ¿puedo preguntarte algo?

—Sí, claro que sí.

—¿Amas a Nanon?

—Por supuesto que sí.

—¿Estás seguro de que él te ama a ti?

—Yo... su-supongo que sí, es decir, él me lo dijo y-y le creo.

—¿Crees que realmente lo mereces?

—¿Q-Qué?

—Es decir, mírate Chimon, ¿realmente puedes ser un buen novio mientras eres una carga para él? ¿Podrías serlo mientras estás así?

—Jane, por favor no hagas esto. Podría soportar esto de cualquiera excepto tú. —Cerró los ojos e intentó respirar, sintió una opresión en el pecho que volvió su respiración irregular aunque intentó calmarse para evitar hiperventilar.

—¿Esto? ¿Qué es esto para ti? ¿Decir la verdad?

Mordió su labio inferior hasta hacerlo sangrar mientras intentaba no llorar, aunque le fue inevitable. —Yo no soy una carga. —Soltó en un hilo de voz.

—Claro que lo eres, ya no puedes hacer todo tú solo, lo necesitas para todo y eso solo te vuelve una carga en su vida. Eres verdaderamente egoísta al seguir reteniéndolo a tu lado, deberías dejarlo ir y permitirle que encuentre a alguien que valga la pena. Nunca debiste volver. —Le aterró lo serena que sonó su voz al decirlo.

—So-Solo eres como los demás, no-no...—se detuvo de golpe. Quizás tenía razón. Nanon dijo que lo único que importaba era la opinión de quienes realmente te conocían y Jane lo hacía a la perfección.

La escuchó reír tras la línea. —En el fondo sabes que lo que digo es cierto. Probablemente Nanon te lo haya dicho, él me gusta y definitivamente será mío. No eres competencia para mí, no en el estado en el que estás. En este momento valgo mucho más que tú.

—¿Por qué me estás haciendo esto? Éramos amigos.

—Tú lo dijiste. Éramos. —Colgó.

First había salido a comprar aperitivos para pasar una tarde agradable con Chimon, al regresar a casa lo encontró hecho un mar de lágrimas tirado en el suelo del baño mientras buscaba con desesperación algo en el mueble del baño. Tiró las bolsas en la mesa central y salió corriendo en su dirección, lo cargó en sus brazos aunque le costó hacerlo y lo llevó hasta su cama. No dejaba de llorar y aruñar sus brazos, removiéndose mientras balbuceaba incoherencias. Su cabello estaba desordenado al igual que su ropa, sus ojos se veían hinchados y su nariz roja. Sintió ganas de llorar con tan solo verlo. Con cuidado colocó sus rodillas a los costados de la cadera ajena y le sujetó los brazos con fuerza pero procurando no lastimarlo.

—Necesito que te detengas y calmes. —Wachirawit se rehusó a mirarlo directamente a los ojos. —¿Qué estabas buscando en el baño?

—No te importa. —Susurró.

—Si te pregunto es porque me importa. Me importas—corrigió—, muchísimo, así que por favor dime.

—¿En dónde guardas las cuchillas?

—No me digas que estás desesperado por querer depilar tus cejas. —Rio irónico.

—Ojalá mi problema fuera algo como eso.

Se abofeteó mentalmente por ser tan lento en comprender las cosas. —Chimon Wachirawit, ¿en qué diablos estabas pensando?

—Descuida, te dejaré mi herencia para que no tengas que trabajar.

—¿Qué diablos estás diciendo? ¿crees que eso me importa?

—Ya te lo he dicho, solo estás aquí porque es tu trabajo. En el futuro no aceptes un trabajo molesto solamente por necesitar uno, busca algo que sea realmente agradable.

—Cuidarte no es un trabajo molesto, es muy agradable.

—No me mientas por piedad.

—No lo estoy haciendo.

De repente escuchó la puerta principal abrirse y recordó que le había dado una copia de las llaves a Nanon para que pudiera visitar a Chimon en cualquier momento. Dedujo que en cualquier momento llegaría a la habitación y prefería evitar malos entendidos así que iba a pararse, pero Chimon se lo impidió. Lo observó extrañado e iba a preguntarle qué le pasaba, cuando la voz cautelosa de Korapat resonó en la estancia.

—¿Interrumpo algo?

—Sí, vete.

Frunció el ceño y estaba a punto de reprocharle su reacción, pero de repente los fríos dedos de Chimon se posaron en su rostro y lo atrajeron al del contrario, en un parpadeo se encontraba besándolo. Se quedó petrificado al notarlo, tardó un segundo en caer en la realidad y usó toda su fuerza para alejarse con rapidez. Al voltearse, Nanon ya no estaba ahí. Oyó el sonido brusco de la puerta siendo azotada y los sollozos de Chimon abarcándolo todo.

—Esto está tan jodido. Le has hecho un daño inconmensurable, Chimon, Realmente lo has hecho y lo peor de todo esto es que él ni siquiera lo merece.

Lloró más fuerte aún si es que era posible. Se sintió incapaz de hacer algo más que llorar y las ganas de acabar con toda su miseria de una vez por todas le resultó sumamente provocativa.

❛ perenne ❜ ⚘ namonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora