Redux (traducción) ABDL

Capítulo 16

Cas sabía que estaba caminando de puntillas por la casa. Prácticamente se arrastraba por las paredes tratando desesperadamente de estar callado y no despertar a Dean. El agotamiento había filtrado el color de sus ya rubias y pecosas mejillas y había dejado un par de impresionantes bolsas de color gris púrpura debajo de cada ojo. Los pequeños nunca deberían verse tan cansados ​​y agotados. Deben ser despreocupados y felices. Deberían estar jugando.

Dean no había sido ninguna de esas cosas. Los dolorosos recuerdos de los sollozos confusos y de pánico de Dean de la noche anterior hicieron que el pecho de Cas le doliera mucho. No ha tenido nada que hacer excepto abrazarlo con fuerza y ​​tratar de tranquilizarlo. Dudaba que Dean hubiera sido lo suficientemente consciente como para entender siquiera gran parte de eso.

Cas se asomó a la sala de estar y vio el bulto inmóvil y silencioso que aún estaba enrollado en el sofá profundamente dormido. La manta estaba apretada alrededor de Dean, oscureciendo gran parte de su rostro. Parecía tranquilo. Cas deseaba desesperadamente que se mantuviera así. Sin embargo, sabía que había pocas posibilidades de que eso ocurriera. En el momento en que Dean se despertara, todo el día sería un desastre. No tenía idea de cómo Dean respondería al estar a solas con él en su casa. Gabe había estado tan seguro de que sería la seguridad y protección que Dean necesitaba. Cas no pudo evitar dudar. Todavía fue un gran cambio. Otro gran cambio. Dean ya había tenido su parte justa de esos.

Cas se frotó el labio inferior pensativamente y se dirigió de puntillas a la cocina. Silenciosamente se puso a trabajar en el desayuno. No se apresuraría a despertar a Dean para comer, pero no había nada de malo en tener todo listo. Tal vez la seguridad de un desayuno caliente y listo sería suficiente para distraer a Dean de cualquier ansiedad que enfrentaría cuando se despertara.

Fue reconfortante en cierto modo. Huevos revueltos. Mojar tostadas. Poniendo su café a colar. Rara vez estaba en casa lo suficiente por las mañanas para molestarse con un desayuno de verdad. El trabajo a menudo lo alejaba temprano de su casa con apenas tiempo suficiente para un desayuno y un café Dunkin '.

Esto estuvo bien. Cas tomó un sorbo de su café y respiró el dulce vapor. No podía recordar la última vez que había tenido esto.

Gritos suaves golpearon sus oídos como agua hirviendo. Corrió a la sala de estar, aterrorizado, juntando sus tripas. Dean estaba tirado en el suelo, enredado en mantas y llorando miserablemente. Parecía aterrorizado como si aún no estuviera completamente despierto. A Cas le dolía el pecho al verlo y tuvo que obligarse a no apresurarse a abrazarlo. Lo asustaría demasiado. Se movía con cuidado y paciencia como si se acercara a un tímido cervatillo. Fue lento y gentil cuando abrazó a Dean contra su pecho. Lo sintió ponerse rígido pero casi instantáneamente se relajó en el abrazo. Estaba tan hambriento de tacto. "Oh, cariño, está bien", murmuró en el cabello húmedo y sudoroso de Dean. "¿Te caíste del sofá y te golpeaste la cabeza?" Hubo un asentimiento espasmódico y miserable y Dean se acurrucó más cerca. "Está bien, cariño. Vamos".

Dean estaba flácido y consintiendo cuando Cas lo ayudó a volver a sentarse en el sofá y lo acurrucó contra su costado. La manta estaba colocada sobre él y Cas lo meció suavemente. Los sollozos de Dean parecieron desvanecerse ante el movimiento calmante. Cas mantuvo la calma. No tenía prisa. Dean podía tomarse todo el tiempo que necesitara para calmarse. Lentamente, los sollozos se desvanecieron en el silencio con solo un hipo ocasional. Dean lo estaba mirando sutilmente desde donde su rostro estaba aplastado contra el costado de Cas. Sus mejillas todavía estaban rojas e hinchadas, pero sus ojos eran conscientes. Cas murmuro pensativo. ¿Era grande o pequeño? ¿O, Dios no lo quiera, atrapado en la tierra de nadie de entre-espacios?

"Dean, ¿eres grande ahora?"

Levantó la cabeza lo suficiente para encontrarse con la mirada de Cas por completo, aunque era solo un ojo tímido. Fue suficiente respuesta.