Capitulo 2

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La puerta fue derribada y YoonGi solo pudo dar un salto, vio entrar a una de esas criaturas. El miedo lo paralizó por completo, le faltaba un brazo, tenía sangre escurriendo, su piel gris representaba el que obviamente dejó de estar vivo hace varias horas.
Esa cosa empezó a acercarse a la orilla de la azotea.

YoonGi vio una oportunidad, no la iba a desaprovechar. En cuanto la cosa se encontraba al borde salió lo más sigiloso que puso y le dio una patada. Haciendo que callera varios pisos hasta abajo.

Salió de la azotea, levantando la madera como si fuera un bate de baseball. Por poco tira su "bate" cuando vio los pasillos llenos de sangre, partes de lo que alguna vez fueron personas.
Incluso al dar un paso piso lo que él creía era un ojo.

Se recompuso rápidamente y siguió su camino. Sería casi suicidio salir por la entrada principal, y la salida probablemente estaba igual o peor.

Pensándolo bien supuestamente seguía en el horario de clases. No tendría que haber nadie en el comedor. Además las persona preferían comer afuera. Así qué con paso decidido fue corriendo a el comedor. Abrió las puertas con cuidado, había uno que otro cuerpo pero estaban tirados.

Se dirigió directamente a la cocina, esta contaba con ventanas que dejaban salir el humo a la hora de cocinar.

No había nadie, eso no fue extraño, supuso qué tal vez todos los cocineros huyeron cuando empezaron a escuchar los gritos.

Caminando vio una barra de chocolate tirada, bueno que más da, pensó mientras la guardaba en su pantalón. En la cocina vio las ventanas así que subió a un mueble y salió. Afuera se veía mucho peor que adentro. Pero pensó que podía ser peor. Tenía miedo si, pero había prioridades en ese momento. Con el bate en alto camino rodeamos la entrada principal para al final llegar a unas cuantas calles enfrente de lo que sería la entrada principal.

Pudo ver como el cuerpo de la chica que vio antes estaba a la mitad y sin importar eso todavía se movía, arrastrándose con sus manos,

— Asqueroso — pensó mientras la veía, y sin más se dedicó a correr hasta donde se encontraba su casa. Vivía solo así que no abría problemas, sería un sitio seguro por decirlo así.

En su camino solo vio caos y más caos. Carros estrellados contra postes de luz que se milagro no habían caído. Claro que no faltaban los cadaveres y sangre esparcida por el suelo. Quizo vomitar en cuanto el olor a sangre y putrefacción llegaron a su nariz, pero se contuvo.

Apresurando el paso, corrió, todavía podía escuchar gritos de ayuda y de dolor. Pero realmente no quería pensar en nada de eso continuo lo más rápido que pudo. Estando enfrente de su casa cerró la puerta con llave, cerró cortinas y puso muebles donde pensaba que esas cosas podían entrar, fue consiente de que eran fuertes aunque no lo parecieran, uno solo pudo derribar la puerta de la azotea, así que prefirió no correr riesgos.

En cuanto pudo descansar, se tiro al piso.

—¿Que demonios está pasando?, ¿Que son esas cosas? — el recordar a esas bestias putrefactas hizo que fuera corriendo al baño para desechar su desayuno, se había contenido todo el camino de regreso a casa. Cuando acabo, se lavo los dientes y fue a la cocina por un vaso de agua, lo tomo de un solo trago fue a su cuarto y cerró la puerta. Se dejó caer en la cama, todavía estaba algo nervioso así que saco el chocolate que había tomado del comedor y empezó a comérselo.

Al acabar estaba un poco más calmado. Tenía que pensar en qué haría de ahora en adelante, pero el estaba muy cansado las noches sin dormir le estaban sacando factura. Decidió dormir solo un poco su cuarto estaba en el segundo piso, ninguna criatura podría alcanzarla ventana de ahí.

Su tenso cuerpo cayó en el colchón, se acomodó y sin apenas darse cuenta cayó rendido.

Ruido, mucho ruido, eso lo despertó aunque se escuchara lejos era preocupante. No quería seguir ahí para cuando las criaturas escucharan todo ese escándalo. Se puso a pensar en lo que necesitaría para su viaje en busca de un lugar alejado de las criaturas, tomando en cuenta que atacaban a cuál quiere ser vivo y que con una mordida se convertirías en uno de ellos, lo más seguro es estar completamente alejado de los lugares donde se encuentre más gente.

Busco una mochila más grande y empezó a guardar todo lo que podría serle útil, encontró unas botellas de agua no podría llevarlas todas ocuparían mucho espacio, entonces vacío la mayoría de botellas en un termo. Dobló ropa para invierno lo más pequeño que se pudiera, además de algunos cambios más de ropa.

Tenía comida enlatada e instantánea, si vivía solo no se preocupaba lo suficiente en lo que comería así que en esta ocasión eso fue un punto a su favor.

Antes de partir puso a cargar su celular, tal vez no hubiera línea no lo sabía ni había llamado a nadie, pero la música lo calmaba en momentos de estrés y desde ahora probablemente viviría en el estrés.

Guardo su cargador, audífonos y celular una vez esté estuvo cargado, una linterna por si lo necesitaba más tarde y de su cocina agarro algunos cuchillos que guardo en la mochila. Antes de salir vio en la mesita del comedor unas mandarinas tomo las tres y guardo dos.

Así que aquí estaba YoonGi con una mandarina en su mano y su bate en otro dio un suspiro y abrió la puerta.

Vamos a sobrevivir [Kookgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora