Advertencia: las edades de los personajes se las pondré yo, no tendrán la edad del manga y/o anime.
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La mañana en Konoha era fresca. Había poco viento, pero era tan frío que la mayoría estaba en chaquetas abrigadas, y eso que era primavera. Era una mañana agitada, como siempre en Japón. Las personas caminaban apuradas de un lado a otro, como si temieran llegar tarde a algún lugar. Sus rostros no mostraban expresión alguna, ya que estaban enfocados en éso que los tenía tan ansiosos. Claro que siempre había una excepción, y ese era Deidara Kamiruzu, quien tenía una expresión que gritaba de todo, menos amabilidad.
Deidara era un chico rubio de diecisiete años, con unos ojos azules que encantaban a cualquier chica..., y chico. Su personalidad no era la mejor, solía tener una antipatía mayor a la de las personas antipáticas, y detestaba a los extrovertidos, siempre tan alegres y eufóricos ellos, los odiaba. Amaba el arte, sobre todo, moldear arcilla. Y tenía "mucha" paciencia, un minuto aguantando estupideces ya era demasiado para él.
—¡Ya déjame en paz! —gritó alterado. Hacía diez segundos que le estaban toqueteando el trasero y ya se había cansado. La mano que se encontraba en ésa zona se retiró apenas escuchó el chillido.
—¿Quién fue? —volvió a hablar el rubio, nadie le respondió—. Malditos pervertidos, por eso nadie visita este pueblo de porquería, si son todos unos depravados —exclamó alto. Todos los presentes lo miraron de reojo, pero nadie dijo nada.
Deidara tenía ese tipo de personalidad, sí, era antipático, pero no le molestaba decir lo que pensaba. Durante su estadía en la preparatoria había conseguido muchas peleas por decir sus pensamientos, y, aunque casi siempre perdía y se ganaba unas buenas palizas, nunca se acobardó ante una.
El metro se detuvo en la estación "Konoha" y el rubio se bajó. Caminó tres cuadras para, en la calle 17, encontrarse con su mejor amigo, Obito Uchiha.
Obito era un adolescente de dieciséis años, uno menos que Deidara, lo que llevaba a que este último fuera llamado "Sempai".
El Uchiha poseía cabello negro y ojos del mismo color. Su actitud era opuesta a su mejor amigo, Obito era extrovertido (el único que le caía bien a Deidara), tenía una sonrisa contagiosa, y también era un poco, bastante, distraído, no se daba cuenta rápidamente de los sentimientos de los demás.
El rubio y el pelinegro se habían conocido el primer día de primaria. Obito había sido marginado por sus compañeros por ser un año adelantado. El salón entero, a espaldas de la maestra, lo llamó "nerd" e hizo llorar al pelinegro; quizá no era algo tan grave, pero para un niño de cinco años era un insulto. Deidara al verlo llorar, se acercó para, a palma abierta, golpearlo en la cabeza.
"Llorón", le había dicho, "si tanto te molesta que te digan eso, tú diles burros".
Desde ese día, Obito nunca se separó de Deidara. Juntos jugaron toda la primaria, y eso no había cambiado en la preparatoria.
—¡Smghai! —gritó inentendible, con la boca llena de comida, Obito.
—¿Qué hay? —saludó Deidara cuando llegó a su lado. El rubio colocó su mochila en la canasta de la bicicleta del pelinegro y comenzó a caminar hasta el colegio.
—No me deje atrás, sempai —dijo Obito, haciendo un mohín.
—Caminas muy lento, y ya te dije que no me hables formalmente, Tobi —rodó los ojos.
Tobi era el apodo del pelinegro que sólo ellos dos conocían.
—Pero ya estoy algo acostumbrado a llamarte así, Dei —replicó, mientras se rascaba la nuca.
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Volverte a ver (Obidei)
FanfictionDeidara siente algo por Obito, Obito no sabe de los sentimientos de Deidara. Deidara odia a los populares, Obito quiere pertenecer a ellos. Deidara se confiesa a Obito, Obito ya había cambiado. ○○○ Los personajes y...