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Maratón 1/2

Caminando uno al lado del otro, ambos adolescentes iban en silencio, mirando a los costados, con cero intensiones de hacer contacto visual.

NaYeon aclaró su garganta — Asique — Pronunció, con la vista hacia adelante — ¿Como te va con las notas? — Preguntó torpemente.

— ¿Ah? Umh, supongo que bien — Rió el pelirrojo — ¿Y a ti?

— Bien también, o bueno, no tan bien — Admitió — Ya sabes, es como... ¿Normal? — Vaciló, avergonsandose de ella misma, y de lo ridícula que se sentía.

Él asintió con la cabeza — Me alegro por ti.

Y de nuevo, el silencio se apoderó de ellos.

Im intentaba parecer tranquila, como si en realidad no estuviese muriendo por dentro, pero cuando el chico que te gusta esta a tu lado, esa se vuelve una tarea algo difícil.

— ¿Ya tienes con quién-

— ¿Por qué te-

Hablaron al mismo tiempo interrumpiendose el uno al otro, para seguidamente, reír suavemente.

— Lo siento, ¿qué decías? — Dijo la castaña.

— N-no era nada importante, ¿qué ibas a preguntar tu? — Quiso saber.

— Bueno, en realidad te iba a preguntar porqué decidiste teñirte el cabello, pero luego me arrepentí y-

— Oh, respecto a eso — La interrumpió, volviendo a soltar una risa nerviosa — Realmente no me gusta el rojo, yo... En realidad perdí una apuesta — Confesó.

— ¿En serio?, ¿cuál sería el contexto? — Indagó curiosa. No había tenido en mente esa idea.

— Ya sabes, lo que pasa es que mis amigos me retaron a hacer algo... Muy vergonzoso, lo cual claramente no hice, pero en fin, aquí estamos — Argumentó, colocando las manos en sus bolsillos.

— ¿Y qué tenías que hacer? — Indagó.

— Yo, bueno, no se cómo decirlo — Vaciló — Tenía que besar a un profesor — Escupió rápidamente, dejando ver un superficial rubor en sus mejillas.

NaYeon no aguantó ni un segundo, y estalló en carcajadas, golpeando varias veces el hombro de Jeon sin darse cuenta, pues como éste era un hábito suyo, lo pasó por alto.

Aunque al percatarse de ello, de inmediato paró de reir, y bajó su mano.

— L-lo siento, es mi costumbre — Admitió, deteniéndose frente a una esquina, donde el semáforo estaba en verde, y los vehículos le impedían el paso.

— No te preocupes, esta bien — Aclaró, dedicándole una sonrisa.

Pero las escenas con arcoiris y brillitos durán sólo cinco segundos, pues cuando la muchacha le devolvió la sonrisa, y sintió una rara conexión entre sí, un auto pasó delante de ellos, salpicandoles agua de un charco enfre suyo.

— Debes estar bromeando — Maldijo la más baja.

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Nimin_36

Pepero Day ¬ NaKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora