Another day [YunGi]

חָמֵשׁ

De vuelta a casa, recordó cuando era solo un niño, cuando todo era felicidad y no se preocupaba por nada. Su familia estaba bien. Su padre lo quería. Su madre estaba con ellos. Él era feliz. Desearía volver a ser un niño, en ese entonces todo estaba bien. Recordó una lindo viaje familiar, estaban con la familia de padre, todos estaban en la playa, estaba jugando con sus primos, llenos de agua y arena, con el sol quemando sobre su piel, pero esto no importaba, nada de eso importaba porque estaba verdaderamente feliz.

Después de que se enteraron de la orientación de Mingi y de que su madre los abandonara, la familia de su padre les había dado la espalda, momentos así no se volverían a repetir.

Aún no entendía porque se habían alejado pro su culpa, ¿Que había hecho mal? ¿Amar estaba mal? no fue por su culpa que su madre se fuera de la casa. No fue su culpa que su padre se volviera un alcohólico, ¿Entonces por qué tenía que aguantar todo esto? ¿Estaba pagando algún karma? 

Cansado de todo, llegó a su casa y subió directamente a su cuarto. Su padre no estaba en casa, pero aún así cerró la puerta con llave, y se encerró en el baño. Sabía que no estaba bien, que no debía hacer esto, pero el único alivio que podía encontrar era pasando esa fina hoja de metal filoso por su piel, dejo de hacerlo en sus muñecas, o Yunho y Chan, su psicólogo, se darían cuenta, no quería mentirles, pero no quería preocuparlos. Ahora su vientre se encontraba lleno de cicatrices, no le importaba, no si podía sentirse un poco mejor después de hacerlo.

Después de algunos minutos de estar acurrucado en el piso del baño, tomo una ducha, el agua hacía arder las heridas, haciendo que lagrimas salieran de sus ojos, pero en realidad no le dolía. No podía dolerle nada cuando estaba muerto por dentro.

Salió del cuarto de baño con su pijama puesta y se acostó en la cama, mirando al techo. Esa noche no esperaría a su padre, ya estaba cansado, todos los días la misma rutina se repetía, sabía que no iba a llegar, dudaba que su padre hubiera estado en la casa en la última semana.

Cerro sus ojos, intentando dormir para no tener que sentir nada, dormir era uno de los pocos escapes que tenía para no sentir más dolor, más tristeza. 

Después de algunas horas pudo conciliar el sueño. No soñó nada, como era costumbre.

La molesta alarma sonó, interrumpiendo su sueño, se levantó demasiado rápido, puesto que la alarma lo había asustado, debido a ello, sintió un pequeño mareo, que lo hizo caer al suelo.

Otro día sin sentido se volvía a repetir.