Discusión

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El aire se respiraba frío cuando Han Jisung salió tambaleándose del interior del edificio y se refugió bajo el techo de una farmacia cerrada, olor a lluvia picando en sus fosas nasales y haciendo que él se sintiera rápidamente consciente del pegote asqueroso dentro de sus zapatos empapados.

Tomó algo de aire y resopló con pesar -porque en realidad nada en su vida pudo ir peor-, centrándose en buscar a tientas el celular dentro de los bolsillos traseros de su bolso de cuero.

El cacharro estaba medio húmedo cuando dio con él. Frotó la pantalla mojada contra la mezclilla de sus vaqueros ajustados y lo encendió tan pronto como consiguió que el táctil funcionara.

El número que estaba buscando fue el primero en su historial. Jisung presionó el botón de llamar y se pegó el móvil a la oreja con nervios y adrenalina arrastrándose a través de sus venas hacia su corazón.

Tres timbres y su príncipe azul había contestado.

-¿Jisung? -dijo la voz somnolienta al otro lado de la línea.

-Minho -canturreó feliz, retorciéndose gustoso en el placer de poder chillar como su pequeña puta. Era divertido ser una cuando su madre no estaba allí para señalarle cuan equivocado estaba serlo-. ¿Estás muy ocupado ahora? Supongo que estoy necesitando desesperadamente que me hagas un pequeño favor.

Los favores de Minho siempre fueron los mejores.

-Jisung, son las tres de la mañana.

-Eso no responde a la pregunta que te acabo de hacer, cariño.

Casi pudo oír a Minho sonrojarse.

-¿Que si estoy ocupado? -Minho dijo a la defensiva-. Bueno, sí. Estaba realmente ocupado durmiendo hasta que llamaras. Ahora, si me disculpas, yo seguiré estando ocupado ahora. Adiós.

-Minho -alzó la voz.

Hubo un silencio.

Minho no había colgado todavía.

-Qué. -ni siquiera sonó como una pregunta. El tono grave y poco impresionado en su voz hizo que una presión familiar cosquilleara en la ingle de Jisung.

Él metió una mano en su bolsillo derecho cuando una mujer de mediana edad pasó por delante y miró desaprobatoriamente la zona de su entrepierna.

Sonrió y echó la cabeza hacia atrás sobre la columna de la farmacia, ronroneando en voz alta como sabía que Minho adoraba que lo hiciera. No hubo nadie alrededor para mirarlo de reojo y murmurar a sus espaldas que parecía una pequeña puta en celo.

Una lástima. Fue divertido cuando hubo audiencia.

-Yo te pedí un favor, Minho -él susurró lentamente, y luego la respiración de Minho pareció hacerse más rápida, más cuadrada, defectuosa, fallando-. Vas a venir aquí y vas a recogerme. Entonces tendremos sexo.

-Jisung, espera, yo no creo que...

-Te mandaré la dirección por mensaje -dijo rotundamente-. Porque vas a venir, ¿verdad?

El ruidito que hizo Minho con la nariz declaró una victoria para Jisung. Otra vez. Han Jisung siempre obtenía lo que quería.

Sonrió con suficiencia y empujó la espalda hacia otra de las columnas en la farmacia.

-Es tarde -dijo Minho con el tono de cuando va a sermonearlo-. ¿Qué haces en donde sea que estés a estas horas?

Oh. Genial.

-Es Felix, ya sabes -resopló con frustración-. Estábamos en su departamento. Tuvimos una pelea. Las cosas acabaron mal. Me dejó en la calle.

Hubo una pausa.

more than sex - minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora