Sexo

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Había besado a Minho.

Esa frase le había estado rondando por la cabeza desde la noche anterior, cuando Minho lo había tomado desprevenido y le había besado, de la forma más salvaje y adictiva que hubiera logrado nunca.

¿Lo peor de todo? Que le había gustado.

A pesar de que tratara de negarselo a sí mismo, le había gustado. Él y Minho no debían besarse. Eso era algo que tenían claro desde hacía bastante tiempo. Pero por alguna razón, el mayor lo había acorralado anoche contra la pared de la cocina, y entonces había roto la única prohibición que se habían puesto para su relación:

Besarse.

Jisung trataba de no pensar en eso, pero era imposible. Desde que había salido de aquel departamento, por su cabeza no pasaba otra cosa que aquel condenadamente increíble beso. Llegó a su casa aquella noche y se miró al espejo. Sus labios rojos, muy, muy rojos,y mordidos. Tenían incluso una marca, y le dolían. Se pasó toda la noche sin pegar ojo, siempre palpando se su dolorido labio inferior con la punta de los dedos.

Incluso en aquel momento en que sus amigos se habían reunido en su casa para estudiar matemáticas, el hecho de que Minho no le quitara los ojos de encima, no ayudaba mucho en su plan: _olvidar_el_jodido_beso_que_tanto_me_gustó

Por eso no había podido aguantarse. Había adorado el beso, a pesar de que se repitiera tantas veces en su cabeza que no estaba bien. Pero... ¿Por qué no? Minho se lo había dicho la noche anterior: Entre él y Felix ya no había nada, por tanto, no estaba mal que él besara a otras personas. Después de todo, ya era libre.

Soltero.

[...]

—Hannie... Quiero follarte... —le susurró Minho, mordiendo el labio inferior de Jisung —...Pero no como lo hemos hecho siempre... Quiero besarte... Jisung... Adoro besarte... Necesito de tus labios... Por favor... Sólo por esta noche... Hagámoslo diferente... Sin nada que pagarme... Esta noche quiero que sea más que sólo sexo...

—¿Sin nada que pagarte? —repitió Jisung, como si se lo estuviera pensando —¿Nada de puto y cliente?

—No, Han. Por esta noche, nada de puto y cliente.

Jisung sólo asintió y colocó sus manos sobre las mejillas de Minho para atraerlo hacia sí y volver a besarlo, de la misma forma agresiva con que lo había estado haciendo antes. Necesitaba de Minho. Lo había estado necesitando durante aquellos dos años, a pesar de que Felix fuera su novio, él siempre había querido eso. Besar a Minho.

—Mmph... Minho... —jadeaba Jisung dentro de su boca, mientras la lengua de Minho recorría con suma experiencia toda su cavidad, y a penas le dejaba respirar.

Minho jadeaba con su sofocada voz ronca mientras besaba a Jisung, resoplando al sentir que se quedaba sin aire. Se separó de los labios del menor y comenzó a bajar por su cuello, besandolo de la misma forma necesitada y agresiva. Colocó las manos por debajo del suéter de Jisung y le levantó el abrigo, hasta dejar su blanco abdomen al descubierto. Sus besos bajaron por el livido pecho de Jisung y dejó algunas marcas sobre la curva de su cuello, siempre que utilizaba sus dientes para succionar cada pequeño pedazo de su piel.

Jisung gemia debilmente debajo de los labios de Minho y se estremecía con cada beso. No estaba acostumbrado a ese tipo de tacto, puesto que él y Minho nunca se habían besado durante el sexo. Todo aquello era nuevo para él, por lo que su piel era sensible, sobre todo en esa zona, y se erizaba con facilidad cada vez que Minho acercaba sus labios a él y le besaba.

—Mira qué tenemos aquí... —susurró el mayor contra su pecho, mientras deslizaba suavemente sus dedos por los los dos pequeños botoncitos rosa claro sobre el pecho desnudo de Jisung —No tienes idea de cuánto he querido lamer estos pezones desde que te vi desnudo por primera vez.

more than sex - minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora