Amor | final

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—Mmmh... Déjame dormir —murmuró Jisung, envolviéndose entre las sábanas, y dándole la espalda a Minho en la cama —El instituto puede esperar...

—Bebé, se está haciendo tarde —susurró cariñosamente Minho sobre su oído, mientras le llenaba el rostro de cortos besitos. Jisung ronroneó gustoso, pero seguía refunfuñando —Vamos, Hannie. Llegaremos tarde ¿por qué eres tan perezoso en las mañanas?
                         
Jisung sacó la cabeza de las sábanas para volverse a mirarle con el ceño fruncido, aún manteniéndose acostado.

—No es mi culpa que cierta persona me haya estado partiendo el culo a las dos de la madrugada —volvió a acostarse boca abajo para hundir el rostro en la almohada y gruñó sobre la blanca tela —Ahora sufre las consecuencias. ¡No me pienso levantar de esta cama hasta que no hagas algo lo suficientemente convincente!

Minho se carcajeo suavemente y dirigió sus labios al perfil de Jisung que no estaba enterrado en la almohada para besar su frente, el costado de su párpado, luego su pómulo, más abajo su mejilla y finalmente recalcar más con unos tres o cuatro besitos encima de la comisura de su boca.
                         
—¿Me das al menos una pista? —susurró Minho, ahora besando la punta de su nariz —No soy adivino, bebé, ¿hum?
                         
—Nop. No te diré nada.
                         
Jisung se giró boca arriba, para mirar directamente a Minho, que estaba acostado encima de él. Minho dejó que Jisung rozara los labios de él contra los suyos, lo que se convirtieron en suaves besos, donde sus labios se presionaban suavemente, haciendo incómodos sonidos de chasquidos de saliva. Jisung colgó sus brazos alrededor del cuello de Minho, mientras Minho se acomodaba entre sus piernas para tener una mayor accesibilidad a sus labios.

—Es esto lo que querías, ¿verdad, bebé? —Jisung sólo asintió levemente, y volvió a abalanzarse hacia los labios de Minho.

El beso, en una cuarta de segundo, se volvió más salvaje de lo que debería.
                         
Jisung se removió debajo suyo, tratando de quitar las sábanas que lo cubrían, para que la piel de Minho se restregara completamente contra la suya. Oh, cielos, lo adoraba.

Jisung sintió su labio inferior temblar de dolor debajo de los dientes de Minho presionándose contra él. Dolía, pero ¿por qué entonces se sentía tan bien?

—Y-yo... —murmuró —... Mmmh... Tal vez, yo... Ya sabes...

—Aún no estas listo para decirlo, ¿cierto? —preguntó Minho, su voz había salido más triste de lo que debería. Jisung negó con la cabeza, con algo parecido a la lástima en sus ojos. —No te preocupes, puedo esperar a que estés listo.

«Yo siempre te estaré esperando» Prometía siempre

Aún luego de casi un mes desde su cita, Jisung todavía no se sentía... listo, para una relación amorosa con Minho, o al menos para decir lo que verdaderamente sentía. Porque él sabía que le quería. Ya podía admitirlo -mentalmente- sin sentirse incómodo o culpable por ello. Amaba a Minho. Mucho. Pero era... Tan, tan, tan difícil decirlo, o al menos soltar un "Yo también" cada vez que Minho le confesaba que lo amaba.

Lo peor es que no entendía por qué. Minho es perfecto. Parece increíble que en los dos años que llevaban de "puto que cliente" nunca se hubiera dado cuenta.

Y el hecho de que no estuvieran oficialmente en una relación no quitaba que parecieran una pareja. Porque en serio lo parecían. Minho, desde aquella cita se la pasaba yendo a su casa todas las tardes, veían una película en la noche, follaban en la madrugada y justo como esa mañana, amanecían durmiendo juntos en casa de Jisung. Y claro, como era de esperar en Minho, cada mañana despertaba a Jisung a base de mimitos, besos suaves y palabras románticas, acompañado de tiernos motes empalagosos como "Bebé", "Hannie" y "Han" que Jisung tanto adoraba.

more than sex - minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora