Charlotte POV's
- Charlotte, saldré no me esperes para cenar. - June me sacó de todo pensamiento andante por mi cabeza.
- Vé con cuidado. - Alcancé a decir antes de oír la puerta cerrarse. Otra vez sola. Suspiré y fui a la sala principal, ésta era simple como toda la casa en sí. Paredes blancas, sillones que rodeaban una pequeña chimenea y una mesita de centro de madera. Arrojé un par de troncos a la chimenea y encendí fuego. El cielo se había cubierto de nubes grises, y hacía frío a pesar de estar dentro de casa. Arrastré una manta gigante y me estrellé en uno de los sofá frente a la chimenea. Al parecer me quedaría todo el día en casa y aquella idea me encantó. Los días sin trabajo eran un tesoro que se debía disfrutar al máximo y eran por dos razones: Una por no tener que ver gente mutilada o derramando sangre por montón y dos porque no estabas muerta.
Miraba a la leña que poco a poco se iba convirtiendo en piedras rojas ardiendo, las llamas danzaban sobre éstas dándole algún tipo de color a la habitación. Toda la casa estaba adornada con colores blancos, negros, grises y algún café, por lo que un rojo febril no haría nada mal. Empecé a adormecerme, a sentir como el cuerpo se relajaba, a oír como escasas gotas caían del cielo, cerré los ojos y una sonrisa se me asomó. Agradecí que mi mente me permitiera distanciarme del mundo.
No importa que mi padre ande buscándome, quizá nunca me encuentre de todos modos, Las Vegas es una ciudad lo bastante grande para ocultar a alguien. ¿No? Me cubrí con la manta color ceniza y me acomodé en el sillón. Iba cerrando los ojos poco a poco, al diablo si acababa de levantarme...
Pero el celular abandonado en algún lugar del apartamento empezó a chillar.
"Puta madre."
Sobresaltada, tiré a cualquier lugar la manta y corrí para coger la llamada, al mirar el celular y "M" anunciaba la pantalla. Rápidamente contesté.
- Marion. - Dije al instante.
- Charlotte, no sé si te estoy llamando en un mal momento... - Habló insegura la mujer.
- No te preocupes, no tengo nada que hacer. - "Aparte de dormir" Grité a los adentros.
- Bien... Te llamaba porque... Esto... Ted quiere verte. - "Mierda Ted. Se me había olvidado."
- Creo... que se me había olvidado ir a verlo. - Flaqueé al decirlo, es decir, ¿Cómo se me había olvidado? - Pasaré en diez minutos.
- Gracias, no sabes cuan agradecida estoy por esto. - Dijo, probablemente sonriendo.
Cuando colgué, vi qué llevaba puesto: Una camiseta delgada, con un tapado de lana, unos jeans y... unas pantuflas. Cambié las pantuflas por unas botas café hasta la rodilla. Con llaves y dinero en mano, me fui en la Harley.
Matt POV's
Había pasado la última media hora recorriendo calles como un estúpido, ¿En donde era la casa de Charlotte? Había recorrido mas de diez hectáreas sin resultado alguno. Cuando ya iba a devolverme vi a una chica saliendo apresuradamente de su casa, se me ocurrió preguntarle si vivía una pelirroja por aqui. Cuando iba acercándome con el auto vi que era pelirroja y recordando las curvas de Charlotte... al parecer se trataba de mí pelirroja. ¿A donde iba? Su mirada permanecía impasible, y su labio era una línea rígida y apretada. Se subió a su motocicleta, se colocó casco, y arrancó. No encontré nada mejor que seguirla, Neal nos había dado el día libre y yo por mi parte pensaba pasarme por la casa de Charlotte como un imprevisto, al parecer ella quería ser mas impredecible que yo.
Al cabo de quince minutos ella paró y estacionó en una casa gigantesca, azul eléctrico y con un jardín hermoso. Me estacioné tres casas antes, y detuve el motor, observando lo que hacía Chalotte. Tenía un cartel que anunciaba Daniel's Darling Orphanage. ¿Orfanato? ¿Qué haría Charlotte en un orfanato? ¿Quemarlo? Quizá. Ella atravesó el jardín y golpeó la puerta, segundos después salió una mujer de no más de treinta años, rubia y trigueña, era más alta que Lot. La mujer sonrío al verla y le abrazó. ¿Idea de quemar el orfanato? Denegada.
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Midnight Murderers [Matt Bomer]
Любовные романы[...]"- No importa cuántas veces me quites las ganas de ti, Charlotte. - Sus labios rozaban su oreja, besando su lóbulo y sonriendo al mismo tiempo. - Siempre habrán más ganas al día siguiente."