Capítulo 4: Jake Hayes.

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El silencio en la sala era inminente, todo nos mirábamos unos a los otros. Los cuatro en la sala teníamos los labios en forma de una línea, escondiendo así cualquier emoción que podríamos tener en ese momento. Hace unos momentos todo era diferente, cada uno podía decir lo que quisiese. ¿Por qué tanta tensión ahora? 

El silencio se propagó por minutos. Un, dos, tres minutos bastaron para que Daniel rompiera aquella ausencia de palabras.

- Bien, ya he entendido lo obvio. - Dijo casi resignado. - Todos estamos acostumbrados a trabajar individualmente. 

- ¡Pero que cerebro eres! - Dijo Jade con un tono claro de sarcasmo.

- ¿Ya acabaste? - Le respondió serio. - Bien, este es el caso; Neal nos ha dado como misión matar a cada miembro de la Mafia Camorra que se encuentre en Las Vegas. Necesitamos la localización de esos bastardos, el plano del lugar en donde se esconden y claro... Un buen plan. ¿Alguien ofrece algo?

El silencio volvió a reinar en la habitación, era obvio que nadie sabía ninguna de esas cosas. ¡Neal acababa de darnos esta misión esta noche! Me dediqué a maldecir a Neal al derecho y al revés. No sé cuanto tiempo pasó cuando una voz rompió nuevamente el silencio.

- Vaya, vaya. Al parecer Camorra no era tan astuto como pensé. - Dirigí mi mirada a la voz y era Jake quien había hablado. Estaba sentado de la misma forma que antes, pero esta vez estaba con la mirada perdida en la pantalla de una laptop, tecleando con destreza y sonriendo para sí. ¿De donde habrá sacado esa laptop?

- ¿Por qué lo dices? - Exigió Daniel. 

- Porque sé donde está la madriguera de estas ratas italianas.

- Bien, y ¿Donde está según tú? - Dijo Jade.

- A dos manzanas de la calle principal, en Washington Avenue para ser exacto. - Respondió el rubio. 

- Y ¿cómo diablo has sacado esa información? - Preguntó Daniel.

- Se me da bien hackear, y tan solo con hackear el sistemas de las mafias que mantienen conexión con Camorra, pude dar con su paradero. - Se encongió de hombros.

- B... Bien. - Dijo Jade atónita.

- Lott, ¿puedes encender la impresora inalámbrica? - Volvió a hablar Jake.

- Claro. - Al encender la impresora, no pasaron muchos segundos para que empesase a imprimir, una hoja descendió de la impresora, al mirar detenidamente la hoja, pude darme cuenta de lo que era; el plano de La Casa Camorra.

Camorra no había sido cuidadoso al escoger la zona en donde esconderse, pero se habían encargado que dentro de La Casa Camorra todo fuera diferente, La Casa era gigantesca, a primera vista era un laberinto, había un gran número de habitaciones, algunas eran amplias, otras eran muy pequeñas, me di cuanta que habían trampas por doquier. Si no sabias por donde ibas, eras hombre muerto. 

La Mafia Camorra se destacaba por ser una de las mafias más astutas e inteligentes a la hora de escabullirse, pero tambien se destacaba por ser una de las mafias más despiadadas a la hora de matar, eran sádicos e insensibles y eso hablaba mucho de ellos. Tenían por miembros a miles de francotiradores y por lo menos siete mil luchadores profesionales de cuerpo a cuerpo. 

Esa información me hizo estremecer. Era una misión suicida, lo sabía y lo tenía claro. Pero ¿Teníamos alguna oportunidad contra ellos? ¿Aunque solo fueran cientos y no miles? 
Cualquier persona con un uso de razón diría que somos suicidas o unos masoquistas. Y estaba muy de acuerdo con ellos.

Pero ¿por qué estaba dispuesta a ir a una misión así? ¿por qué meterme en un lugar lleno de sádicos y maniacos? ¿Estaba dispuesta a esto?

-¡Charlotte! - Esa voz me hizo volver del trance. - Es para hoy.

- Oh. - Fue lo que alcancé a decir, le pasé el mapa a Jake lo más rápido que pude.

~_~

Las horas pasaron jodidamente lentas, el plano de La Casa Camorra pasaba de mano en mano, estuvimos discutiendo varias horas de como llegar aquí o allí, como entrar y salir, habíamos descubierto cada manía y cada trampa que había en La Casa, nos sabíamos al derecho y al reves el plano. 

Midnight Murderers [Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora