Charlotte's POV
Las Vegas, E.E.U.U
01.00 A.M
Caminaba por uno de los pasillos del casino Bellagio, uno de los casinos más importantes de la Ciudad del Pecado. Mi mirada se concentraba en lo más importante para no levantar sospechas, al mirar a través de la multitud, encontraba hombres y mujeres de notable riqueza, vistiendo trajes y vestidos de gran valor, todos con cócteles en las manos sonriendo y conversando. Seguí caminando con pasos seguros.
Mis tacones rojos tocaban el suelo de mármol. Había decidido ir a esta misión con uno de los atuendos que me favorecían más, un vestido rojo sangre hecho a la medida, con una abertura que dejaba al descubierto mi pierna hasta el muslo, unos tacones rojo de vértigo, una diminuta cartera, y un maquillaje cargado; de manera que encajaba a la perfección en este lugar. No acostumbraba a llevar vestidos, pero mi trabajo toma rumbos que no esperaría.
"Busca a tu objetivo Charlotte" Me decía constantemente en mi mente "Solo encárgate de encontrarlo"
Seguía en busca de James Miller, un corrupto reconocido entre los "míos". Había quedado en bancarrota y vino a nuestra compañía para pedir un préstamo, y como varios casos... Él no lo pagó.
Caminé hasta la sala de mesas, la habitación era como todas, lujosa y cuidadosamente decorada: techos de mármol teñido de dorado, paredes a juego y una iluminación hermosa.
La mesas estaban atiborradas de hombres tanto viejos como jóvenes. Eché una mirada rápida y lo encontré; sentado en una de las mesas del fondo de la habitación, un hombre pelirrojo y escuálido de aspecto holandés, vestido con una americana grisácea, con una sonrisa engreída e irritante. James Miller.
Zigzagueé hacía la mesa en donde estaba él, y al llegar me puse a actuar.
Con la sonrisa más encantadora que tenía y rodeé con mi brazo el hombro de James, llamando su atención, y al mirarme mostró una retorcida sonrisa hacia mí.
- Hola, hermosa - Dijo James con una voz gruesa intentando que pareciese seductora.
- Hola, quieres venir a "pasar el rato" - Dije seductoramente, intentando no asquearme de él.
James miró sus cartas y luego a los demás hombres sentados en la mesa, que miraban descaradamente mi vestido. James sonrió y tiró sus cartas boca abajo.
- Está bien chicos me retiro. - Mientras levantaba sus manos en señal de inocencia. - Sigan sin mi.
Acto seguido, se levantó y posó su mano en mi cintura mientras me guiaba a través de los pasillos. Me sorprendió lo fácil que fue persuadirlo, pero me dio igual, eso me ahorraría tiempo. El ambiente de los alrededores era muy animado.
Sin duda, nadie tenía idea de lo que ocurriría esa noche.
Al caminar unos cuantos minutos por el enorme casino, James al fin encontró una pequeña sala lo bastante privada como para que nadie pueda ver nada. Y entramos sin pensarlo, era un depósito de elementos de aseo, estaba pobremente iluminada por una ampolleta que apenas irradiaba luz, dejé mi diminuta cartera en uno de los estantes de utilería, preparándome para el siguiente paso. James trancó la puerta y luego me miró y curvó sus labios. Sus ojos emitían deseo y nada más que eso.
Fue acercándose poco a poco, hasta llegar a mi.
- Oh, preciosa ese vestido deja mucho que desear. - Dijo en un susurro ronco.
- ¿Ah si? Pues... no lo sabía. - Le sonreí traviesamente. Puse una mano en su camisa y empecé a subir y bajar con un ritmo determinado. Sus manos se posaron en mis caderas, masajeandolas con torpeza.
Mi plan estaba surtiendo efecto, James estaba con los ojos cerrados. Era ahora o nunca.
En la liga de mi muslo había escondido una cuchilla lo bastante pequeña para que no despertara la atención de nadie, la saqué en silencio mientras seguía con mi trabajo de seducir a James, me acerqué rozando mis labios con los suyos. Suspiré, fingiendo estar persuadida por él.
- ¿Cuál es tu nombre, dulzura? - Dijo James, con un tono claro de que estaba excitado.
Sonreí ante su pregunta, ¿quién diría que la mayoría de las personas a las que asesino, hacen la misma pregunta antes de morir?.
- Oh cariño, mi nombre es Charlotte Moore. - Antes de que reaccionara a mi respuesta enterré la cuchilla en su tórax, no tuvo tiempo para nada; ni para moverse, ni para gritar. Sólo ojos desorbitados y su boca se abrió sin dejar escapar ni un solo suspiro. Miré con frialdad al semblante que tenía enfrente, una sonrisa gélida brotó de mis comisuras.
Luego de unos cuantos segundos, arranqué de un tirón el pequeño cuchillo, haciendo que el cuerpo sin vida de James Miller cayera, se arrodilló primero, para luego caer al suelo como un muñeco de trapo. Sonreí nuevamente, y me incliné hacía el cuerpo.
- Dulces sueños, Miller.
Con esas palabras, guardé el ensangrentado cuchillo en la liga de mi muslo. Recogí mi cartera y salí del lugar en donde James Millar yacía muerto.
Un día normal de trabajo.
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Midnight Murderers [Matt Bomer]
Romance[...]"- No importa cuántas veces me quites las ganas de ti, Charlotte. - Sus labios rozaban su oreja, besando su lóbulo y sonriendo al mismo tiempo. - Siempre habrán más ganas al día siguiente."