VI

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"El tiempo tira de esta carne mientras nos acostamos aquí suavemente y me preguntas: ¿Si te seguiré amando hasta que tu corazón esté quieto? Si, te seguiré amando hasta que tu corazón esté quieto. Te daré mi todo. Mi corazón y Alma, hazlo mejor que antes"

Till your heart is still- Vian Izak.

...

Aldara iba a la cabeza, haciéndose la desentendida y evitando cada tanto el par de ojos grises que le seguían de cerca todo los movimientos que hacía. Detrás de ella Victoria y Félix se reían disimuladamente, disfrutaban del nerviosismo del que era presa Aldara.

Aburridos de que la obra que ellos habían planeado estratégicamente se estuviera tornando sosa, decidieron que iniciarían una conversación, obligando a la testadura mujer que iba enfrente de ellos participar en ella.

—A todo esto, ¿Cómo se llaman, par de castaños? —preguntó Félix, dándose vuelta levemente para mirar al par de hermanos.

—Me llamo Bastean— se señaló así mismo el castaño, sonriendo afable—, y ella— señaló a la Omega que no quitaba su mirada de la espalda ancha de Aldara—, tarada preséntate— llamó su atención el Beta, otorgándole un golpe en la cabeza, la Omega rápidamente volteó el rostro para fruncirle el ceño a Bastean.

Sobándose la parte afectada y maldiciendo a su hermano se presentó. —Mi nombre es Gadea— habló, su voz salió aterciopelada, pulcra, divina, como un suave manto en noches heladas.

Aldara se detuvo, quedándose pasmada en su lugar, mientras recitaba como mantra el nombre recitado por los pétalos que tenía por labios aquella menuda mujer.

—Somos hermanos— informó el mayor de los castaños. Gadea afirmó con un entusiasta asentimiento—, yo soy el mayor y esta enana de aquí es la menor— posó su mano en la cabeza de la Omega, despeinando el cabello adrede.

—¡Bastean! — se quejó, el Beta se empezó a reír. La Omega le sacó la lengua e hizo un mohín con sus labios, viéndose inevitablemente adorable, todos se enternecieron; mucho más la azabache que miraba con embeleso la escena, muriendo de ganas de rosar con la yema de sus dedos aquellos sonrosados labios.

—Nosotros somos un trío de trovadores buscando inspiración— alardeó Félix, ganándose una risita de Victoria y un leve gruñido de Aldara, llamando la atención de todos—. ¿Me gruñiste? ¿Cuántas veces hemos hablado de mostrar modales ante extraños? Mala Alfa— le reprochó.

—No somos trovadores, deja de inventar a todo aquel que nos encontramos que andamos en ropa de leotardo cantando a todo pulmón música tocada por el mugroso laúd de Victoria— se defendió la de ojos azules, los hermanos se inmiscuyeron de la discusión, tal parece que la Alfa de Gadea no era muy apacible.

—¡No le digas mugroso a mi bebé! —defendió su laúd Victoria— ¡En todo caso tú eres la mugrosa, Alfa estúpida! — la discusión era innecesaria, pero, ¿Qué se le puede hacer con tres Alfas que destilaban testosterona y orgullo?

—¡¿Por qué discuten ustedes dos?! — le tiró una de las manzanas a Aldara, antes que la fruta se estrellara de lleno en su cara, la agarró, haciendo que sus electrizantes ojos azules se posaran en la alta y corpulenta figura de Félix.

Gadea contuvo el aliento impresionada por algo simple de hacer para la Alfa, Bastean tuvo más miedo de su futura cuñada y Félix quería hacerse pipi del miedo. La Alfa se acercó a la Omega, Gadea miraba la ceñuda e imponente figura que se acercaba a ella, tuvo que mirar hacia arriba para cuando la Alfa estuvo cerca de ella.

Aldara le entregó con amabilidad la manzana, con una sonrisa de lado que le robo un suspiro. Después de ello se dirigió hacia Félix que no sabía dónde meter su pobre existencia.

The Real Enmity (Omegaverse GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora