XVI

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"Y yo lo haré por ti, por ti. Cariño, yo no seguiré adelante, te seguiré amando incluso sí te vas. Por ti, por ti. Nunca dormirás sola, te seguiré amando incluso sí te vas y mucho después de que te hayas ido, ido, ido"

Gone, gone, gone-Phillip Phillip.

...

Había logrado escapar de su habitación con ayuda de Heloise, mejor amiga de Gadea y su prometida. Ahora que iban ambos jóvenes a hurtadillas por los pasillos internos del castillo, mismos que en su momento había utilizado para escapar con su hermana, podía hablar sin susurrar mucho, contándole todo lo que había pasado en esos días a su prometida.

Heloise había llegado por milagro de la Diosa Luna, adelantándose su familia a la fecha de la coronación de Bastean y, como buena prometida y damisela enamorada, había acudido en la búsqueda de Bastean. Los padres para excusarse a sabiendas del aspecto que presentaba su hijo, mintieron diciendo que habían secuestrado a Gadea y Bastean, valientemente había intentado impedirlo, pero al contrario terminó golpeado y a su hermana secuestrada a saber dónde.

La rubia al enterarse no tardó en acudir a los aposentos del príncipe, encontrándose con la puerta cerrada, tuvo que practicar las manualidades que la escurridiza Gadea le enseñó en algún punto de su adolescencia, el abrir puertas con un simple broche, le llevó su tiempo, el resto, es historia.

—¿Gadea encontró a su destinada y, ahora es prófuga de todo el reino? —preguntó incrédula.

—Si y, debo encontrarla antes de que las tropas que mandó mi padre la encuentren a ella y su destinada—dijo Bastean, sosteniendo la antorcha y viendo la intercepción de caminos, escogiendo el que lo llevaría a la torre menos vigilada del castillo.

—Wow—se limitó a decir la Beta—. Yo también quiero unirme a la aventura—ofreció.

—¿Qué? No—Bastean se volteó, haciendo que la rubia de ojos miel se golpeara contra su ancho pecho—. Heloise, es peligroso, no me perdonaría que algo malo te pasara—le susurró.

—No me pasará nada malo si tú estás a mi lado—contestó ella.

Bastean suspiró derrotado, ¿Es que acaso las mujeres importantes de su vida podían hacer con él lo que quisieran?

—Está bien, puedes venir conmigo, pero debemos pasar a comprar ropa para ambos y poder pasar desapercibidos y, esperar que el reino de tu padre se una a la búsqueda de tres príncipes perdidos, vaya aventura—celebró arisco.

—Por lo menos Gadea está siendo muy feliz en estos momentos—agregó Heloise, antes de arrebatarle la antorcha a Bastean y liderar el camino—. Te dejaré atrás si sigues lloriqueando.

[...]

Vaya que si era feliz Gadea, en el orden de las cosas, estar llena de barro por completo y oler a algunas pestes desconocidas no era de las cosas que pudieran encabezar su lista, pero era mejor que estar encerrada en una habitación viviendo infeliz.

—¡Sigo preguntándome, ¿Cómo diablos nos pasan cosas así?! —exclamó Aldara, que se encontraba en iguales condiciones que la Omega.

Recapitulemos, antes de seguir narrando el cómo Aldara se arranca los cabellos y hace un berrinche.

Después de haber pasado una noche amena, la caravana había llegado a una zona del camino pantanosa, el suelo era blando y tenían que pasar con cuidado de no atorarse. Gadea había entablado una conversación de corrido con Clarke, resultando que la Omega rubia fuera muy agradable, mientras que Lexa terminó sentada al lado de Victoria.

The Real Enmity (Omegaverse GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora