Belial se encontraba paseando y disfrutando de lo nuevo, el entre los príncipes era el más callado y reservado.
— Desearía que mi vida fuera diferente, pero ya no tengo opción. –belial detuvo sus pasos al escuchar esas palabras, era una chica intentando suicidarse–, Estoy arta de todo y es momento de ponerle un fin, al diablo todos y al diablo mi estúpida madre.
Lista para lanzarse del puente pero una voz la interceptó antes de que lo hiciera.
— Si pierdes tu objetivo en la vida, puedes restablecer uno nuevo. No saltes de un puente y renuncies a la vida. — ella volteó su cabeza para mirar al intruso, sus miradas se encontraron y un jadeo salió de sus labios
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Belial quedó sin aliento, ella era hermosa y perfecta para él.
Era la chica más hermosa que sus ojos hayan visto.
Ella sería su luz y él su oscuridad.
— Yo puedo darte todo lo que tú quieras.
— ¿A cambio de qué? — preguntó ella
— Tu alma — contestó
— ¿Eres el diablo y crees que has llegado justo a tiempo? Creí que núnca responderías a mi llamado, lucifer. — dijo con ironía
Él la miró sorprendido, pero las cosas para él sandrian más fáciles de lo pensado.
— No soy Lucifer, nena. Mi nombre es: Belial príncipe del infierno. — se presentó mostrando sus bellas alas,
Ella palideció y de la impresión se soltó y cayó al vacío, él fue más listo y en sus brazos la tomo justo cuando faltaba poco para que ella cayera al agua.
Era de noche y nadie podía verlo, ella se desmayó en sus brazos y él desapareció en el aire.
