— Oh... qué hartón de lluvia, por Dios — se quejó abriendo el paraguas.
— No os quejéis que por lo menos hoy no ha nevado —señaló Lucifer
En ese momento una limusina blanca e impresionante paró frente a ellos.
— Guau... ¡Qué calabaza! ¿Estará mi príncipe azul dentro? —preguntó Eva divertida
Lucifer rodó los ojos y dijo:
— A menos que el príncipe azul sea yo por que esa limusina es mía. — dijo con aires de grandeza
Eva le miró feo y avanzó meneando sus caderas, lucifer nego con la cabeza y siguió a su acompañante.
— Recuerda. Si eres buena, te dejaré conducirlo — susurra.
—Tengo que hacerte una proposición — dijo ella tras unos largos minutos
—Mmmm… Conociéndote, seguro que será indecente. — contestó Lucifer
Ella sonríe ante su comentario.
— Te diré después.
Luc la miró con curiosidad ...
2:30 AM
Eva
— ¿Me dejarás conducir?
Me mira con sus inquietantes ojos azules y acerca su boca a mi oído.
Un momento... ¿Azules?
Imposible
Sus ojos dejaron de ser azules desde su caída, no creo que padre le este devolviendo su divinidad.
— ¿Has sido buena? — salí de mis pensamientos al escuchar su voz pero sus ojos ya no eran azules
— Buenísima.
— ¿Y vas a volver a bailar para mí?
—Con toda seguridad.
Lo oigo reír, pero no contesta. Cuando llegamos al parking y paga el ticket, vuelve a mirarme y me entrega las llaves.
— Tus deseos son órdenes para mí, pequeña pervertida.
Tomé las llaves y subí a la limusina con una sonrisa de oreja a oreja.
Es la primera vez que voy a conducir y no será un auto cualquiera.
° ° °
Pov's Normal
Los días fueron pasando y Stiles cada día se volvía inestable, desde que conoció a la princesa Venus, él cambio en muchos aspectos.
1, Volvió por Liv incluyendo a Poseidón que lo acompañó para otorgarle el "don" a ella, más no contó que serían almas gemelas y estarían juntos por la eternidad.
2. Regreso al océano nuevamente y no precisamente por estar con Liv o sus familia, si no que lo hizo por ella.
Justo ahora ella le súplica que la lleve a tierra y le enseñé todo acerca de los humanos, él. .. Obviamente no pudo negarse.
Jamás lo haría.
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Menos cuando hacía ese hermoso puchero que aprendió de Liv.
— Está bien, vayamos.
— ¡Síííh! , gracias. — se lanzó a sus brazos
Eso lo tomó por sorpresa, pero no dejo pasar la oportunidad y correspondió el abrazo.
