Lucifer se la estaba pasando bomba en su nuevo club, nombrado: Angelus
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Lilith no estaba para nada contenta que la hayan dejado sola.
Estaba furiosa y nada bueno pasa cuando ella se enfurece.
— ¡Estúpidos! — grito y tiró el jarrón hacia la pared
— Que ni crean que esto se quedará así, ellos son mis hombres y me pertenecen. — siseó con los dientes apretados
° ° °
Iker
La encontré con ayuda de un hada y, lo que está hada me reveló me dejó sin palabras.
¿En serio perdí a mi Anya?
— ¿Existe alguna cura? — le pregunté
— No esta enferma ni contaminada, Iker. — contestó el elfo
— ...
— Ella ya no pertenece al nemetón, su magia se volvió oscura hasta que ustedes llegaron.
— ¿Hasta que nosotros llegamos?
— Está chica era feliz con su hermano, pero al sentir la presencia del que se supone es el amor de su vida, ella cambio y se dejó llevar por la oscuridad que ha estado reteniendo durante tantos siglos. — contestó la reina de las hadas
— Él sigue siendo el amor de su vida, ¿No es así?.
Ella asintió y me miró con lástima, sabía que núnca me llegaría amar como yo a ella.
Pero en el corto tiempo que pase a su lado me había ganado parte de su "corazón" y sabía que muy en el fondo era importante para ella.
— Gracias por su sinceridad reina, si es posible tengo que retirarme. — ella asintió y volvió a su trono
Hice un portal por el cual entre y aparecí en el bosque, haré como si no supiese nada. Intentaré traer a la verdadera Anya, así me lleve una vida haciéndolo.
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— Hola, hermosa.
— Iker... Volviste.
— Si, ¿fuiste feliz? , Como me lo prometiste.
— Claro, fui muy feliz. — mentía perfectamente pero para ella era demasiado tarde, pues ya sabía la verdad.
— Me alegro por ti, Anya. Me gustaría saber que hiciste todo este tiempo, ¿me acompañas? — le tendi mi mano
— Será un placer.
Hice un portal el portal nos llevó a Inglaterra, mi ciudad favorita.
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Tomamos asiento, el silencio reinaba mientras ella me miraba con seriedad. No sabía que hacer o por donde empezar, ella es una chica muy hermosa y me duele que haya cambiado.
