Prólogo

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Cinco años antes...

Alfonso llegó al aeropuerto con Anahí de la mano. Ambos tenían los ojos vidriosos, pero no eran capaces de decir ni una palabra. A Alfonso le había salido una oportunidad única en la industria del cine y tenía que alejarse de su casa durante más de un año. Solo iba a ser un año separados, y podría ir a visitarle en sus vacaciones, ¿no?. Lo miró. Era tan guapo... y tenía tanto talento que no le extrañaba que hubiese conseguido un papel protagónico en una de las tiras más exitosas de la literatura, las cuales serían pasadas a películas durante este año, con Alfonso en ellas. Suspiró.

— Ya es la hora.
— Annie...

Negó con la cabeza y puso una mano en sus labios.

— Es mejor así, Poncho. Debes triunfar.
— Solo será un año.

Anahí asintió, no muy convencida.

— Te amo.
— Yo también te amo, siempre lo haré —aseguró él— este año se pasará antes de lo que piensas y volveré a casa, a nuestra casa, contigo.
— Estoy segura de que sí.

Pero no lo estaba, no estaba ni un poco segura.

— Adiós, Poncho, nunca nos olvides.

Alfonso acunó su cara entre sus manos y chocó su frente con la suya, suspiró y la besó dulce y lentamente. Las lágrimas rodaban por sus mejillas, convirtiéndolo en un beso salado que sabía a despedida, pero que se negaba a creer que así fuese.

— Nunca te olvidaré, nunca nos olvidaré, Annie. Te amo demasiado.
— Yo también te amo demasiado —suspiro poniendo sus manos sobre las de él, todavía acariciando sus mejillas— triunfa y vuelve, amor.
— Lo haré, gatita.

Y lo vio alejarse, maleta en mano. Se quedó en la verja que la separaba del control de seguridad y lo vio quitarse los zapatos y el cinturón. Poner su maleta y sus pertenencias en una caja y dejarlas pasar por el escáner. Cuando pasó al otro lado, Alfonso irguió la cabeza y la sonrió, con los ojos llenos de lágrimas. ¿Por qué sonaba como una despedida definitiva? Suspiró y la saludó, lanzándole un beso que ella hizo como que cogía y lo llevaba a su corazón. Después ella hizo lo mismo y ella lo imitó, estrechando su palma contra su corazón con fuerza, como queriendo guardar ese momento para siempre en su corazón.

Debería estar feliz, estaba cumpliendo un sueño. Después de hacer pequeños papeles en una y otra serie, le habían elegido para protagonizar uno de los mayores bestseller de la época. Pero dejar a Anahí ahí sola no le gustaba nada... ¿Por qué seguía con la sensación de que algo iba a pasar?¿Por qué le dolía el corazón y sentía un nudo en la garganta?

Cuando montó en el avión, escribió un mensaje.

Acabo de sentarme en el avión, te amo, por favor espérame.

Anahí le contestó segundos después.

Toda la vida te voy a esperar, te amo.

Aún hay algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora