1 1

441 50 13
                                    

Lunes otra vez y Jeon estaba muy emocionado que sentía poder explotar.

Faltaban sólo dos días para el cumpleaños de Kim y el azabache ya tenía todo listo, así que se arregló, se colocó la gran chamarra roja que Taehyung le había obsequiado en navidad (que por cierto le encantó y ahora simplemente no quería dejar de usarla), tomó una pequeña maleta y se encaminó hacia su destino: el lugar natal de Kim Taehyung.

...

Por otra parte, el rubio estaba rebosante de felicidad, la navidad que pasó en casa de los Jeon fue una de las mejores de su vida, ahora este se encontraba usando el reloj en la muñeca izquierda, la pulsera en la muñeca derecha y la bella pluma reposaba sobre su escritorio. Cada vez que veía esos regalos era como si tuviera una parte importante de un bello recuerdo y de las bellas personas que le dieron el obsequio.

Estaba decidido, invitaría a los Jeon a la cena anual en casa.

Cuando todas las citas terminaran, cerraría la clínica y se iría.

Apenas iniciaba la semana y Jimin ya lo había bombardeado de preguntas a cada dos segundos.
Y es que, ¿cómo no hacerlo si ves a tu mejor amigo mucho más feliz de lo que lo has visto antes y encima trae regalos consigo? No, señores. Este definitivamente era un tema que se debía hablar.
Taehyung le relató todo lo que ocurrió en la cena, contagiando de su felicidad al pelirosa, quien no podía estar más feliz por el rubio, pues por fin después de mucho años de verlo cabizbajo en las festividades ahora se le veía demasiado contento.
Su mejor amigo estaba logrando ser feliz, y Park no cabía de la emoción tampoco.

...

Al cerrar la clínica Taehyung corrió lo más rápido que pudo a la parada del autobús para encontrar el primero que saliera hacia el vecindario de los Jeon, así que no le importó que este fuera medianamente lleno y subió a él.

Al llegar comenzó a andar tranquilamente hacia la casa que lo había acogido antes, tocó el timbre dos veces y esperó.

—Oh, que sopresa tenerte por aquí, Tae.— Musitó la señora Jeon, quien había abierto la puerta.— Pasa, cariño.

—Buenas noches, señora Jeon.— Respondió el contrario mientras entraba.— Espero no estar siendo una molestia.— Murmuró, y al no recibir respuesta se giró hacia la señora que tenía un puchero y los brazos cruzados.

—Ya hemos hablado de esto, cariño. No serás una molestia nunca, ¿está bien?— Dijo con fingida molestia pero con un tono dulce.— Ahora entra, tomemos un poco de té.

Taehyung sonrió y siguió a la señora.

Ambos se sentaron en el sofá y tomaron té con galletas.

—Bueno, la verdad estoy aquí por una razón.—Comenzó el rubio.— Verá, cada año mi padre y yo solemos hacer una cena donde sólo personas importantes para nosotros están invitadas a ir, todo esto debido a mi cumpleaños, así que me gustaría invitarlas, ¿qué le parece? Yo pagaría sus boletos del tren.— Ofreció con una preciosa sonrisa rectangular.

—Oh, cariño.— Dijo la señora Jeon, enternecida.— Por supuesto que iremos, nos tendrás ahí siendo una molestia como dices tú.— Imitó, causando una pequeña carcajada por parte del menor.

—Me gustaría invitar personalmente a Jungkook, ¿podría decirme donde está, por favor?— Pidió.

—Me temo que eso no será posible, Tae.— Murmuró la señora.— Él ha tenido que ir a un viaje escolar, no regresará si no hasta el treinta y uno de diciembre... No podrá asistir, lo lamento, cariño.— Musitó con tristeza.

What about the glasses? - KookTae ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora