P.O.V Wyatt
-¿Te duele mucho el hombro?- murmuro mirando la cicatriz que había quedado en su hombro izquierdo, era como de 6 centímetros de largo aproximadamente.
-No, lo dejó de hacer hace mucho tiempo.
Estábamos sentados en el pasto después de todo lo que pasó.
Estuvimos discutiendo un buen rato hasta que me calmé quedándome callado hasta ahora.
-Lo siento por eso, pero mi lobo es bastante agresivo y saca lo peor de mi, no puedo pensar racionalmente.- miro fijamente el pasto mientras lo comienzo a sacar.- Cuando me transformé sentí que todo mi cuerpo ardía como si estuviera en el infierno, luego de eso escuche la voz de mi lobo quien rugía por sangre.
Me remonto a esa noche, todo al principio era alegría, sentía el orgullo de parte de la manada por tener un alfa tan fuerte como yo y también de mi padre, todos sabíamos que sería un excelente alfa.
Gozaba ver los ojos de las personas que esperaban mi transformación para contemplar a mi lobo.
Veía a mi alrededor de una forma diferente, todo tenía colores más vibrantes, el olor era más intenso, podía sentir como mi cuerpo ansiaba transformarse, sentía que la hora llegaba.
Me posicione en el centro del santuario , esperando sentir como mi cuerpo se transformaba.
Pasaron varios minutos en total silencio, sin ningún cambio hasta que dé repente mi cuerpo comenzó arder, mi sangre era como ácido que quemaba todo a su paso, mis huesos se desfiguraban como si fueran de goma, sentía cada torcedura y quiebre tanto en los huesos como en los músculos que se rajaban y estiraban a su antojo dejándome sin aliento.
De pronto mi cabeza se sentía presionada, sentía que las lágrimas quemaban mientras se deslizaban por mi piel, mi mandíbula se dislocó mientras se alargaba de tal manera que era agonizante, perdía de a poco la conciencia, sólo podía sentir calor, ardor y entumecimiento.
Notaba como mi boca escurría saliva o sangre, no lo podía ver.
Después de lo que pareció una eternidad todo cesó y yo me sentía desfallecer.
Solo escuchaba mi respiración entrecortada hasta que dé repente se escucha un rugido bestial que me hizo temblar, era terrorífico.
Podía sentir que pedía sangre, quería derramar sangre y me surgió el pánico.
¿Quién era él?
-Cuando abrí los ojos y vi a Jazmín entendí que la quería a ella, estaba sentido por no ser el alfa y eso me llegó directo al estómago. Siempre pensé que lo iba hacer, todo indicaba que lo sería. En ese momento me cegué por la ira y la quise herir sin importarme nada; ni mi padre ni nadie.
No sabía si era la ira mía o la de mi lobo, todo se mezclaba engorrosamente.
Escucho una exclamación de Vallolet pero continuo sincerándome:
-Mi lobo Carlos nunca estaba tranquilo cuando estaba cerca de ella-. suspiro profundamente-. aún no sabía cómo controlarlo, no me escuchaba, era como si fuera una bestia indomable, sin razonamiento. un no se como controlarlo del todo.
Me frustra admitirlo.
-Quizás debas encontrar a tu mate, eso puede que ayude, a padre le ayudó.
-Supongo-. me levanto sacudiéndome y me dirijo a la cabaña abandonada -. Deberías ir a casa, se oscurecerá pronto-. pregunta por mi pero solo me encojo de hombros-. Yo prefiero quedarme aquí, no se que puedo hacer si estoy cerca.
-¿Por qué lo dices?
-Solo te prometo que volveré cuando me sienta preparado.
Me mira de tal manera que me conmueve, se nota que quiere decir tantas cosas pero solo asiente y se gira dudando.
-Te estaremos esperando.
Veo como se aleja y por primera vez en mi vida siento pena por ella, nunca fui un hermano de verdad, nunca estuve para ella aun cuando todos estaban para mi.
-Gracias Vallolet-. susurro provocando que se gire sonriendo alegremente.
Pensé en mi familia y sentí lo mismo: tristeza.
Necesitaba controlar a Carlos para volverlos a ver.
Aun tengo mucho que hacer.
Necesito encontrar a mi mate.
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Después de ti
Werewolf- ¿Crees que nos podremos enamorar algún día? Lo miro y sonrío con tristeza. -Lo dudo, ya nos arrebataron el amor antes de siquiera sentirlo, creo que nunca me podre enamorar.- me abraza para consolarme o consolarse a si mismo. -Desearía poder enamo...