Mom's Colleague || HenRay

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El chico lo traía mal a tal grado de comportarse como adolescente que enloquecía por los celos.

_Henry...

Mencionó el nombre del más joven, provocando que este comenzara a ponerse nervioso; trago saliva y se quedó quieto esperando que el mayor se alejara.
Hundió su nariz en el cuello del joven y lo abrazo por la cintura sin esperar que tal acción fuera aprobada; su respiración chocaba contra la piel suave, se sentía bien al tener al menor tan cerca, róso con sus labios la zona en la que había mantenido su nariz.
_ Ray ¿Que haces?

El rubio se expresaba molestó pero a la vez no hacía intento alguno por alejarlo. Un cosquilleo recorrió su cuerpo desde la punta de su pie hasta su último cabello cuando sintió que descaradamente su cuello estaba siendo casi devorado. Repartia besos y succionaba despacio, iba subiendo poco a poco hasta llegar al rostro.

Se detuvo para ver aquel lindo  sonrojo del chico frente a el.  Henry se sentó por completo en la mesa y abrió un poco sus piernas para que la distancia entre ellos fuera más corta.

Ambos se gustaban y no era necesario hablar para que se expresarán,el brillo especial en sus ojos y sus pupilas dilatadas reemplazaban las palabras para describir aquel sentimiento  que tenían uno por el otro.

Ray puso su frente pegada a la del chico y dedico una mirada fugas pidiendo permiso para continuar. El rubio en un desesperado movimiento y de manera tierna tomo con ambas manos el rostro de aquel hombre que ansiaba besar; roso con su labio inferior los labios del mayor y se aparto un poco haciendo deseoso el beso.
Ray no tardó en atrapar aquellos labios rosas y esponjosos, un vaivén con un ritmo lento y que ambos disfrutaban comenzó.

Las manos de Ray se paseaban por el lindo cuerpo del más joven, de la cintura a la espalda y viceversa; mientras que Henry jugaba los cabellos castaños, pasandolos entre sus dedos, y  de vez en cuando posaba sus manos en el cuello de Ray.

Deslizó su lengua por el labio inferior de Henry, el menor entre abrió su boca para darle paso y facilidad; juntaron sus lenguas quizá en una manera vulgar para algunos , pero en ese momento estaban encantados con la habilidad que tenían ambos para poder intensificar el beso sin problema alguno y no necesariamente besar como los demás o siguiendo una secuencia, no era un beso perfecto, pero ellos sentían lo contrario.

Todo parecía ir bien pero el mayor se separó de un momento a otro, Henry sin entender el por que el detenimiento tan espontáneo, lo jalo de los hombros intentando volver a unir sus labios, Ray  se negó y desvío la mirada.

_ ¿Qué pasa?

_ creo que... deberíamos parar aquí

_  ¿Por qué parar?

_ Henry esto está mal

_ pero tú iniciaste todo

_ ¿Que se supone que tenía que hacer? Todo esto fue impulsivo

El menor se bajó de la mesa y aparto a Ray, haciéndolos quedar a ambos de pie frente a frente justo como un inicio.

_ ¿A qué te refieres con eso?

_ Henry, no pensamos bien las cosas... Es bueno que te hayas decidido ir

_ primero me reclamas por mi decisión,me besas ¿y luego dices que es bueno que me vaya? ¿Qué carajo te pasa?

_ Eres menor que yo y solo eras un chico al que cuidaría, ¡no quería que pasará todo esto!

_  ¡No entiendo tu estúpido problema! Pero si tanto insistes que no me quieres cerca, está bien ¡ME LARGO!

El rubio tomo un trapo mal extendido y lo arugo formando una pelota de tela, lo lanzó contra el pecho de Ray y se fue de la cocina lo más rápido que pudo.

Posiblemente era por el momento y aquel beso que capturaron su completa atención y su interés pero no se había dado cuenta de que en la casa estaban solo ellos dos, hasta que todo quedó en silencio. Entro a su cuarto y tomo la maleta debajo de la cama, comenzó a empacar la ropa que sacaba del ropero viejo.

En la cocina, teníamos la escena de un hombre sentado en una silla, con la cabeza agachada y los puños sobre la mesa, una lata de cerveza y una cajetilla de cigarrillos  se encontraban al costado de su mano; no estaba ebrio, esa era su primera cerveza , pero tenía la intención de pronto estarlo, intentaría tomar hasta estar inconsciente o hasta que el hormigueo en sus labios desapareciera, o incluso mejor aún si podía, hasta que Henry se fuera.

Ambos estaban confundidos, se querían arrepentir de lo que habían hecho hace algunos minutos pero fué tan bueno que no terminaban de convencerse.

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Despertó con un poco de saliva que escurría por una parte de su mentón, entre más de 10 latas de cerveza, y con un cenicero cerca; tenía un dolor de cabeza insoportable y unas ojeras que delataban su estado, su cabello desordenado y su ropa desalineada daban mucho de que hablar.
Se paró y fue a la habitación del rubio esperando lo obvio.

Por primera vez odiaba ver aquella habitación vacía a pesar de que esta se encontraba de la misma manera antes de que el rubio la usará.