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La castaña llegó agotada a su casa, su mochila estaba bastante llena de cosas. Tiró la mochila al suelo mientras se descalzaba, le llegó un mensaje.

"Jennie, escúchame, ven hoy a mi casa a las 17:00, recuerda lo que te dije. Nada de impuntualidades, quiero terminar esto lo más rápido posible".

La castaña sonrió sabiendo que la pelinegra no podría verla.

"Sip, estaré allí^^". Respondió.

Se fijó que eran como las 16:00, así que decidió rápidamente meterse a bañar, al salir estaba con una toalla en su cabello cuando de repente se hicieron las 16:40.

— ¡Mierda!.

Dijo para apurarse a vestirse con lo primero que viera y salir corriendo.

Lisa estaba viendo su celular cuando dieron las 17:00.y justo en ese momento el timbre sonó. Lalisa sonrió.

" Es obediente".

Puso su rostro serio y fue a abrir la puerta.

– H-hola unnie.

Llegaste.

– Sí, usted me d-dijo que tenía que estar aquí a las 17:00, a-así que aquí e-estoy.

Lisa la dejó pasar un tanto impactada, Jennie había venido con unas botas Timberland negras, un short de jean corto, una remera-top negra que dejaba ver sus clavículas y parte de escote, y estómago, mientras su cabello estaba atado con una bandana roja, mojado. Dándole un toque sexy.

"Ya cálmate, es solo una mocosa".

Lisa se dirigió a la sala de su casa siendo perseguida atrás tímidamente por la castaña.

– Aquí nos sentaremos, iré por los materiales para el informe.

Dijo y Jennie solo asintió, miró curiosa la habitación y se encontró en la repisa de la pelinegra a una foto que parecía ser de ella cuando era chiquita junto a otra chica más, ambas se veían felices juntas.
Jennie observó la foto hasta que sintió los pasos de Lisa y a gran velocidad se sentó donde estaba antes.

– Bien aquí está todo, podemos comenzar.

Estuvieron trabajando por horas hasta que finalmente la pelinegra no aguantó más y se hecho para atrás.

– Dios, que aburrido es esto.

Se quejó estirando su cuello hacia atrás, marcándose sus tendones y algunas venas. Jennie quedó anonada viendo el movimiento sexy de la pelinegra sin poder quitar la vista de su cuello.

– ¿Qué tanto me miras, castaña?, ¿Te gustó a caso?.

Jennie salió del sueño rápidamente negando con la cabeza y sonrojándose notoriamente, la había atrapado. Lisa emitió una risa burlona y dirigió su mirada intensa a la castaña.

– No me niegues, sé que te gusto.

Dijo tomando el mentón de Jennie, esta otra se puso muy nerviosa mirando a todos lados que no sea a Lisa y la nombrada solo rió para luego soltarla.

– Estoy bromeado, Jennie..no lo tomes tan literal, ¿Sabés?, No muerdo. Solo cuando es necesario o con gente específica pero tú no eres de esas, no te haré daño.

– D-disculpa.

– Tsk, no importa. Escucha, el trabajo quedó bastante completo, solo falta un detalle pero creo que ya trabajamos demasiado, si te parece bien, arreglamos de nuevo mañana para vernos y terminarlo.

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