Sorpresas

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No contesta

Llevo desde la mañana tratando de contactar a mi familia y nadie contesta

¿Estarán ocupados?

¿Molestos?

¿POR QUÉ NADIE CONTESTA?

— ¿Qué pasa? — Preguntó Ares a mí lado luciendo... Inquieto

— Nadie en casa me contesta, estoy empezando a preocuparme — Murmuró mirando mi celular

— No te preocupes por esa mierda, Bunny, seguro están ocupados

Asentí no muy convencida

— Tal vez si lo vuelvo a marcar a mi padre...

Ares me interrumpió

— No, vamos, acompáñame

— ¿A donde?

— Al supermercado

— ¿Ahora? — Pregunte confundida

Ares asintió jalandome a su pecho, sus manos rodearon mi cintura

— Pero yo quiero ir a la piscina, no ir al supermercado — Murmure recargando mi frente en su hombro

— Bunny, por favor, Grace me pidió unas cosas — Murmuró besando mi mejilla repetidas veces

Gemi con cansancio

— ¿Vas a obligarme?

— Te comprare helado

Me aleje de él mirándolo a los ojos

— ¿Enserio?

El asintió

Sonreí entrelazando nuestros dedos

— ¡Vamos!

El camino no fue muy largo, al llegar Ares tomó un carrito y me dio la lista para ir tachando lo que ya habíamos encontrado, claro que también  agarramos cosas para los niños, pero mi boxeador se estaba excediendo, tenía el carrito lleno a tope

— Ya vámonos, llevamos muchas cosas — Le dije mirando el carrito

Ares tomó otra caja de cereal y la aventó al carrito, lo mire frunciendo el ceño, su humor había estado especialmente feliz hoy, desde ayer en la noche cuando recibió una llamada, me llenó de besos, caricias, hicimos el amor muchas veces y desperté gracias a sus mimos, sip, definitivamente fue un buen amanecer

Fuimos hacia la fila, me recargue en uno de los carritos revisando mi teléfono, unos cálidos brazos se pusieron a mi lado en el carrito rodeando desde atrás, lo miré sobre mi hombro, sus ojos me miraban con mucha intensidad

— ¿Estas jodidamente molesta conmigo? — Murmuró en mi oído, me mostró un lindo puchero

— No, solo quiero ir a casa, estoy muy estresada con el trabajo, los hoteles en Asia están vueltos locos y abandonados — Le dije recargando mi cabeza en su pecho, sus brazos se cerraron alrededor de mi

— Eso es una mierda 

Sonreí

— Será mejor que nos apresuremos, los niños tiene 3 horas solos, temo por su vida — Le dije suspirando

Ares solo río, al pasar a nuestro turno Ares se adelanta y habla un tanto con la cajera, al parecer lo reconoció

— ¿Bunny? — Me llamo, alce la vista de mi teléfono y lo mire — Mi billetera está en su bolso

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