❝DRINK YOUR LOVE❞ ⋯ NCT

PRÓLOGO

El origen de los vampiros siempre ha sido un misterio sin resolver.

¿Fue Vlad Tepes el primero? ¿Tal vez la Condesa Erzsébet Báthory de Ecsed?
Tal vez alguien mucho antes de los mencionados había hecho un pacto con alguna deidad demoniaca o un espíritu tan lleno de odio que la muerte lo rechazo, trayéndole de vuelta a la vida sin posibilidad de ver el radiante sol.

Definitivamente nadie sabía exactamente como esas nocturnas y mortales criaturas se habían originado, pero los humanos sabían que existían, los pueblos intentando no caminar por las oscuras noches para evitar ser la siguiente presa de esos seres tan llamativos.

Pero hace ya un tiempo que los vampiros han intentado convivir en paz con los pueblos, habían optado por hacer cacerías estratégicas donde las desapariciones de las personas podrían ser explicadas con otros factores y sus vivencias olvidadas, personas que tal vez no tenían familia que le reclamaran, personas que iban con ellos al querer acabar con sus vidas. 

Sabían que si hicieran un mal movimiento, por más debil que fueran los humanos, estos les superaban en número y podrían alzarse en rebelión, por eso las grandes familias hicieron un pacto de paz.

Existían clanes y divisiones.

Los de sangre pura a la cabeza con notables estirpes y magnificas habilidades, nacidos de otros de su raza y que usualmente preferían encargar el trabajo sucio de la recolección de comida a sus sirvientes.

Los mal llamados transformados, hombres y mujeres que abandonaron su humanidad al ser mordidos y luego consumido sangre de un vampiro, pasando a obtener un lazo con quien sería su creador.

Los mestizos eran dichos servidores, fruto usualmente de mujeres humanas y vampiros que se aprovechaban de sus encantos para disfrutar de la cálida carne de sus compañeras, quienes perecían una vez dan a luz; aclamados también dhampyrs o impuros, tolerantes a la luz solar pero más débiles en comparación a los puros.

La pureza de la sangre y el estatus que esta daba siempre había sido algo de destacar, algo que los vampiros más antiguos sacaban a relucir siempre como si de medallas y méritos tuviera para intentar escalar sobre el resto de sus hermanos necrófagos. 

Y a pesar de ser escasos los clanes donde existieran pura sangre, estos a veces no podían evitar odiarse entre si, clanes enteros que demostraban una gran repulsión por otros iguales a ellos, colmillos mostrándose en amenazas por la cercanía o inclusive peleas físicas que nada ganaban más que heridas que sanaban a los minutos.

Siempre peleas que eran vistas por los demás puros con aburrimiento, tal como en esos momentos.

— Apártate de mi camino, Suh.

— Tu deberías apartarte del mío, Wong.

A vista de todos, los recién aclamados lideres Johnny Suh y Wong Yukhei no compartían nada en común.

Pero claro, a veces algo podían tener en común.