Nerviosismo

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Sus brazos siempre han sido mi lugar seguro, podría jurar que el de ambos,estábamos anatómicamente hechos para conectar por completo, escuchaba su corazón en mi pecho y la respiración en mi cuello, pero hoy siento a Emilio un poco tenso, él separa nuestro abrazo y me da un besito en la frente, yo solo puedo cerrar los ojos y desear tenerlo así toda la vida. No puedo creer que este cabrón me tenga así, se supone que yo no puedo caer por nadie, sonrío para mis adentros.

-Enana, hoy tenemos un día cansado, pero grandioso, ya lo verás- dice mientras sus ojos se clavan en mí.

-¿A qué hora llegarán los niños? ¿Debo despertar a Aaron?- intento caminar hacia la habitación de mi amigo pero Emilio interrumpe.

-Hoy es solo para nosotros- y sonríe un poco ¿tímido?

-¿Por qué no me habías dicho, eh?- arrugo la nariz exigiendo respuesta

-Porque es una sorpresa Jimena, venga, arréglate, te espero en la sala-

Me guiña un ojo y sale de mi habitación.

Me da tranquilidad saber que pasaré un día con Mili a solas después de los meses tan cargados que hemos tenido con el team, decido mi outfit rápido y corro a la regadera. Intento bañarme lo más rápido posible pero me distraigo y termino cantando take me to church a todo pulmón bajo el agua. El outfit de hoy me gusta mucho, creo que en todo lo que llevo en España no lo he usado: crop top que en realidad es un bralette negro, jeans aguados, unos AirForce 1 con dragones y sudadera con cierre para no estar tan descubierta.

Cuando salgo Emilio tiene una cara un tanto burlona

-¿De qué te ríes?- pregunto a la defensiva

-No me estoy riendo, Jimenita- mientras se incorpora, -es solo que no puedo creer que te sigas negando a grabar al menos una canción, es que Dios  -¿te has escuchado? -eres la ostia y lo sabes-

termina la frase tan cerca de mi, que siento su respiración en mi nariz, apenas levanto la mirada y ya tengo sus manos rodeando mi cara, sus labios se estrellan con los míos, lo rodeo por el cuello y siento ese beso como si fuera el primero, como si en Mérida hace un año nuestras bocas no se hubieran conocido, o como si antier no hubiéramos estado a punto de... me ordeno dejar de pensar y solo disfrutar de tener aquí conmigo a Emilio.

-Vamos enana, que se nos hace tarde-

Camino hacia el cuarto de Aarón y aviso que saldré con Emilio

-¡Con cuidado y diviértanse!- grita desde dentro, yo sonrío, Aarón y yo nos hemos vuelto tan cercanos desde que estamos aquí, estar con él es como estar en casa, en México.

En el coche vamos alegres cantando todo tipo de música desde MJ hasta Bad bunny, eso me encanta de Mili, que se adapta a todo, a mi por ejemplo. Aprovecho que está absorto cantando dangerous y suelto

-¿Entonces a dónde iremos primero?- y lo miro esperando que escupa al menos alguna pista
-¡Que no, Jimena! Que no te diré nada, jaja-

voltea a verme entre sonriente y reprochando mi poca paciencia, yo solo hago cara de puchero mientras vuelvo a mirar al frente. Aunque quisiera no reconozco mucho o casi nada del camino, en momentos como este detesto vivir en un país que no es mío.

Cuando por fin nos estacionamos veo a Emilio rojo y hasta cierto punto tímido ¿por qué carajos está nervioso? Solo me hace estar nerviosa a mi.

Caminamos unos metros y paramos frente a una casa completamente alocada, si se puede decir así,

-Llegamos, enana-

-Se ve increíble, pero... ¿por qué aquí?- Pregunto levantando las cejas, esto no es muy del estilo de Emilio.

-Ya se que no es mi tipo de plan jaja, pero como no has podido pasear mucho desde que Aarón y tú llegasteis, decidí hacer una visita cultural- sonríe pero detecto un
haz de duda en su mirada.

-¡Me encanta Mili, muchas gracias!- digo con una sonrisa enorme, me paro de puntitas y dejo un beso en su mejilla, noto como se relaja y me dice que pasemos.

-La casa Batlló, uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona, hoy seré tu guía- dice sonriendo

Me sorprende demasiado, ¿Cuánto habrá estudiado para esto?

-¿Tú el guía? ¿En qué momento pasó esto José Emilio?- pregunto entre risas

-Que sepas que me he hecho espacio en la agenda para preparar esto- avanza con paso firme.

-¿Cómo has conseguido que te dejen solo este ..? Pero me callo porque el interior de la casa es mil veces más sorprendente que la fachada y me ha dejado boquiabierta.

-Tengo contactos, enana-

La casa está llena de curvas, colores y metales por completo extrovertidos, me encanta. Después de toda la explicación histórica que Emilio hace llegamos de nuevo a la sala central, perdón, Planta Noble, según Emilio, nos sentamos al filo de
las escaleras.

-¿Qué te pareció la casa, enana? ¿Que tal la arquitectura española?- sonríe un poco

-Alocada, y si me gusta, aunque hay otras cosas españolas que me gustan más-
digo mientras lo miro a los ojos, esperando amenizar el momento para que me bese,pero creo que no lo logro pues no repara en mi comentario.

-Alocada y colorida, con formas nunca antes vistas en el arte, aún así hermosa, que roba el aliento, algo renovador pero acogedor a la vez. ¿Viste los colores de la fachada? Como piel de dragón para muchos, para otros una buena representación
del océano, ¿tú sabes que me encanta el océano, verdad?-
Emilio dijo todo eso con una bocanada de aire, por un momento creí que había dejado de respirar

-Sí, a todo lo que dijiste, y sí sé que amas el mar- contesto mientras sonrío

-Bueno, en realidad hay otra razón por la que vinimos aquí- abro los ojos como cuestionando- -Aja..?- alcanzo a articular

La vena empieza a delatar el nerviosismo de Emilio, si no me encantara tanto estaría lo doble de nerviosa que él, me toma la mano y se acerca un poco, siento el ardor subir por mis mejillas.

-Jimena, quise venir aquí porque la primera vez que vine, estaba en el instituto, y me dejó por completo estupefacto, nunca supe cómo describir lo que ver esta obra
me hacía sentir, hasta- duda un poco -hasta que te conocí, tú eres cómo está casa, loca, revolucionaria, colorida, que me hace sentir como si fuegos artificiales explotaran en mi estómago, todo eso conservando la belleza y mejor aún inundando mi vida con tu paz y felicidad-
para este momento Mili tenía los ojos llenos de lágrimas y yo ya parecia magdalena
-estoy enamorado de ti, Jimena, supongo que ya lo sabes, aunque nunca lo haya dicho, sabes como me cuesta hablar de sentimientos- me sonríe un poco
-yo también estoy enamorada de ti, Emilio, lo he estado desde hace mucho- digo mientras sonrío, me besa, lo beso, nos besamos, otra vez como si fuera la primera.
El beso avanza tanto que termino sobre su cuerpo a horcajadas mientras me besa el cuello. Decidimos que no es el mejor lugar
para perder los estribos y salimos de la casa, le doy un último vistazo cuando una chica llega corriendo hacia nosotros.

-Hola, Emilio, perdón por la tardanza, gracias por haber esperado-

-No te preocupes, muchas gracias a ti-
mientras la chica cierra con llave el recinto, así que esos son sus contactos, ella se despide de ambos y regresa corriendo por donde vino.

En el coche de regreso a mi casa Emilio viene más feliz que nunca y no puedo mentirme yo también, voltea a verme y dice
-Jimena, no te voy a soltar, te quiero más que siempre-

De repente escucho I kissed a girl a lo lejos; es mi alarma sonando y puedo sentir mi cuerpo más
tenso de lo que estaba cuando me había acostado, ese maldito sueño me sigue persiguiendo, sin importar que ya han pasado un par de años de haberlo contado en voz alta. El tono de WhatsApp despejó mis pensamientos, era Mónica, me avisaba que tenía que estar en el lobby a las 11:30, afortunadamente tenía un par de horas para intentar tranquilizarme antes del día tan cargado que me esperaba.

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