Cliché

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Emilio's pov

Salí caminando como zombie del lugar de la cena, el corazón me seguía latiendo a mil por hora como si Jimena no hubiera despegado sus ojos de mi desde que cantó, Iván camina a mi lado serio, supongo que está preocupado porque arruiné el maldito plan en cuestión de horas, muchos se dieron cuenta de lo que hice y ya no podremos seguir con el rollo de que "estoy bien con tener a Jimena cerca" ¿me arrepiento? No, siento que por fin pude soltar un poco de todo lo que me he tragado tantos años ¿soy un cobarde por necesitar el alcohol como excusa? Por supuesto que lo soy.

Boggi y Aaron vienen detrás partidos de risa, Leandro detrás de ellos con una "amiga", escucho unos tacones y siento como la piel se eriza como si ésta supiera antes que yo que la que pasará a mi lado es Jimena, y lo es. Veo sus piernas sobre esas zapatillas, el vestido rojo que deja ver esa pierna que tantas veces tome para hacerle sentir que era mía, un remolino empieza a crecer en mi abdomen solo de recordarlo, sigo mirando, su cintura con la tela roja, al final su cuello que puedo observar sin impedimento alguno pues tiene el cabello recogido, sus manos llenas de joyería que se estampaba sobre mi cuello helada, la veo alejarse con el imbécil que la acompañó toda la noche.

-Ivan, voy a dar una vuelta, necesito aire- suelto y empiezo a caminar al lado opuesto por donde Jimena desapareció, subo como quince pisos por las escaleras de emergencia con las manos en los bolsillos del traje hasta que no hay más escaleras por subir, cruzo el pasillo y salgo al estacionamiento. Escucho el mar estallar debajo de mí, camino y me asomo para ver las olas a lo lejos, de pronto las nauseas se apoderan de mi y me arrepiento de haber ingerido tanto tequila, regreso a la seguridad del piso sin mar moviéndose como loco, hay una máquina expendedora, compro un agua y me siento en la acera de espaldas a la máquina, tomo el agua mientras hago recuento de todo lo que pasó hace unas horas, tal vez Jimena nunca vuelva a hablarme por haber cantado esa canción, siempre jugaba con que sería la dedicatoria perfecta por si me rompía el corazón y estúpidamente nunca creí necesitarla hasta que todo se fue a la mierda, sí me rompió el corazón pero, sé que yo rompí el de ella también y actuar como que no lo hice fue igual de cobarde como necesitar alcohol para mostrar lo blando que es mi corazón cuando de ella se trata. Saco dos botellas más y ni así se va la sed. El mareo ya disminuyó, recargo las manos en la acera y estiro las piernas saboreando el aire sobre mi cabello, cierro los ojos.

Han pasado unos minutos cuando siento y escucho pasos por todos lados, solo abro los ojos de seguro van a la maquina de mis espaldas, lo hacen pero escucho una voz nombrando a la chica por la que estoy aquí arriba, un segundo después

-Hola, eres Jimena Jimenez, ¿verdad? ¿podemos tomar un video contigo? –

-Hola- está incomoda lo noto sin siquiera voltear – un video no se podrá, pero si quieren una foto- volteo un poco y veo como la chica y el chico se miran rodando los ojos, volteó por completo, la veo super incomoda sin saber que hacer

-Un video rápido porfa, para mis historias- dice ella suplicando

-De verdad el video no se puede- repite, veo como el cabron saca su celular y empieza a grabar.

Aunque fuera cualquiera haría lo que estoy a punto de hacer, me levanto en un movimiento y ya estoy encarando al tipo, agarro el celular tapando la cámara y digo

-Te está diciendo que no, bro- con la voz más autoritaria y seria que hasta yo me sorprendo, tiene la osadía de contestarme

- Pero solo es un vide...- lo interrumpo

- Pero ya te dijo que no la grabes- me acercó un paso y él se hace un paso para atrás, la chica me rueda los ojos y yo conservo el temple para sonreírle

-Que idiota- dice el chico y arrastra de la mano a la niña mientras se alejan diciendo no se que carajos

Me doy cuenta de que no puedo huir de esta situación y sorprendentemente no tengo ganas de salir corriendo

- ¿estás bien? – pregunto mientras doy media vuelta para verla, la veo suspirar, suspiro también de verla tranquila

-sí, gracias, no sabía qué hacer para que no me grabarán, si alzaba la voz cancelación segura- hace una mueca con la boca escondiendo una pequeña risa – que situación tan cliché, no lo creo- ahora ríe de verdad notando lo extraño de la escena

-Toda la historia es tan cliché- suelto sin pensar; ojalá entienda que me refiero a nuestra historia, me río porque es surreal que hayamos estado en esta situación

-Tienes razón- dice levantando las cejas y tensando la boca con ¿nostalgia? ¿pesar? ¿decepción? ¿miedo?, saber que ya no puedo leerla como antes es como una aguja enterrarse en mi pecho.

- ¿Qué ibas a pedir? – pregunto, aunque juraría que una coca cola

-Una coca, a ver si puedo dormir- sigue paralizada sin mover un pie, reacciono y meto la mano en mi bolsillo trasero para sacar mi billetera, reacciona por fin

- No, ¿Qué haces? Yo traigo...- la interrumpo

-No es nada- saco el billete de cien, pongo el número donde está la coca y meto el billete sin dudar – acéptala como una disculpa por haber hecho que todos te mirarán allá abajo- escondo la mirada recordando la estupidez que hice, me merezco una bofetada. – perdón por incomodarte- digo casi sin abrir la boca, la coca cae y el sonido nos distrae.

-Bueno, en realidad fui yo la que empezó, así que estamos a mano- se encoje de hombros y saca la coca de la máquina – perdón por incomodarlos- dice mientras abre el refresco

-No incomodaste a nadie- me apuro a decir sin saber si habla de los chicos o de, ¡mierda! Me vio con Danielle

- ¿Tu habitación está lejos? - arruga la nariz

-Algo, pero te acompaño a la tuya si quieres – levanto el saco del suelo para no ver su cara al rechazarme

-Ok, vamos- dice y empieza a caminar sin más, me apresuro a alcanzarla, no decimos nada hasta llegar al elevador ¿es normal que todo me este recordando lo que alguna vez vivimos?

-Adivinaré- digo – bajaremos dos pisos - voltea incrédula y presiona el botón de 28, justo dos hacia abajo, sinceramente estoy incrédulo también

- ¿Sigues borracho? Nunca te había visto así, te desconozco Mi...- duda – Te desconozco Emilio Martinez- se recupera y da un sorbo al refresco, escuchar mi nombre en sus labios es como una descarga eléctrica.

- Ya se me bajo- digo riendo, ella me enseñó esa expresión, - he tomado como tres litros de agua para volver a la vida- digo mientras alzo mi mano izquierda con la botella, no puedo creer que estemos bromeando como si nada, se detiene frente a la habitación 287. No sé que fue lo que pasó aquí, pero entristezco de que llegue a su fin, ella saca la llave y abre, pone un pie dentro y voltea a verme, noto duda en su semblante.

- ¿Quieres pasar? No creo poder dormir así que – calla mientras todas las posibilidades de hacer mil y un cosas inapropiadas con ella me asaltan, Emilio que eres un gilipollas, tío, me reprendo interiormente

-Vale- digo y sonrío mientras siento el calor subir por mis mejillas, abre la puerta y al entrar la cierro con mi pie.

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Omg! Apenas viene lo bueno, ¿que creen que pase? ¿Les sorprendió todo esto? Cuéntenme que amo leerlxs.

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