𝐅𝐮𝐜𝐤 𝐲𝐨𝐮! ➪ Beomhyun ✓

Capítulo 4

Tras lo ocurrido en los vestidores, se podría decir que la vida de Beomgyu mejoró.

Ya no tenía que soportar a Kang.

Dejó de ser la burla de la escuela.

Tiene más respeto por los demás.

Propuestas de amistad.

Sus padres lo perdonaron.

Mejores calificaciones, junto a una mejor reputación como estudiante.

Incluso más vida social.

Todo gracias a hacer que Kang probase una cucharada de su propia medicina.

Pero para Taehyun las cosas no iban igual de bien.

Se negó el decirle a alguien más, aparte de Kai, que un hombre lo había violado y él no pudo ni siquiera defenderse.

Por que si, eso fue violación.

Fue humillado de una manera tan sencilla que ahora le tiene cierto respeto a Choi.

Pero es solo le creó una actitud distinta, una asustadiza y nerviosa. No puede estar cerca de alguien y sentirse cómodo o seguro, tampoco puede estar con un hombre por mucho tiempo, menos si es a solas. Aun que es un problema serio, se niega en hablarlo con alguien, no piensa confesar que su mayor enemigo le hizo aquello, no puede aceptar que eso de verdad sucedió.

No habían vuelto a cruzar palabras, solo miradas, divertidas por parte de Beomgyu y nerviosas por parte de Taehyun.

El lobo le huye al cordero.

Aun que Beomgyu en realidad siempre fue el lobo.

...

Tras acabar la jornada escolar, Taehyun se levantó de su asiento guardando con velocidad sus cosas para salir lo más rápido posible del aula.

-Taehy-

Giró con rapidez asustado pegando un pequeño gritito del susto, Felix también se asustó por aquello mirándolo curioso por su reacción, ignoró al chico y siguió con lo suyo apresurándose en salir de ahí.

-perdón... Yo solo quería- ¡Espera, ¿A dónde vas?! - cuestionó al aire cuando Taehyun caminó con velocidad saliendo del aula -

Se dirigió en silencio a la estación del metro, ignorando a todo aquel que pasaba por ahí, procurando no llamar la atención de nadie, no entendía por que pero no quiere que nadie lo vea, como si fuera a ser descubierto y volverse la burla de todos.

Su respiración se volvió agitada sin siquiera haber corrido o haber echo algo para alterarla, simplemente sentía que su corazón golpeaba con fuerza en su tórax, como si quisiera salirse de su pecho, sus manos comenzaron a sudar cuando un desconocido se sentó a su lado, hasta la otra punta de la fila de asientos pero seguía siendo a su lado, de los nervios no se dio cuenta de que había entrado al vagón, supone que pagó el volteo y entrada pues no tenía su dinero en la mano ni en sus bolsillos.

Suspiró al ver que alguien más se sentaba, esta vez en medio de la fila, unos segundos duró quieto y se levantó, no quería ser grosero o hacerlos pensar que su presencia incomodaba, pero en realidad lo ponían nerviosos, se puso de pie junto a la puerta donde alguna que otra persona entraba, pero después de menos de un minuto millones de personas entraron, no tantas en realidad, pero para Kang fue como ver una avalancha de personas entrar, sus pelos se pusieron de punta cuando se vio arrinconado cerca de la puerta, estuvo por salir pero ambas puertas se cerraron incluso antes de poder moverse, buscó calmarse buscando su teléfono en sus bolsillos pero ese día su suerte iba horrible, lo comprobó cuando su teléfono cayó de cara al suelo.

Bufó molesto agachándose para tomar su teléfono disculpándose con quién había empujado sin querer con su trasero, se enderezó cuando tuvo entre sus manos el aparato y estuvo por disculparse con el desconocido pero sintió que alguien apoyó su peso sobre su espalda, apresándolo entre la puerta y el cuerpo ajeno, sostuvo su respiración muriendo de los nervios, no quería moverse en ese momento, no quería ni respirar, solo quería retroceder el tiempo, haberle echo caso a Felix para perder el metro y no tener que estar en esa horrible situación.

-que bueno el verte de nuevo - susurró sobre su oído el chico, empujándolo más hacia el frente - querido Kang...

Sus ojos se abrieron en grande mientras miraba en todas las direcciones, nadie les prestaba atención, todos estaban muy ocupados con su propias vidas como para meterse en la de alguien más, todos les daban la espalda creando así una cortina que impedía a los demás ver lo de pasaba entre ellos.

La barbilla de Choi se apoyó sobre su hombro, respirando sobre su cuello, haciéndole cosquillas pero ni siquiera se movió, ni un poco, agachó su cabeza mirando la mano de Beomgyu que recorría su abdomen, acariciándolo de manera sucia y descarada, sus bellos se erizaron resintiendo lo que el mayor le hacía a su cuerpo y piel, tuvo miedo de que lo que ocurrió en los vestidores se repita, necesita salir de ahí con urgencia, pero si pide ayuda lo descubrirán, sabrán que fue humillado y violado por su presa, su presa que ahora es su depredador que está por comerlo ahí mismo frente a tantas personas evidenciando que no es tan fuerte y valiente como siempre lo quiso aparentar frente a todos.

Su cuello fue invadido por la boca ajena, giró su cabeza en busca de estar lejos del chico, pero este pronto estuvo moridiéndolo haciendo que se obligue a ahogar un grito adolorido, llevó su mano hasta su boca cubriendo los quejidos y fuertes respiraciones, sintió su piel se mordida de nuevo y esta vez ser succionada de manera que hizo doler su cuello, apoyó su mano en el cristal de la venta ubicada en la puerta, sosteniendo su peso y el de Beomgyu cuando este se inclinó en busca de su mejilla, lamiendo esta consiguiendo llenarlo de asco, odió sentir la mano de Choi acariciar sus pezones, no le gusta la manera en que lo está tocando y acariciando.

No se siente bien para él, es horrible y asqueroso, quiere pedirle que se detenga pero no va a escucharlo, solo se burlará y follará ahí mismo.

Se sentía violado de nuevo, como que eso se repetía, y no quería que sucediera, inevitablemente se dejó llorar cubriendo su rostro con su mano, ahogando los sollozos que quería soltar, Beomgyu al verlo llorar se separó levemente de él, sintió alivio de no sentir la boca del mayor seguir invadiendo su cuello y mejilla.

-¿Llorarás como la niñita que eres?... Sabía que eres un maricón - soltó con burla sobre su oído, consiguiendo hacer que su llanto aumente. Lo estaba humillando - esto no acabará aquí, volveré a tomarte una, y otra, y otra, y otra vez hasta que me aburra de ti... - susurró con voz ronca en su oído para después sentirlo sonreír -

El metro se detuvo y la puerta de abrió, rápidamente apartó la mano de Choi y salió con velocidad del vagón, alejándose para llegar a su casa y llorar toda la noche.

Necesita llorar sin que nadie lo llame maricón.

...