VI

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"𝑵𝒐 𝒕𝒆𝒎𝒂𝒔, 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓á 𝒃𝒊𝒆𝒏"

Youngjo se había convertido para los Yeo en su segundo hijo, tenía una copia de las llaves de la casa y confiaban plenamente en él para todo, pero principalmente el todo lo que tenía que ver con Hwanwoong.

Así que no era la primera vez que el peliplata se quedaba con el menor durante la noche, cuidando de él porque estaba con fiebre.

Era algo un poco preocupante, Hwanwoong solía ser muy propenso a tener fiebre, el chico no parecía tener nada de malo, sólo el dolor que no lo dejaba hacer nada más que no fuera quedarse en la cama.

Y en días así, el mayor se quedaba a su lado.

Esa noche los padres del rubio tenían que viajar a Ansan por un asunto familiar, pero no podían llevar a Hwanwoong enfermo con ellos, así que le habían pedido a Youngjo que lo cuidara.

Ambos acostados en la cama matrimonial de los padres del rubio, aunque el más joven se había quedado dormido sobre el pecho de Youngjo, lugar donde se sentía más cómodo porque sus latidos lo calmaban.

Con Hwanwoong dormido sobre él, Youngjo se planteaba si los sentimientos que tenía hacia el chico serían correspondidos.

Y tenía miedo.

No sabía bien desde cuándo, quizás desde el mismo día en que lo vio, pero comprendió que lo que sentía hacia él no era amistad, aunque todavía no lo había aceptado.

Mirando a Hwanwoong dormir, Youngjo pensó que no le molestaría de eso todos los días, notó que el chico movía sus labios y un poco los dedos de sus manos al dormir, le parecía adorable, lo acomodó mejor sobre la almohada, para que él pudiese descansar sin incomodidad.

O eso creyó, ya que Hwanwoong pareció notar la lejanía de Youngjo de su cuerpo, porque frunció el ceño en sueños y se acurrucó más cerca del peliplata, moviéndose peligrosamente cerca de sus labios, haciendo que la respiración de Youngjo se cortara un momento.

Dios, su corazón no podía soportar eso.

Intentando calmarse, bajando el color de su ahora caliente rostro, Youngjo se concentró en seguir durmiendo.

Si Hwanwoong normal era adorable, Hwanwoong con fiebre lo era mil veces más, a Youngjo le parecía un poco mal encontrarlo tierno, sabiendo que al chico se le partía la cabeza de dolor.

Pero verlo con un ligero mohín todo el día, con los ojos cansados y una costumbre de inflar las mejillas por el dolor lo hacían parecer como un bebé, en lugar de un tierno adolescente de dieciséis años.

Hwanwoong había cambiado por su pubertad, pero para suerte de Youngjo, no eran grande diferencias, aunque el menor ganara un poco más de altura, su cuerpo se había estilizado, ya no parecía el chico esponjoso, incluso para el gusto de Youngjo, Hwanwoong estaba muy delgado.

El mayor se encargaba de darle sus medicamentos y se quedaba a su lado hasta que tragara su pastilla, aunque al chico solía costarle varios tragos pasarla.

Youngjo lo felicitaba con una sonrisa y solía acostarlo para ponerle un trapo de agua fría en la frente, que lograba bajarle el dolor un rato, donde podía conversar con su amigo perfectamente.

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