XI

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"𝑬𝒍 𝒅í𝒂 𝒆𝒔𝒕á 𝒎á𝒔 𝒃𝒐𝒏𝒊𝒕𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒔𝒕𝒖𝒎𝒃𝒓𝒆"

-Hwanwoong, Hwanwoong, espera...

El chico mudo no parecía querer aflojar el paso y de nuevo no sabía por qué huía.

Quizás era porque estaba demasiado avergonzado, porque tenía demasiado miedo, ni él sabía de qué.

-Hwanwong-Youngjo tomó su muñeca y lo hizo voltear, frenando su paso apenas a un metro de la habitación.

Sus ojos se encontraron y la mente de Youngjo se quedó en blanco, ya ni siquiera se acordaba de lo que iba a decir, de lo que había practicado; Hwanwoong ladeó su cabeza, provocando que mechones de cabello cayeran frente a sus ojos.

-Yo...-comenzó el peliplata sin saber cómo seguir-Había preparado algo pero ya...No lo recuerdo-Soltó una risa nerviosa-¿Te importa si improviso?

Hwanwoong se giró un poco más hacia él, esperando lo que tenía que decir, se sorprendió un poco cuando la mano de Youngjo bajó de su muñeca hacia su mano, tomándola.

-Hwanwoong, me gustas-Dijo con el rubor amenazando salir-mucho. Y eso es desde hace bastante tiempo. Me gustas desde antes de ese beso, Hwanwoong-Sonrió cuando el menor abrió los ojos de sorpresa por aquellas palabras-Quiero cuidarte, estar a tu lado todos los días, hablar contigo por horas antes de dormir-El peliplata volvió a sonreír-Yo...N-No puedo decir desde cuándo es así. Solo sé que te quiero, te quiero tanto que creo que te amo.

Y esa era la única seña que Youngjo recordaba; alzando la mano en un puño levantó su dedo meñique para luego estirar el dedo índice y el pulgar.

-Te amo.

¿Cómo decirle a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar?

O algo un poco peor.

¿Cómo le correspondes a alguien sus sentimientos si no puedes decir una palabra?

Hwanwoong notó el ligero miedo de Youngjo en su mirar, miedo el cual parecía aumentar con cada segundo de silencio.

¿Miedo de que? ¿De perderlo? Supuso, de perder su amistad, quizás, de perder la posibilidad de ser algo más, creyó.

Acercándose a él, alzándose un poco sobre las puntas de sus pies, juntó sus labios con los de Youngjo por afortunada segunda vez. Y el peliplata respondió con el mismo cariño, con las mismas ganas.

Al separarse, Hwanwoong río, a su manera, haciendo que Youngjo se enamorara un poco más, rodeando su cuello con sus brazos, atrajo al rubio hacia él, abrazándolo.

Hwanwoong palmeó a Youngjo cuando vió a su madre grabando todo con su teléfono.

La mujer soltó una risa jovial y cortó la grabación, bajando las escaleras apresuradamente haciendo reír a ambos chicos.

-¿Todavía no le dijiste lo que sientes?-Youngjo negó, manteniendo su seriedad, Leedo por su parte, parecía decepcionado-¿Pero lo has visto?-Youngjo asintió.

-El otro día lo vi... Bien, estaba en su casa, era lógico pero con su madre pensábamos que llegaría más tarde-Contó-Pero me vió practicando las señas y cuando quise decir algo se fue...Y yo me congelé, no pude ir-Mintió, el menor se frotó el rostro, suspirando pesadamente.

-Que Idiota...

-¿Por qué?-Youngjo alzó una ceja-¿Por no decir mis sentimientos?

-Exactamente-Concordó el chico.

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