"𝑺é 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒂 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒐 𝒆𝒏 𝒎𝒆𝒅𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒐 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒂𝒓𝒕𝒆"
Hwanwoong se veía asustado, ni siquiera Youngjo podía calmarlo, así que luego de que tomaran una muestra de sangre y caer en casa de su tía, lo primero que ofreció la mujer fue que tomaran un baño y se relajara todo lo que quisiera, aunque tomó varios mimos y besos de parte de Youngjo para que el rubio se sintiera un poco mejor, al menos como para quedarse sólo en el baño, para entonces, la noche ya había caído.
Para cuando el peliplata pudo separarse de su novio, la madre y la tía del chico ya estaban hablando, llegando el menor para el punto en que su madre postiza lloraba a moco tendido mientras la otra mujer la abrazaba con fuerza, sin llegar a entender del todo los balbuceos de la mujer.
Quizás era suerte, quizás no, pero la señora Yeo seguía teniendo esa costumbre de mover las manos en señas para todo lo que hablaba, sólo, que ahora eran las únicas cosas que Youngjo más o menos podía entender, los ojos del chico se llenaron rápidamente de lágrimas, hasta un sollozo lo delató, haciendo que ambas mujeres se preocuparan por él.
-Ravn...
-¿Qué tiene de malo Hwanwoong?-Habló, con la voz tan rota como se sentía por dentro.
La tía del chico abrió la boca, pero no dijo nada, la cerró de nuevo, por su parte la señora Yeo negó con fuerzas, se separó de su hermana para acercarse al menor, limpiando sus lágrimas inútilmente, pero por más que abrió la boca, su voz sonaba rota a la hora de hablar, el nudo en su garganta parecía solo crecer, hasta que finalmente negó, sus manos temblaban demasiado y sentía sus dedos torpeza, sin siquiera poder hacer una seña.
Miró a su hermana y sólo asintió, como si le diera permiso de hablar, Youngjo quiso gritar, no entendía nada de lo que ocurría, pero la señora Yeo se veía devastada, así que se mordió el labio con fuerza, mientras la veía salir de la cocina.
Youngjo miró por unos momentos a la mujer.
-¿Qué está pasando?
Su mano fue tomada por la mujer y fue guiado hasta el patio, alejándolo unos metros de la casa, impacientando a Youngjo, quién no podía quitarse ese sentimiento de que todo estaba a punto de desmoronarsele del pecho, finalmente la mujer lo liberó del agarre, deteniéndose en medio del patio, lo miró con lo que pareció pena.
-¿Qué está pasando? ¿Qué tiene Hwanwoong?-La mujer aguantó las lágrimas.
-Youngjo... ¿Por qué crees que Hwanwoong se hace estudios del cerebro?
El peliplata no sabía qué responder, comenzó a negar, con miedo de que la idea que tenía en mente fuera real, recordó cuando había acompañado a Hwanwoong a todos esos estudios, a todas esas radiografías y análisis.
Recordó que había tenido miedo por él, comprendió que le habían mentido al decirle que los estudios del cerebro no eran graves y que no debía preocuparse.
-Dicen que muchos problemas de ansiedad, de tristeza... Tantas cosas malas, psicológicas o emocionales terminan afectando al cuerpo de manera biológica-Habló la Azabache-De pequeño, a Hwanwoong le detectaron un tumor en el cerebro-Su voz sonaba endurecida.
Youngjo sintió sus piernas débiles.
-Él... Me lo hubiera dicho-Quiso negarlo.
-Creo que conoces a Hwanwoong lo suficiente como para saber que él no hablará de sus problemas... Y te mentirá si es necesario-Youngjo no tuvo con que discutirle esas palabras a la mayor-La cosa aquí es que, siempre estuvo bastante controlado, por muchos años recibió tratamiento cuando era niño y creían que de alguna manera... Lo habían "dormido", habían logrado reducirlo, pero siempre nos dijeron que cabía la posibilidad de que regresara, de que volviera a crecer... Acaban de llamar del laboratorio, dieron los resultados de la prueba de sangre y tiene una gran cantidad de glóbulos blancos, osea, su tumor lo está afectando, su cuerpo intenta defenderse, sus dolores de cabeza...
-Son por el tumor-Finalizó el menor, recibiendo un asentimiento.
-Son muy normales en cosas así, al igual que la fiebre.
Youngjo temblaba completamente, de repente se sentía totalmente debilitado.
-¿V-Va a morir?
Ante el silencio otorgado por la mujer, Youngjo se dejó caer ante el llanto.
-No lo sé... N-No es tan grave, no llega a ser cáncer aún, creo que... Una operación es posible, o algo así, yo... No lo sé... El tumor no era tan maligno pero...-La mujer suspiró rendida, solo decía todo aquello en un intento de calmar el llanto del menor, ella no tenía idea de qué ocurría-Lo sabremos con los estudios-Miró al peliplata con pena, la empatía provocaba que sus ojos también se cristalizaran-Yo te lo hubiera dicho Youngjo, pero...-Su voz se cortó, comenzando a negar-Hwanwoong no quería que lo supieras y a sus padres no les gusta hablar de eso... No creían que podría tener problemas de nuevo, habían pasado años sin que pasara nada... Lo siento.
Youngjo no tenía nada para decir, así que se volteó para ingresar de nuevo a la casa.
La señora Yeo se había encerrado en el cuarto y sus lamentos de escuchaban si pasabas ver a de su puerta, Youngjo quería hacer lo mismo, pero pensando en que debía ser fuerte para hacer sentir mejor a Hwanwoong, borró sus lágrimas y se encaminó a la habitación.
Al abrir la puerta, encontró a Hwanwoong envuelto en una toalla, para que su número cabello no empapar su pijama, tenía la mirada baja y perdida, el rubio alzó la vista cuando sintió la presencia de su novio, mirando con sus lindos y brillantes ojitos al mayor, Youngjo solo quiso volver a llorar al ver lo bonito que era su pequeño.
Con lentitud, se sentó sobre la cama donde el rubio dormía, el chico se irguió un poco, sentándose de piernas cruzadas frente a él, Youngjo tomó la mano de su novio, besando su dorso, mientras una sonrisa penosa apareció en sus labios.
-¿Por qué no me dijiste?-Preguntó Youngjo, su voz sonó ronca y algo rota, Hwanwoong bajó la vista, supo que ya no podría esconderlo.
-Tris-te-Dijo bajito, señalándolo-Como ma-má.
El labio de Youngjo tembló con ganas de volver a ver en llanto.
-Hwanwoongie, hay cosas, que por más tristes que sean, deben saberse-Murmuró.
Hwanwoong negó, parpadeó varias veces para despejar las lágrimas que comenzaban a crecer en sus ojos, aunque eso no impidió que comenzara a llorar.
-No... Quiero-Murmuró-Yo q-quiero ser fe-liz, s-sin de-cir eso, s-sin pen-sar eso...-Habló entre sollozos e hipidos, finalmente para romperse, desbordando lágrimas.
Youngjo lo abrazó con fuerza, como si así pudiera arreglar las cosas, acomodando a Hwanwoong contra su cuerpo.
-Hwanwoong, pequeño... Mereces toda la felicidad del mundo-Murmuró el mayor, carcomido por la injusticia.
ESTÁS LEYENDO
MUTE
Romance"¿Cómo le dices a alguien que lo amas si no siquiera puedes hablar?" Eso es algo que Kim Youngjo y Yeo Hwanwoong estaban dispuestos a averiguar Porque el amor no conoce de reglas, raza, estado social, género o enfermedad... Solo llega y espera flor...