Siento mi cuerpo liviano como si flotara, abro los ojos los cuales les inunda un color azul con algunas nubes blancas. El sonido del viento chocando contra el pasto, me hacia sentir en paz. Ya llevaba treinta años de que ella murió y en todo ese tiempo jamás pude estar en total tranquilidad conmigo misma. Aún recuerdo la forma en la que murió
Treinta años atrás..
- Cariño piénsalo un poco, es muy arriesgado que vayas a esa misión policiaca.
-Natalia, amor mío mi trabajo es ser detective, investigar escenas del crimen y encontrar a criminales. Estaré bien así que tranquilízate, nuestra estrategia es perfecta y si todo sale bien regresare para la cena de mañana.
Me dio un beso profundo y me abrazo con fuerza despidiéndose de mi, se levanto de la mesa, tomo su placa y pistola guardándola así en su pistolera de hombro y escondiéndola con su saco. La acompañe a la puerta y la volví a abrazar para así guardar su aroma y sentir sus brazos en mi torso, se subió al auto y mire como se alejaba
La sensación de angustia no se iba, tenía un mal presentimiento y así fue al día siguiente vino su colega José. Tenía el brazo enyesado y varias curaciones en la cara, su mirada me refleja que algo estaba muy mal.
-Natalia, querida ¿Puedo pasar?.
Asentí y le guíe al sofá, le ofrecí un café y este accedió, regresé con dos tazas humeantes y un paquete de galletas.
-Querida, lo que tengo que decirte... Quizá sea un poco, bueno no son buenas noticias. Lamentablemente Sofía murió en la misión de anoche, hubo un traidor el cual aviso al cartel de narcos que iríamos esa noche... Sofía era la cabeza del grupo y la dejaron gravemente herida, para cuándo todo termino ella estaba en sus últimos alientos de vida y ella me pidio que te diera esto en caso de que... Bueno tú entiendes. Lo siento demasiado...
-Entiendo, Sofía siempre me explico los peligros de su trabajo y yo- no aguante y empecé a llorar - solo deseo verla cinco minutos más.
José se acercó, abrazándome e intentando consolarme. Los meses después fueron muy borrosos, solo recuerdo que jamás fui capaz de salir de casa y jamás pude ver la caja que me dejó, nunca tuve el valor de abrirla y saber su contenido...
Actualidad
Acarició los bordes de la caja de madera y no puedo evitar que una lágrima salga, la abro con lentitud, como si un demonio fuera a salirse y devorarme por completo. Lo primero que veo es una carta perfectamente doblada, al alzarla también hay una pequeña caja la cuál abro y hay un par de anillos con una pequeña frase
"amor aeternus"
Sabía que significaba, nuestro amor es eterno, abrí la carta.
Querida Nat.
Es muy probable que en este instante me haya pasado algo y que seguramente no podré estar ahí para cuidarte, amarte y acompañarte el resto de la vida, pero eso no quiere decir que te dejare a la suerte, tengo la certeza que si existe el cielo estaré ahí cuidando de ti desde lo alto.
Natalia fuiste, eres y serás el amor de mi vida, eres una mujer independiente y ruda, me lo demostraste esa ves en la preparatoria, cuando el idiota de Issac intento pasarse y le propinas te una buena paliza.
Tengo la confianza de que eres lista y sabrás cómo seguir sin mi y también tengo la certeza que nos encontraremos de nuevo, oh querida eres mi más grande tesoro y me hubiera gustado tener bebés contigo, hubiéramos sido unas madres perfectas.
Te mando besos desde el más allá, con amor.
Sofía...
Cerré la carta con lágrimas impresas en este, me puse el anillo en el dedo anular. Había una foto de nosotras dos en nuestra primera cita, bese la foto y su carta. Sabía que ya era tiempo de irme y aunque no se por que jamás abrí la caja, supe que era su forma de decirme que no la olvidará pero que también siguiera con mi vida, al final su promesa se cumplirá.
-Te veo en unos momentos querida...
Cerré los ojos y la sensación de livianidad fue sustituida por paz...