El cenizo miraba a su padre desorientado, no sabía que decír o que sentir, sólo se acercó hacia el con clara intención de que le explicará.
–¿¡QUE MIERDA OCURRE AQUÍ?! MALDITO VIEJO, POR POCO PENSÉ QUE LA VIEJA BRUJA HABÍA MUERTO ¿¡QUE ERA ESO DE "VEN, ES URGENTE. . . LO SIENTO" ¿¡¡QUE SIGNIFICA ESE "LO SIENTO" AL ÚLTIMO?!.—Grito muy cabreado siendo observado por dos pares de ojos.
–¿Quien eres tú?.—Preguntó la recién despertada.
–Hijo, necesitamos hablar afuera.—Masaru salió sin decir nada más.
Bakugo le siguió hacia afuera para entender la situación, aunque al escuchar lo que su madre le dijo ya tenía una leve idea de lo que estaba pasando.
Al estar afuera Masaru le explico todo a Bakugo sin omitir ningún detalle ya que sabía que su hijo podría con eso, el era más fuerte que Masaru y él lo sabía.
–¡Tsk! ¡Pura mierda!.—Solto muy fastidiado.
–Lamento esta situación hijo, si yo hubiera insistido más en ir con ella tal vez no estuviera ella así, tal vez era mejor que yo fuera el afectado.—Comento triste.
¡PASS!.
Se escucho por todo el pasillo, Bakugo le había dado una santa cachetada a su padre.
–¡QUIEN DIJO QUE ESTAR TU EN ESA MALDITA SITUACIÓN SERÍA MEJOR! ¡Conozco a quien me parió, se lo terca y obstinada que es y se que por nada del mundo hubiera desistido de ir sola o que tu fueras!.—Con eso dicho salio del hospital pues tenía mucho que pensar y su padre igual, y también dejaría que el se encargue de eso. El más que nada sabe que si su padre hubiera sido el afectado toda esa situación hubiera sido más mierda.
Con sus manos en los bolsillos se permitió insultar a cada uno de los que cruzarán su mente. Hacer eso lo distraía y lo relajaba de cierta manera.
Al llegar a los dormitorios fue directo a su habitación ignorando a todo aquel que se pusiera en su camino o esa era la idea principal pues dos personas estaban frente a la puerta del cenizo.
–¿Qué mierda hacen en mi puerta?.—Se acercó a ellos con el ceño fruncido esperando una buena respuesta para no explotarles la cara.
–Veníamos a invitarte a una cita.—Dijo sin rodeos el semi albino.
–¡No iré a ningún puto lado, ahora háganse a un lado bastardos!.—Dijo muy enojado mientras amenazaba con explotarlos si no se quitaban de su puerta.
El ojo esmeralda bajó la cabeza, esperaba que kacchan dijera que si pero que podía esperar era el. El semi albino no le agrado para nada la respuesta así que usaría un viejo truco que aprendio.
–Ya veo, te da miedo salir con nosotros.
–S-si, el no puede. —Al ver lo que hacía su pareja le secundó entendiendo lo que haría.
El cenizo sólo Chasqueo la lengua, no podía permitir que esos malditos bastardos dijeran algo así, así que aceptó a regañadientes.
–Bien, nos veremos en unas horas en este lugar.—Le dio una hoja con la dirección y se fueron de ahí para darle tiempo al cenizo de que se cambiará y así.
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