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Primero vayamos con el trío
Los tres se habían puesto de acuerdo para ir a la habitación más grande o más espaciosa que era la de Shoto ya que el no tenía tantas cosas en su cuarto como Deku o cosas peligrosas como Bakugo.
Deku y Shoto miraban al pequeño niño que se escondía de los más grandes, intentaron preguntar su nombre pero solo se ponía a llorar, ninguno de los dos sabía cuidar de un niño.
Y se preguntarán ¿y él musulmán donde se encuentra? Pues el estaba haciendo algo de comida porque tenía que alimentar al pequeño mocoso, y también porque él tenía hambre.
Al terminar dejó la comida en la mesa y subió hacia la habitación del bicolor para ir por el niño. Entró como si nada, al ver aquella escena sólo soltó una risilla porque aquella escena ante sus ojos eran sin duda muy divertida.
Deku y el niño estaban llorando y Shoto estaba desesperado porque no sabía que hacer, algo muy gracioso a los ojos de Bakugo.
-¡Oi mocoso!, Se que tienes hambre así que mas te vale que vengas conmigo para darte de comer.-Dijo intentando no decir una grosería ante un niño pequeño.
El pequeño albino miró al cenizo y asintio, camino algo temeroso y salió del lugar.
-¿Cuál es tu nombre, mocoso?.-Preguntó mientras caminaba al lado del niño.
-I-ibuki.-Respondió él pequeño algo tímido.
Bakugo no dijo más hasta que llegaron a la cocina, los dos comieron sin decir nada.
-¡E-estubo delicioso, gracias señor!.-Dijo Ibuki con algo de confianza.
-Es obvio que estaba delicioso, al fin y al cabo lo hice yo, y dime Bakugo.-Dijo algo altanero el cenizo.
Los dos siguieron hablando mientras que con Deku y el bicolor los espiaban porque temian que la rubia explosiva le hiciera algo al nene aunque se veía todo lo contrario.
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