INCONSCIENTE AMOR

Todo arreglado

Corrí hacia mi habitación me cambié y fui al cuarto de al lado, al de Bakugo. Me quedé parado no me podía mover empecé a ponerme nervioso y mis manos sudaban, creí que esto sería más fácil. Poco a poco alcé mi mano para tocar pero en ese momento se abrió la puerta y vi a Bakugo con pijama aún, es que acaso no salió de su habitación todo el día, abra dormido bien… ya habrá comido. Bueno no importa tengo mantener un poco de distancia

- Oye Kirishima!

- Eh a hola

- Que te pasa, estás bien

- Ahh si estoy bien, no te preocupes- dijo el pelirrojo un tanto nervioso y avergonzado

- Ok y a qué venías eh, por qué estabas a punto de tocar la puerta mira tu mano sigue arriba- en ese instante agarró la mano de Kirishima y la bajo- y bien a qué venías.

- Ah sí, Bakugo tenemos que hablar de lo de ayer y todo lo que ha ocurrido hasta el momento – la cara de Kirishima era demasiado sería al igual que su voz, lo cual le sorprendió al otro

- Estoy de acuerdo, yo también pensaba hablar contigo en el momento que te encontrara pero a decir verdad no creí que tu vinieras primero pensé que me evitarias

- Y pensaste bien, pero no podemos dejar las cosas así, no quiero estar en malos términos con nadie y mucho menos contigo, mmm así que ¿Puedo entrar?

- Si está bien pasa, siéntate dónde quieras yo regreso en un rato voy a la cocina por algo para comer no me tardo….- en ese momento Kirishima paso y se sentó en la cama de Bakugo mientras que este cerro la puerta de la habitación dejándolo solo por un momento.

Bakugo se dirigió a la cocina en busca de algo para comer y aunque no quería este sabía que debía cuidarse. Al llegar encontró a Tsuyu y Momo preparando algunos bocadillos, ellas se sorprendieron de ver al rubio pero inmediatamente continuaron con lo que estaban haciendo pues la expresión malhumorada y para nada agradable de Bakugo las incómodo, aún no se acostumbran. El como siempre ignoro a los extras como el suele decir. Se preparo un par de sandwiches, tomo un vaso, se sirvió agua y emprendió su camino de regreso a su habitación mientras comía, y en lo que se preparaba mentalmente para poder hablar tranquilamente con Kirishima que al igual que él no quería estar en malos términos, Bakugo apreciaba a Kirishima sin embargo, no tanto como para permitirse tener una relación con el, aún así no quería actuar impulsivamente, y aunque su carácter no ayudaba quería calmarse para no ahuyentar al  pelirrojo, Kirishima era su mejor amigo.

-oye Bakugo! Bakugo!! – decía Mina casi gritando.

En eso  el rubio salió de sus pensamientos y toda su preparación se fue al instante.- que quieres mierda! – contesto el chico enojado y sacando pequeñas explosiones.

- Oye cálmate, tranquilízate un poco puedes dañar a alguien… solo quería decirte que no lleguen tarde solo eso así que ya, ya me voy…- decía Mina mientras sonreía y empezaba a alejarse lentamente.

Bakugo extrañado pregunto – hey…ojos de mapache, llegar tarde a dónde?

- Pues a la fiesta! Acaso kiri no te dijo? Bueno entonces ya te dirá por favor vallan, necesitamos estar todos un rato entre compañeros, no te va a hacer daño anda! – al terminar se fue corriendo hasta que ya no se vio rastro de la chica.

- Kiri? ¿Se refería a Kirishima? ¿ Una fiesta? Pero que mierdas dice… necesito preguntarle

Después de aquella plática con Mina continuo su camino hasta llegar a su habitación, se quedó parado en la puerta y dio un gran suspiro, los nervios poco a poco llegaron, pero se mantuvo firme y abrió la puerta…

- Oh! Bakugo llegaste! – Kirishima lo recibió con entusiasmo y una gran sonrisa

- Cómo sea- contesto, mientras rápidamente comía lo que había ido a traer. – y bien? Ahora sí platiquemos…

- Ahh si…-contesto el pelirrojo, en tono muy suave que si apenas se escucho, sin embargo, Bakugo logro escucharlo.

– ehh bueno…mmmm no se por donde empezar- kiri no sabía que hacer toda su determinación se fue, estar frente a la persona que te gusta es un poco complicado y más aún si es para decir que estás bien con que no haya nada, era por el bien de los dos pero el dolor en el pecho se hacía más fuerte, temía que sus palabras sean cortadas por el nudo en la garganta que tenía en ese instante, pero debía ser fuerte y sonreír, ya no iba a caer.