Capítulo 2

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《Soportando a Yuna y conociendo a el contenedor de Sukuna

Mi despertador sonó, anunciando que era hora de levantarme y a los segundos, use mi poder maldito para crear una mano azulada traslucida y esta se movió debajo de las mantas con dirección al despertador, para que después, la mano apagará el mismo. Con pereza me destape hasta la cintura dejando a la vista a una versión de mi de recién me levanto, es decir, una hermosa mujer de 28 años con el cabello negro despeinado, enredado y desparramado por la cama, mientras aún se notaban los leves bucles del mismo, piel pálida cual enfermo, nariz pequeña, pestañas finas y cortas, cejas algo gruesas y unos medianos ojos rojos que apenas se notaban, ya que estaban entrecerrados por la luz que entraba por mi ventana (que si bien era poca, me molestaba de todas formas), sin embargo, esto no duró mucho ya que tal como la mano que cree apagó el despertador, corrió las cortinas evitando que entre la poca luz que entraba en un principio.

Tras soltar un suspiro lleno de cansancio y alivió me termine de destapar y me levante de una vez dejando a la vista por completo un remeron blanco el cual tenía una imagen de plantas vs zombis y unos shorts grises (algo viejos y desgastados) a penas a la vista, pero que parecieron desaparecer en cuanto acomode con pereza el remeron dejando solo a la vista mis largas piernas. Camino con dirección al baño de mi habitación aún con algo de sueño y no puedo evitar bostezar de camino al mismo. Una vez ahí, como ya era costumbre, me lave la cara y me miré al espejo, quedándome mirando por un corto periodo de tiempo mis ojos, notando debajo de estos unas marcadas ojeras (aunque, bueno, estas eran unas ojeras más marcadas de lo normal), fruncí el ceño al notar este hecho recordando levemente todo lo que había pasado el día anterior y la razón de mi cansancio actual (dejando de lado que no pude dormir prácticamente nada, como casi siempre), claro, no es como si yo hubiese hecho mucho el día anterior, excepto por supuesto, soportar a mi (autodenominado) amigo (ya que me negaba a aceptar el resto de cosas que el albino decía) y colega de trabajo: Gojo Satoru, además claro, de acabar con muchas maldiciones de distintos rangos, de forma rápida y la mayoría al mismo tiempo, gracias al largo alcance de la mayoría de mis técnicas, aun si solo use una, la favorita y predilecta de entre todas mis técnicas, la que menos odiaba.

Tras recordar lo que pasó el día anterior, las palabras del albino se repitieron en mi mente, provocando que me sonrojara y me olvidará de todo a mi alrededor e incluso de mis pensamientos. Rápido, al notar que estaba casi por completo en las nubes, me volví a lavar la cara y después de asearme salí del baño envuelta en mi bata color verde esmeralda y con mi cabello envuelto en una toalla de igual color, una vez que volví a mi habitación, me dirigí directo a mi armario, en busca de un conjunto cómodo aprovechando mi día libre, cosa que ya necesitaba, estaba que me caía del cansancio.

Sin ganas de elegir un conjunto, tome ropa al azar, importandome poco, si esta combinaba o no, ya cuando tome la ropa, la coloque en mi aún, desarmada cama, lo primero fue terminar de secarme, luego me coloque mi ropa interior, una ropa interior simple, sin encaje ni ninguna decoración que me haga lucir sexy, después de todo, ¿para qué me pondría yo esa clase de ropa interior si no tengo pareja a la que mostrarle algo? Aunque tampoco tenía mucho que ofrecer, no se puede esperar mucho de un busto de copa b, una cintura normal y una cadera ¿apetecible? No sabría decirlo, no soy hombre, de igual forma debo admitir que tengo lo mio, esas posaderas redondas y respingonas, ni muy grandes ni muy... ¿cómo termine pensando en esto? Y más importante, ¿qué hago yo observando mi cuerpo en el espejo de cuerpo completo mientras digo mis puntos buenos y malos?

Oh vamos, solo observas lo hermoso y sexy que es nuestro cuerpo, el decir los puntos buenos y "malos" son solo un dato extra. Aunque si soy sincera, yo te doy y no consejos... -dijo con un tono coqueto y sexy, pero que denotaba cierto orgullo y egocentrismo al alabar el cuerpo.

Mi Mayor Problema |Jujutsu Kaisen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora