Capítulo 10

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Poner la música cuando se le indique (*)

《Pistas ocultas, el entrenamiento de Itadori y, ¿la caída del segundo guardián?》

Yumiko y Satoru acababan de llegar a la casa de la primer nombrada, encontrando a Itadori hablando tranquilamente con Shiro y a Ao con aparente mal humor, Satoru quiso presumirle al azabache que había dormido con la oji-rubí solo para molestarlo, pero no lo hizo por dos motivos: el primero, porque Itadori estaba de regreso y el segundo, porque quería evitar que Yumiko interpretará sus acciones o lo dicho como si la estuviera tratando como un objeto (porque no lo era) y que por eso pierda su oportunidad de enamorarla (aún cuando ambos sabían que la pelinegra ya estaba enamorada del albino).

– ¡Yūji! ¡¡bienvenido de vuelta!! - dijo el más alto yendo a chocar la palma de una de sus manos con el menor a modo de saludo.

– Hola, ¡estoy de vuelta! - contesto correspondiendo el saludo de mano del mayor.

– Es bueno que estés de vuelta, Itadori-kun, ¿dónde está Mit-chan, A-kun? - habló la pelinegra mirando primero al pelirosa y después al azabache, recibiendo un saludo por parte del menor.

Ao guardo silencio antes de responder, no le gustaba pronunciar 4 de las palabras que debía decir.

– ...Yo no lo sé, pero Shiro si. Estábamos esperando que ustedes llegarán para que nos lo contará. - explico con la mayor calma que pudo y volteó a mirar al nombrado en cuanto lo nombró, obteniendo una mirada nerviosa por parte del castaño.

– Bueno... Es que... Como Mit-chan no aparecía... Hoy a la mañana mientras Itadori dormía... La fui a buscar siguiendo su energía maldita, pero en lugar de encontrarla a ella... Solo encontré marcas de pelea... No había ningún rastro de que ella estuviera ahí o lo que pasó después del combate. - explico nervioso jugando con sus dedos (manía que solo aparecía cuando estaba realmente nervioso).

El lugar se puso tenso de golpe, bastaba con ver a ambos azabaches y se entendía porque estaba tan tenso y silencioso todo.

Un aura oscura rodeaba a ambos, sus cuerpos tensos y mandíbulas apretadas, sumado a la increíble sed de sangre, le había helado la sangre al pelirosa, asustado a Shiro (quien se escondió detrás del albino) y hecho que Satoru se pusiera en guardia, porque incluso el más alto se había puesto nervioso.

– Mit-chan/Mitsuki esta desaparecida, probablemente la este pasando mal, ¿y tu recién lo dices? - preguntaron al mismo tiempo, con voz de ultratumba y una mirada escalofriante. – Satoru/poste andante, tu te harás cargo de Itadori-kun/el mocoso en lo que solucionamos esto, que no se te olvide que tienes que llevar a Itadori-kun/el mocoso con Ieiri para que se asegure de que esta bien, tampoco te olvides que tienes que hablar con el director Yaga, Shiro, tú ve con Haru y Fuyuko, lo mejor es que estés con ellos por si algo pasa, A-kun/Yumiko y yo nos encargaremos de buscar a Mit-chan/Mitsuki, no quiero errores. - dieron órdenes al mismo tiempo, con una coordinación que causaba escalofríos y un tono apagado y profundo que te helaba la sangre.

– S-si. - respondió el castaño por todos al borde del llanto, el miedo en su alma era demasiado, ahora más que nunca quería tener a Haru para que calmará a las bestias frente a él. – Si no supiera que no son parientes, pensaría que son hermanos... - pensó abatido y al borde de una posible crisis.

– Como la energía de Mit-chan/Mitsuki ya debe de haber desaparecido, guianos hacía el lugar donde se llevó a cabo la pelea antes de irte con Haru y Fuyuko, Shiro. - volvieron a hablar a la vez.

Shiro solo asintió y se dispuso a guiarlos, todo rastro de miedo había desaparecido de su rostro y en su lugar había una expresión seria, el espíritu no podía permitirse ser dominado por su miedo, los pelinegros claramente lo habían dicho, Mitsuki podría estar pasandola mal, no podía darse el lujo de tener miedo y llorar, porque ahora no estaba Haru para estabilizar todo.

Mi Mayor Problema |Jujutsu Kaisen|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora