Lo que esconde el antifaz (Finalizada)

El chico de Chongqing

Wang Yibo estaba demasiado ocupado que no podía tener algo de tiempo libre, grabaciones aquí, contratos allá; era portavoz de marcas reconocidas en su país además de ser parte de los conductores de un programa de variedades, por lo que apenas tenía tiempo para darse un respiro, así que de momento solo llegaba para dormir.

Durante esos días de trabajo, una de las grabaciones era una cápsula informativa para el programa de televisión que conducía, ésta tuvo lugar en un pequeño restaurante de fideos en Chongqing.
Yibo nunca había visitado esa ciudad, por lo que al llegar estaba atento a todo lo que tenía a su alrededor, caminaba con los camarógrafos para ubicar un buen lugar en donde grabar, filmaron un par de cosas y después fueron directamente hacia el restaurante para grabar aquella sección.

Yibo presentaba al dueño del pequeño restaurante y éste hablaba de sus fideos al estilo Chongqing con huevo semicocido, el cual era la especialidad de la casa principalmente por su sabor picante, pidió algunos platos para él y su staff, inmediatamente un chico que estaba tomando las órdenes pasaba por ahí y el dueño del lugar le dió la indicación para que pasara el pedido de la producción del programa y trabajaran en ello. Yibo tenía algunas preguntas preparadas las cuales memorizó para grabar una mini entrevista; mientras hacía aquello, un grupo de chicos pasaba saludando y entonces se colocaron en un pequeño rincón; una chica comenzó a tocar un pandero, un chico más tocaba la guitarra y el más alto de todos, el cual usaba anteojos, comenzó a hablar, interrumpiendo un poco el ambiente del lugar.

—Buenas tardes a todos, somos egresados de la Universidad de Artes y los molestamos nuevamente para recaudar algunos fondos pues queremos abrir un estudio fotográfico. Así que les trajimos un poco de música, espero la disfruten. De antemano, una disculpa si esto llegara a ser una molestia para algunas personas presentes.

Dicho esto, la música comenzó y los instrumentos de aquel grupo ambientaba el lugar, por su parte, el chico que lucía más joven de los tres, comenzó a cantar; su voz era sumamente dulce y llamaba la atención de cualquiera que lo escuchara, incluso la del mismo Wang Yibo, quien miraba desde su lugar a la distancia mientras escuchaba como el director del programa que estaba con ellos le indica al camarógrafo que vaya a tomar algunas escenas del restaurante y del grupo que estaba presentándose.

—Es bueno que pudiesen ver a Zhan hoy -comentaba el dueño del restaurante-.
—¿Zhan? -preguntó Yibo haciendo evidente que aquel nombre le llamó la atención, a lo cual el dueño asintió-.
—Ese chico es Xiao Zhan -dijo el dueño señalando al joven vocal-, él y sus compañeros llevan un par de meses viniendo de vez en cuando para juntar un poco de dinero, trabajan por las mañanas, quieren comprarse todo para hacer fotografías, son buenos chicos, les irá bien.

Yibo no escuchaba mucho lo que el dueño del restaurante decía pues estaba concentrado en el performance, la voz llena de sentimiento de Zhan, le hizo perderse por un momento, el chico llamó su atención sin duda; estaba perdido en sus propios pensamientos cuando la voz del director del programa lo despertó, pues debían continuar con lo planeado, a lo cual se concentró para culminar con la grabación.

Un rato después la producción del programa por fin estaban comiendo aquellos fideos; los ojos de Yibo estaban rojos y su rostro estaba plagado de gotitas de sudor, no era muy tolerante al picante a pesar de que fuese tan solo un poco lo que su plato tenía. Las cosas fluían tranquilamente y estaban por terminar con lo agendado, una vez que terminaron de comer, Yibo y el director estaban por despedirse del dueño del lugar cuando éste notó que el grupo de estudiantes estaba por retirarse y entonces los llamó:

—A-Zhan, muchachos vengan aquí -fueron pronto a dónde llamaron-, miren ellos son de la televisión, ¿por qué no les solicitan una oportunidad?
—Lo pude notar -dijo el chico al que llamaban "Zhan" mientras señalaba la cámara que tenían-, espero no molestáramos durante su trabajo -dijo cortésmente-.