Lo que esconde el antifaz (Finalizada)

Toscana - Parte 2

―¿Primera vez? ―Dijo aquel hombre de antifaz dorado, el aludido solamente asintió y el contrario reprimió una risa―. Eso explica todo...

Una vez tomados de la mano, simplemente lo siguió y sin darse cuenta ya se encontraban en el área VIP, Wang Yibo no se había dado cuenta el momento en que aquel sujeto que le había enviado la bebida un rato atrás simplemente miraba casi con desprecio al chico del antifaz dorado. Lo llevó hasta aislarlo un poco de las otras mesas de aquella zona mientras tenían una vista perfecta de todo lo que pasaba en Toscana, al poco rato los chicos Gogo con poca ropa se encontraban bailando mientras los chicos principalmente eran quienes animaban la fiesta, Wang Yibo se había quedado extrañado mirando aquello olvidando que ya prácticamente estaba con compañía.

―¿Estás ahí? ―Dijo aquel chico tronándole los dedos a lo cual el contrario reaccionó mirándole con seriedad hasta que...

―Tú... ―Dijo de pronto cuando volvió a escuchar la voz contraria, ahora con más claridad―.

El chico sonrió de lado sin dejar de verlo, Wang Yibo le veía ahora con mayor detenimiento, esos labios tan curiosos, esos ojos llamativos bajo ese antifaz dorado, y ese lunar... ese bendito lunar bajo el labio que siempre le volvía loco.

―J...―de pronto el contrario se acercó para taparle los labios―.

―Ni se te ocurra decir mi nombre ahora, nadie sabe que estoy aquí ―espetó entre dientes muy bajito cerca de su oído, a lo que el aludido asintió―... ¿sabes? ―dijo ahora más tranquilo retomando su lugar― No pensé que fueses a venir... No vives en estas tierras, ¿o si?

―Hace bastante que no vengo por aquí ―dijo también estando más tranquilo aunque no dejaba de ver al contrario, apenas podía creer que realmente ellos dos pudieron verse―.

―Oh, ¿conoces bien Beijing pero no conocías este lugar?

―Mi trabajo no me permite salir mucho.

―¿Y tu trabajo es...? ―al ver que el contrario estaba callado simplemente negó con la cabeza―Lo siento, no debo preguntar esas cosas, es muy pronto

El aludido no había dicho nada, primero porque lo que dijo anteriormente simplemente salió de la nada, se le había escapado básicamente así que prefirió buscar un modo de o cambiar de tema o hacer como si nunca hubiese dicho nada, se sintió aliviado al ver que el contrario fue quien hizo lo último.

―Ah...-Yibo intentó cambiar el tema también y simplemente preguntó algo que le rondaba por la cabeza desde que llegó―, ¿Por qué ellos me...?

―¿...miraban tanto? No seas tan ingenuo, querido ―Dijo con toda amplitud haciendo un ademán con su mano derecha― Nadie había visto a alguien como tú y menos con un antifaz tan llamativo como ese...tu complexión, tu altura, bueno... quieren comerte, y por lo que noto, pudieron verte algunos como su pasivo.

―¿Disculpa? ―dijo el contrario casi alzando la voz, por lo que el contrario comenzó a reír―.

―Querido, es muy normal que suceda eso, pero olvidaba que eres nuevo aquí.

―Y tú...

―Yo, digamos que...soy algo bastante conocido.

―Bueno deporsi tú...―estaba por decir algo más cuando sintió la fría mirada a través de aquel antifaz dorado y simplemente prefirió callar―.

En aquel momento un mesero pasaba por las mesas, a lo cual Yibo decidió llamar, tenía martinis en la charola y tomó un par para darle uno al contrario.