A medio camino Thomas me llama al móvil.
—He llamado a casa pero no estabais. ¿Va todo bien?
—Sí, he salido con Dulce para comprar unas cosas para la “simple” cena.
Thomas se ríe, ignorando que lo digo por lo que está organizando mi hermana.
—Hago las mejores barbacoas que hayas probado, y no tienen nada de simples.
—Lo imagino.
—Tener cuidado.
—Tranquilo cuidaremos de tu pequeña.
—Yo me iré con estos un rato a tomar algo, han venido a por mí.
—Pasarlo bien.
—¿No piensas felicitarme el cumpleaños?—Thomas me lo dice sonriendo.
—Aun no.
—Vas a ser la última.
—No creo—Sonrío y le cuelgo tras despedirme.
—Estas coladita por él, Ava y yo somos testigos de ello.
Ava me mira y sonríe.
—No sirve de nada estarlo.
—Pero lo estás.
—Desgraciadamente sí.
De camino a casa de Dulce le cuento todo lo que ha pasado con Thomas y mi horrible confesión. Dulce no se ríe, me comprende. Ya en su casa y mientras buscamos que ponernos, me cuenta que ella sabe muy bien lo que es amar un imposible y odiarse todo los días por eso.
—Lo siento—Comento a Dulce.
—Tranquila, lo tengo asumido. Cuando más lo quiero, más lo odio.
—Yo no odio a Thomas, pero no creo que pueda soportar verlo casado con Ainara, y ser su cuñada.
—Eso tiene que ser duro. Y sé lo que se siente al ver como la persona que te gusta y de la que hace tiempo que no sabes nada, es el novio de tu hermana.
—¿Te pasó?
—Sí. Pero bueno ahora vamos a ponernos guapas sin dejar de ser nosotras mismas y a quien no le gusta que no mire.
—Eso pienso yo.
Dulce saca más vestidos y me percato de que todos son de marca y parecen muy caros, no me encajan con imagen que tengo de ella, pero no se lo comento.
Dejamos a Ava en su carrito y le ponemos dibujos animados, pero no les hace mucho caso, pese a eso y al ver que no vamos corriendo a cogerla, al final se entretiene con los muñecos que tiene puestos en el coche.
Dulce me deja un vestido blanco de tirantes con toques de florecitas verdes y una chaquetilla de color verde y ella se pone un vestido lila que resalta aun más sus ojos.
—¿Te quieres maquillar un poco?
—Siempre me he visto muy rara cuando me maquillan para las fiestas.
—Yo no suelo maquillarme mucho, a ver si te gusta.
Me siento y la dejo pintarme y cuando termina me miro al espejo, me gusta la sencillez del maquillaje y como con poco me siento yo, pero con mis rasgos más resaltados, hace que sonría.
—Me tienes que enseñar.
Dulce se ríe y me lo explica, luego me aconseja dejarme el pelo suelto, recogido solo de un lado y me deja unos pendientes verdes. Cuando salimos las tres miro la pequeña casa de Dulce. Es acogedora pero no tienes muchas fotos en ella.
—¿Vives sola?
—Sí, mis padres viven con mi hermana a una hora de aquí.
—No tienes muchas fotos.
—No soy muy fotogénica.
Nos vamos tras cerrar la casa. Estamos casi llegando cuando Thomas me llama.
—¿Dónde estáis?
—Estamos llegando.
—¿Y tú?
—En mi casa—Por la forma que lo dice, sé que algo va mal.
—Has visto la que te ha organizado Ainara.
—Sí.
—Todo saldrá bien.
—No era lo que tenía pensado.
—Ella lo ha hecho porque creía que te gustaría.
—Lo que me hace pensar ¿hasta qué punto me conoce?
Su comentario me deja pensativa.
—No tardéis.
Cuelgo y miro a Dulce.
—No parece que le haya hecho mucha ilusión la fiesta.
—Tal vez solo está sorprendido, como todos—Alzo los hombros y vamos hacia la fiesta. ¿De verdad Ainara no le conoce? Pienso en la fiesta y en Thomas, y me pregunto si él, al igual que yo y sus amigos, hubiera preferido una fiesta familiar y con poca gente. La respuesta la sabré cuando lleguemos.
ESTÁS LEYENDO
"Enamorada del novio de mi hermana" (Thomas Brodie-Sangster y tu)
Random____ (tn) siempre se ha sentido diferente. Con sus 19 años no aparenta más de 15 y para eso no ayuda mucho que siempre lleve coletas porque le molesta el pelo para pintar. Hija de un importante empresario y además Marqués, nunca se ha sentido a gust...