Capitulo 15

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—Estamos en el siglo XXI no tienes por qué obligarte a querer a nadie.

—No me estoy obligando. Antes de que ______ llegara...

—Tal vez ese es el problema. Que tras conocer a ______ te has dado cuenta que sentir no es tan sencillo y que lo bueno a veces es complicado.

—Es lo mismo, además _____ se va a marchar.

—¿Sí? ¿Y no te molesta?

—No.

—¿Puedes dejar por favor de mentirme?

—No.

Ryan sonríe y yo con él.

—Estoy haciendo lo correcto.

—Si es lo que sientes...yo no soy el mejor consejero, hace años tomé el camino fácil.

—No es lo mismo, Laia y tu solo os lleváis unos pocos años...

—Eso debería darte igual, tu no sientes nada por ______ ¿no?

—No—Ryan sonríe y me siento molesto con esta charla que no lleva a ningún lado.

—Me gusta como estaba mi vida antes y voy hacer lo posible porque siga como estaba.

—Si es lo que deseas, yo te apoyaré decidas lo que decidas.

—No sé lo que deseo...—Le reconozco al fin, Ryan acerca su mano a mi hombro y me aprieta en señal de apoyo.

—Acabarás por saberlo.

Al poco rato de hablar con Ryan acabo por marcharme e ir a recoger a la pequeña a casa de Bianca. Al llegar a mi casa le hago su cena y la acuesto. Tarda mucho en dormirse y me quedo cerca hasta que deja de llorar y veo que se ha dormido, la arropo con su sabatina y le seco con cuidado sus lágrimas. Me mata verla llorar pero no puedo cogerla cada vez que lo hace, o al menos eso ponía en la cantidad de libros que me leí para prepararme para ella. Pese a ello, la verdad no te la pueden explicar en sus páginas, como cuidar a un niño lo sabes cuando tienes uno.

Mi vida ha cambiado y es hora que lo acepte, que deje de pensar en ilusiones, en enamoramientos infantiles y siga con todo lo que tenía marcado por el bien de la pequeña. Ella necesita una figura materna. Y Ainara...Me paso la mano por el pelo y al final decido dejar estos pensamientos que no me llevarán a ningún lado.

****

Estamos a viernes, y como los otros días cuando llega ______ le digo lo que Ava necesita, y me voy, y una vez más me quedo en el coche cuando entro, sintiéndome un estú.pido. Pero ¿Qué puedo hacer? No quiero hacerla más daño. Por las tardes _____  me ve aparecer y se va.

Esta rutina que hemos adquirido me está amargando, estoy cada días más huraño y Albert lo ha notado. El proyecto conjunto va bien, pero dice que llevo días distraído, yo sé que él está haciendo su parte y parte de la mía para que nadie note mi falta. ¡¡Esto no puede seguir así!! Tendré que buscar una solución.

Cuando llego a casa tras el trabajo ______ me está esperando en el sofá del salón, Ava ya ha comido y se está tomando su habitual siesta.

—He conseguido estos números—______ se levanta y me tiende un folio con varios números, dándome con ellos una solución a mi problema —Esto no puede seguir así, nos evitamos... si tanto te molesta verme. Aquí tienes los números de otras niñeras.

Los cojo y los miro sin ver nada. ¿Otras niñeras? ¿Qué ______ se va? Enseguida siento un nudo en el estomago y la idea de no verla cada día no me gusta, no quiero otra niñera. Sí, es una locura, lo mejor sería pasar página, que mi vida siguiera como siempre y que ______ desapareciera de ella. Pero en el fondo sé que aunque me cueste reconocerlo, nada sería igual.

—¿Es lo que tú quieres?

_______ por fin me mira después de casi una semana sin hacerlo, reparo en los signos de cansancio bajo los ojos.

—Lo que quiera ya no importa—Sus ojos están serios y un poco tristes.

Alzo la mano sin poder evitarlo y acaricio sus mejillas. Mientras siento su piel bajo mis manos una vez más el deseo me apremia. Mis ganas de abrazarla, de consolarla, de amarla, me poseen, sé que debo dejarla marchar.

—Está bien.

Me aparto de ella y la escucho coger sus cosas, no me vuelvo porque ahora mismo me está costando un mundo dejarla ir.

—Ya nos veremos.

Arrugo los folios en mi mano y me giro incapaz de hacer lo correcto.

—Nos vemos el lunes, no quiero otra niñera, te quiero a ti. Si tú no puedes soportarlo...

—Esa frase es mía.

La miro.

—Lo que a mí me molesta no es que no sientas lo mismo que yo—Habla con una madurez que yo hasta ahora no he tenido—. Ni que seas el novio de mi hermana. Es tu vida. Y tus sentimientos, los respeto—Aprieto la mandíbula porque por fin estamos hablando sin tapujos—. Lo que no soporto es perderte también como amigo. Es lo que pensé que éramos, independientemente de que yo fuera tan ton.ta de enamorarme de

ti.

Me quedo mirándola sin saber que decir, hace años que nadie me dice esa palabra, incluso Ainara nunca me ha dicho que está enamorada de mi, pero _______, pese a saber que soy el novio de su hermana y que no puedo ofrecerle nada, me lo dice con total sinceridad, sin esconder nada, sin engaños. Y haciéndome sentir un sin fin de emociones en mi interior.

—Debería dejar que te fueras. No quiero hacerte daño.

—No soy tan débil como piensas—La veo ante mí, erguida, y aunque lleva una coleta a un lado y su ropa infantil, no veo en ella la niña que vi el primer día, por primera vez veo a una mujer.

—Nunca pensé que fueras débil.

—¿Entonces?

—Yo tampoco quiero perderte como amiga, pero tus sentimientos...

—Tú lo has dicho, son míos y ya me encargaré de tenerlos a raya y olvidarte.

En este instante se me cruza por la cabeza la pregunta ¿Lo conseguirás? Y al pensar que sí, siento un gran desazón en mi pecho.

—Si en algún momento la situación te hace daño...

—Podré sopórtalo.

—Entonces te veo el lunes. Ava no podría estar en mejores manos y yo no podría tener una amiga mejor.

_______ por fin sonríe y es como si su sonrisa iluminara toda la habitación. Cuando la he echado de menos.

—Nos vemos el lunes.

Recuerdo entonces la cena a la que me ha invitado Ainara que iremos con sus padres.

—¿Iras a la cena de mañana?

—No, demasiado hice acudiendo a la del otro día, odio esas fiestas, mi padre lo sabe y no me obliga a ir mas que a las necesarias.

Me sonríe y se cuelga la mochila al hombro.

—Nos vemos el lunes, pasarlo bien.

Se va y me acerco a mirar como sube en su moto. Sé que he hecho lo correcto, pero una parte de mí se niega a aceptar lo que a pasado, se niega a creer que tras su confesión la deje irse. Pero es lo mejor, yo no siento nada por ella... ¿Seguro? Odio esta conciencia mía que se niega a estar callada cuando más necesito que no me atosigue con sus estú.pidas preguntas.

Es lo mejor. Me digo y acallo mi mente para que no me vuelva a preguntar algo para lo que no tengo respuesta.

"Enamorada del novio de mi hermana" (Thomas Brodie-Sangster y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora