SOUL MATE (GenSen)

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Okey era más fácil decirlo que hacerlo.

Gen sabía que la única forma de conseguir silencio por parte del otro era averiguando su nombre, pero ¿Cómo hacerlo?

Había estado prestando especial atención a los pensamientos del otro durante todo el día. De hecho desde siempre le estaba prestando atención, pero le ignoraba de vez en cuando para poder concentrarse en su trabajo. Tenía que trabajar por dios.

Pero en esa ocasión en particular había pedido los próximos tres días libres como descanso del trabajo y estaba dedicando todo su día a escuchar a su Soul mate por si se le salía su propio nombre, pero no estaba funcionando y se estaba estresando.

Ya iba por la tarde del tercer día y estaba desilusionado.

–  ¡Vamos! ¿Qué tan difícil puede ser pensar tu propio nombre de vez en cuando?

Se estaba quejando mientras estaba recostado en el suelo de su cuarto con las piernas apoyadas en la cama. Había adoptado esa posición luego de horas de no saber qué hacer consigo mismo además de escuchar al otro pensar.

Al parecer su alma gemela solía salir a probar sus experimentos con alguien más, parecía un amigo de la infancia o muy cercano al chico, un tal “Grandulón” Según las mismas palabras del joven genio. Aunque a Gen le daba ternura como parecía que aunque el otro no entendiera ni la mitad de lo que estaban haciendo el chico genio le explicaba los procesos a su amigo para que entendiera más o menos lo que estaban haciendo.

“Es solo una reacción química…”

“No. Pero parece que está empezando a entender, con otros términos puede ser…”

“No hace falta que siempre grites mi nombre. Estoy a tu lado tonto…”

Allí estaba lo que Gen quería saber.

Se retorció en el suelo intentando acomodarse mientras prestaba especial atención a los pensamientos del otro.

–  Vamos dilo, di tu nombre por favor. ¡DILO!

Estaba desesperado.

“Ahora que lo entendió vamos a probarlo. Este experimento es muy emocionante al cien billones porciento”

Nada. Nada. Nada.

Ese niño no pensaría en su propio nombre. No lo diría ni una sola vez.

Y Gen estaba empezando a sospechar que eso era algo que su Soul mate estaba haciendo al propósito.

–  Bendito genio ¿Por qué otra razón no pensaría nunca ni en su propio nombre, ni en el de sus amigos, sin mencionar el nombre de algún familiar? Exacto lo está haciendo adrede.

Gen tenía razón. Todo cuanto escuchaba con respecto a las personas que rodeaban a su alma gemela eran alias, sobrenombres, referencias…

Si era el mejor amigo del chico era un tal “grandulón” y si era su padre se refería a él como “el viejo” Pero nunca, ni una sola vez revelo su nombre y tampoco el de la escuela o algún lugar público donde fuera a estar.

–  Es tan listo que me dan ganas de llorar.