Preludio A La Pasión.

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Y el señor Dios mandó al hombre diciendo: De cada árbol del jardín puedes comer libremente, pero del árbol del Conocimiento del Bien y el Mal no comerás, porque en el día que lo hagas, seguramente morirás.

Génesis 2: 16,17.

El Fruto Prohibido, según la Biblia, es el nombre de un fruto que crece en El Jardín Del Edén y al que Dios ordena a la humanidad no comer.

Adán y Eva comen el fruto del árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, como consecuencia son exiliados del Edén.

La metáfora que por generaciones hemos escuchado, aquel fruto que representa el pecado, la víbora siendo una tentación y, el humano, débil y ansioso de probar cosas nuevas.

Somos tan débiles al deseo, esa curiosidad de saber que placeres nos pueden ofrecer las nuevas experiencias, donde decidimos arriesgarnos aunque las consecuencias sean escabrosas.

Pero... Lo prohibido es lo que sabe mejor.

Esa adrenalina corriendo por nuestras venas ante la probabilidad de que nos descubran, mentir para cubrir nuestras espaldas y la de nuestros cómplices, ese camino exquisito, la linea delgada entre el bien y el mal.

Al final, terminamos cometiendo el pecado, igual cómo lo hicieron Adán y Eva, condenando a la humanidad entera al sufrimiento para que, al final, nuestras almas disfruten del Edén, durante nuestro camino se nos presentan alegrías, tristezas, regocijo y llanto, algo con lo que nacemos y morimos.

Entregarse a la tentación, todo el placer siendo consumido, deseo que se funde en nuestras venas, escenarios llenos de exquisitez y delirio.

Vivimos con reglas, normas que debemos cumplir para no cometer alguna indulgencia o placer que se considere ilegal o inmoral.

Arriesgarse, aventurarse en playas mojadas, humedad entre los dedos, sabor a sal en la lengua, un dulce jugo correr por la garganta, un desliz lento entre pieles, un ascenso de temperatura peligroso, delicioso peligro.

Hay placeres más peligros que otros, desde nuestra niñez nos enseñan a no tomar pertenencias que no son nuestras, pedir y recibir en el momento indicado, así crecemos, con la educación que tenemos en casa, valores que son fundamentales para la formación de una mejor sociedad.

Pero siempre deseamos algo que no puede ser nuestro...

Ya sea un caramelo, un juguete, alguna prenda de vestir... Una persona.

Cuando la sociedad te impone que no puedes amar a alguien, que debes reservar tus deseos para otra ocasión, que un simple beso puede derrumbar tu vida, la gente señalándote con el dedo, un dedo que te juzga y critica sin conocerte.

¿Qué pasa cuándo se rompen las reglas?.

Cuando decides cruzar la línea delgada, el fuego en tus venas es tal, que necesitas apaciguarlo, aminorar tus ansias de deseo. Piensas que solo necesitas una y después, una noche se vuelve en dos hasta que las horas de entrega son insuficientes.

Un maestro y un estudiante.

Una manzana y un hambriento.

Una noche llena de sexo y pasión.

Un néctar adictivo corriendo por la garganta.

Peligro con cada roce de dedos.

Porque un maestro no debe sostener relación alguna más allá de lo profesional con su estudiante.

Nada de "¡Oh Daddy, más duro!, ¡Sí, así!, Merezco que me azotes porque he sido un niño malo".

Tentador, ¿No?.

Tentación cuándo se viste con prendas ajustadas, esa mirada inocente, una sonrisa pícara, provocador al momento de caminar, susurros cerca de su oreja, uñas rasgando su espalda, gemidos desbordantes de placer, extremidades flojas, rostro sonrojado y besos pasionales.

Abrázame, Bésame Y Si Quieres... Muérdeme.

Hay que romper las reglas por una vez, no siempre debemos cumplirlas al margen, merecemos ser libres y sin prejuicios, que nuestros deseos no dicten nuestra educación, disfrutar un momento de placer sin recibir miradas de reproche.

Entonces los fetiches salen a luz, un descuido puede hacer que la Torre de Babel caiga, al igual que Adán y Eva fueron expulsados del Edén, las consecuencias de nuestra pasión pueden ser devastadoras y costar demasiado.

Tú con tu pierna entre mis piernas, yo suavecito acariciando tus caderas.

Jugar con fuego y quemarse, tan fácil como eso.

La curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo.

Si Adán y Eva pecaron, ¿Por qué tú y yo no podemos?.

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Les doy la bienvenida a Fruto Prohibido, una historia Daddykink con su respectivo toque de drama, tendremos a un Emilio mojabragas exquisito, espero y disfruten de este viaje erótico 😉.

Habrá BDSM y escenas violentas que son delicadas, ahora , tendrán su respectiva advertencia cuándo sean capítulos subidos de tono 😳.

El Síndrome del Supermacho se irá tocando y la explicación será lo más clara posible, les aseguro que disfrutarán mucho de ésta historia y estoy muy emocionada por que conozcan más de los personajes 💕.

Nos leemos la próxima semana 🤍.

Good day sunshine 😌.

Fruto Prohibido | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora