07. Fin Del Contrato.

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Un nuevo día empieza.

Después de un desayuno sin tanta tensión, le ayuda a las hermanas de Emilio a resolver la funciones integrales.

- De verdad que no entiendo como logras resolver esto - Sevda suspiró con cansancio, negando con la cabeza.

- Entiendo porque mi hermano va a casarse contigo, tienes una inteligencia increíble - Ümit mencionó, dejando su libreta sobre la manta.

Algo en Joaquín se removió, su intento de sonrisa salió mal, las gemelas son bastante inteligentes para poder leer la expresión de Joaquín.

- Sabemos que no tienes 20 años y eres un estudiante de Emilio, mi padre no es gustoso de la tecnología pero nosotras sí - Sevda habló con tono amenazante.

- No le hagas tanto caso, éste es nuestro secreto. A Emilio siempre le ha gustado hacer rabiar a papá, viven en constate guerra desde que Emilio decidió dedicarse a las matemáticas en lugar de tomar el lugar que le corresponde en la empresa - Ümit sonrió confiada.

- Joven Joaquín, el señor Marcos quiere hablar con usted - Una empleada se acercó, interrumpiendo la charla.

Joaquín se levantó del césped y acomodó sus prendas, yendo por el camino que le indicó la empleada hacia la oficina.

Mentiría si dice que no está nervioso, sobretodo sobre la información que Sevda le dijo, ellas saben parte de la verdad y guardarán el secreto, lo cual le calma un poco.

Llegando a la puerta correspondiente, dio los toques necesarios y esperó a que se le otorgue el permiso de entrar.

Cuándo una voz sonó en señal de que podía entrar, limpió sus palmas sudorosas en su ropa y giró el pomo de la puerta, entrando con sutileza, la imagen de Demir tras el escritorio, imponente y estricto, ¿Acaso todos los hombres con el apellido Marcos son iguales?.

- Toma asiento, Joaquín - Señaló el hombre, mirando al chico temeroso acercarse y tomar asiento frente suyo, suspiró un poco como si su lengua estuviese preparándose para escupir todo el veneno - Nunca entenderé a mi hijo, ¿Sabes?. Ese gusto por llevarme la contraria en todo, no comprende que todo lo que quiero es que el negocio familiar quede en buenas manos, cada que viene de visita siempre es un chico diferente, el último ni siquiera sabemos de donde lo sacó, se notaba que no era de nuestro estatus social pero tú, Emilio dio en el blanco esta vez.

Joaquín mira ingenuo al hombre, ¿El último?, ¿Siempre lleva uno diferente?, Su cabeza da tantas vueltas y se siente tan pequeño y pisoteado.

- Muy bien, no voy a darle más vueltas al asunto - Habló confiado, buscando entre la montaña de papeles uno específico, al encontrarlo lo extendió hacia Joaquín, dibujando una sonrisa maliciosa - Verás Joaquín, soy un hombre de negocios y sé que el dinero no es algo que te haga falta pero mi oferta es la siguiente: Un cheque en blanco, puedes poner la cantidad que quieras a cambio de dejar a mi hijo.

Incredulidad pura resalta en su rostro, lentamente desvía la mirada del rostro de Demir y la dirige al cheque, recordando que Emilio hizo la misma propuesta cuando le pidió una noche de sexo.

La respiración queda atorada en su garganta, tiene ganas de llorar, gritar y soltar dolor, usado como un juguete al que se le han acabado las baterías y es momento de desechar.

- No voy a aceptar nada, ¿Se piensa que todo el dinero y los lujos del mundo pueden comprar los sentimientos?, Está totalmente equivocado, Demir Marcos. Yo no dejaré a Emilio por nada ni por nadie porque el amor que le tengo es más fuerte que cualquier cosa que usted me pueda ofrecer - Habló decidido, en sus 17 años no había sentido tanto valor como ahora, con el señor Demir Marcos boquiabierto - Si no tiene nada más que agregar, me retiro.

Fruto Prohibido | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora