08. Discoteca.

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- Mierda, Joaquín. De tanto que borras vas a terminar rompiendo la hoja.

Diego se ganó una mirada fulminante por parte de Joaquín, gruñó y suspiró con cansancio.

- Marcos se ha vuelto un imbecil contigo.

Diego volvió a hablar y con mucha verdad.

Después de su viaje a Las Vegas, una semana pasó en plena normalidad pero luego se convirtió en una guerra.

Miradas retadoras, ecuaciones complicadas y una tensión que se podía palapar en el ambiente.

Ahora Emilio tenía la misión de hacerle llorar de la desesperación, sólo él debía resolver las ecuaciones difíciles y tener sumo cuidado con los signos.

Joaquín levantó la mirada de su libreta con lentitud, mirando a la pareja de entre la muchedumbre de estudiantes, las sonrisas en sus rostros, el atrevimiento de él a darle un beso le hizo dejar de mirarles.

- Son la pareja del momento, al menos eso dicen por los pasillos, solo con ella Marcos deja de ser un león a punto de cazar a su presa - Dijo, Franco mientras sorbía de su malteada de fresa.

Joaquín sintió una hiel amarga insoportable, todo había cambiado, su corazón se rompe cada vez que ve a Emilio con Fabiana, felices y demostrando su amor sin ningún tipo de barreras.

- ¿Qué tal si vamos este fin de semana a la discoteca? - Propuso Matilda, llamando la atención del grupo de amigos.

- Suena bien, yo me apunto - Dijo James.

- Yo...

- Vamos, Joa. No puedes poner pretextos, hace tiempo que no salimos, hay que distraernos un poco - Diego le interrumpió y Joaquín asintió a regañadientes.

- De acuerdo, debo ir a clase de geometría, nos vemos luego - Franco se despidió y después el grupo de disolvió hasta que Joaquín fue el único que se quedó.

Metió sus cosas a su mochila, dispuesto a irse a su próxima clase, sintiendo la mirada de alguien, su instinto le hizo mirar hacia donde estaba Emilio, encontrándose con el hombre viéndole fijamente, un frío le corrió por la espina dorsal, esos orbes chocolate tan penetrantes que le incitan a romper todas las reglas del instituto y...

El timbre sonó, Emilio fue el primero en dejar de mirar y le dio la espalda, le vió desaparecer y a su corazón se añadió una nueva grieta.

Y sí, lo mejor para él es ir de rumba y olvidarse de todo por un momento.

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Es viernes por la noche y la vida nocturna de Miami les da la bienvenida en una de las mejores discotecas del estado de Florida.

El aroma a cigarrillos, alcohol y sudor llega a sus narices, se recuerda que debe relajarse, Emilio Marcos no está ahí, no existe ahí y de seguro debe estar en un restaurante recatado junto a Fabiana Kemper.

- Vamos por algo de beber, me muero de sed - Habló James entre la música.

Rápidamente se dirigieron a la barra, hombre y mujeres le guiñan el ojo y le dicen algún piropo.

Y su lema es: Me Visto Para Matar Pero Con Buen Estilo.

No tiene reproche al decir que aquella frase de Freddie Mercury es su motivación.

Vestirse con lo mejor de su guardarropa, unos jeans de mezclilla negra entallados, un crop top de cuero negro, su chaqueta negra de cuero preferida y sus botines del mismo color.

Fruto Prohibido | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora