Una semana más transcurrió.
Ni una sola noticia de Emilio.
La preocupación crece.
Ahora está en su cama, pensando en todo lo que pasó junto al rizado.
Esa primera vez.
Aquel contacto que le estremeció todo.
Su primera mirada.
El contrato.
Y la espera del hombre.
La puerta de su habitación es tocada, permite el acceso y Camila entra para entregarle un sobre.
- Un hombre vino a dejarle esto, joven Joaquín - La mujer habló con amabilidad.
- ¿Dijo su nombre o quién lo mandaba?.
- No, solo dijo que era importante.
- Gracias - Dijo por último y Camila salió de su habitación.
Con lentitud desprendió la lengüeta del sobre, dentro había una nota y una tarjeta.
Te espero a las 20:00 p.m. en el hotel de nuestro primer encuentro.
- Emilio.
Tan simple como eso.
Tan simple que le removió hasta la última fibra de su cuerpo.
Tembló y sus nervios subieron de nivel.
No sabe con seguridad cuantas veces leyó aquellas palabras, su mente le da tantas vueltas al asunto.
Justo cuando estaba por darse por vencido, aquello que estuvo esperando por 6 días llegó y ahora no sabe que hacer.
Mira el reloj despertador sobre su cómoda y marca las 17:39 p.m.
Muy bien, a poner manos a la obra.
Se levanta rápidamente de la cama y va directo al cuarto de baño, prepara la bañera con agua tibia, algunas sales relajantes y todo lo necesario para una buena ducha.
Mientras la bañera se llena, busca que ropa usar, no tiene con certeza que clase de "cita", si se le puede llamar así, va a tener con Emilio.
¿Provocativo o casual?.
De regreso al baño, una vez escogió las prendas que va a utilizar, cierra el grifo y procede a desvestirse, se detiene al estar sin ni una prenda, un poco de inseguridad le llega de pronto, va pronto al espejo de cuerpo completo que tiene, observa su cuerpo con detenimiento.
Ha perdido un poco de peso después de regresar de Las Vegas, su piel luce más blanca, aquellas marcas que alguna vez adornaron su piel han desaparecido por completo y sus rizos han crecido.
Borra todos aquellos pensamientos que tiene, se recuerda que solo van a charlar, será un momento para hablar y nada más.
Y de ser lo contrario, es tan seguro como el infierno que Emilio sigue adorando con vehemencia su cuerpo, toda esa belleza heredada por su madre.
Convencido va de regreso a la bañera y se funde en el calor del agua, las sales de baño hacen su trabajo, se permite relajarse pero no tanto para evitar llegar tarde.
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Fruto Prohibido | Emiliaco
Fiksi PenggemarFruto Prohibido, así le llaman, pocas personas le han probado... Cuándo su néctar corre por tu garganta, se vuelve en una adicción de la que no saldrás tan fácil... • Daddykink. • Smut explicito y lenguaje vulgar. • Emilio tops¡ Joaquín bottom! • Se...