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//Jericho//

Camino de un lado a otro por la sala de espera; apenas y los rayos de luz del día se hicieron ver, desperté de inmediato para regresar al hospital; son las 7 a.m. y no he conseguido noticia alguna sobre el estado de mi hermano.

--Tranquila, tarde o temprano vendrá alguien para dar información-- oigo decir al peli-blanco, pero lo ignoro por completo.

Se que debo de mantener la calma y pensar positivo, sé que debo, pero simplemente no puedo.

--Oye, ya basta-- me toma del brazo sin ser brusco para sentarme en una de las tantas sillas que yacen en este lugar --así solo vas a aumentar tu ansiedad.

--Está bien...ya voy a calmarme-- digo y suelto un suspiro con frustración.

No pasan más de cinco minutos cuando un médico de no más de 50 años aparece-- ¿Familiares del joven Gustaf?-- llama la atención todos los presentes y de inmediato me pongo de pie.

-- Yo...yo soy su hermana-- tartamudeo y trago duro, puedo sentir como mi pulso se acelera.

-- ¿Jericho?-pregunta el hombre de bata blanca.

-- Así es-respondo.

-- Bien, parece ser que por fortuna tu hermano esta fuera de peligro. Le hemos realizado algunas radiografías y otros análisis para descartar un posible traumatismo por el golpe en la cabeza, pero todo está en perfectas condiciones, aun y cuando perdió algo de sangre en el trayecto, se logró recuperar-- explica con amabilidad.

Esas palabras son todo lo que necesitaba oír.

--E....entonces, ¿ya puedo pasar a verlo? -- hay desesperación y emoción en mi voz.

- -Por supuesto, le hará bastante bien verte--sonríe--desde que despertó no ha dejado de mencionarte.

-- ¿En serio? -- mascullo y mis ojos se vuelven vidriosos.

Asiente--ven, acompáñame para que puedas verlo -- indica.

Antes de seguir al doctor, me giro un poco para ver a Ban, el cual también tiene dibujada una tierna sonrisa en su rostro--te lo dije--se cruza de brazos-anda, ve con él, yo aquí esperare.

--Gracias--agradezco y sin más me encamino al encuentro con Gustaf.

Tras recorrer un largo pasillo, la habitación 036 está a un paso; abro despacio la puerta y entonces por fin lo veo; en cuanto nuestras miradas se conectan siento un escalofrió, las lágrimas no se hacen esperar y sin querer suelto un sollozo antes de correr a lanzarme a sus brazos.

--Jericho, yo...yo--dice en mi oído para luego soltarse en llanto--lo siento, he sido un maldito contigo--se abraza con fuerza a mi--perdóname, por favor.

--No hay nada que perdonar--acaricio sus lacios cabellos.

-- Perdón; todo este tiempo estuve cegado por un amor que nunca fue real, me deje llevar y olvide la gran promesa que hice a mis padres ante su tumba.

--Hermano, por favor-me acurruco en su hombro-- yo jamás te odie o te guarde rencor.

--No te merezco--suelta con sentimiento, y los dos nos separamos para poder vernos cara a cara--prometo que jamás me iré, te prometo que voy a reparar mis errores--toma mi mano y la aprieta un poco.

Cuando las lágrimas cesan, las cosas se aclaran; Gustaf se toma el tiempo necesario para contarme todo a detalle. Si, tenía razón, se dejó llevar por el amor, pero no uno real, esa mujer solo quería su dinero, pues en realidad ella tenía otra vida con esposo e hijos. Mi hermano realmente la amaba, incluso hizo lo que le pido: abandonarme para que se fueran a vivir juntos lejos de mi existencia. Si, a veces uno puede llegar a cometer locuras estando enamorado.

VIOLET- Ban x JerichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora