VIOLET- Ban x Jericho

~19~

//Ban//

Tiene que ser una broma, y una de muy mal gusto. ¿Elaine ya volvió de Japón?, ¿En verdad ha regresado?...pfff... será mejor que lo averigüe.

--¿Dónde está ella?-- le pregunto a King.

--Está durmiendo en mi habitación. Llegó hoy pasadas las seis de la mañana--responde de mala gana-- ni se te ocurra ir a despertar...--no dejo que termine la frase, cuando me escabullo por mi cuenta.

Con sumo cuidado abro la puerta de la habitación de King, y si, efectivamente ahí está; durmiendo tranquilamente en la cama. Me adentro sin hacer ruido alguno hasta acercarme.

No sé cómo sentirme al respecto, se supone que debería de emocionarme y alegrarme por su regreso; pero no es así. Quizás sea por qué fue algo muy inesperado, sí, eso debe de ser.

--¿Ban?-- una tierna y adormilada voz me invade.

--Hola, Elaine--le digo en un susurro, y me siento a su lado.

--¡Te extrañe tanto!--me abraza con cariño.

--Yo también te extrañé--le sonrió y trato de sonar convincente.

--¿Dónde te metiste?, los chicos y yo tratamos de localizarte, pero nada--hace un puchero con preocupación.

¿Dónde me metí?...mierda

No sé cómo contestar a eso, lo mejor será esquivar la pregunta sin que la conversación pierda sentido.

--Lo siento. Sabes bien que no me llevo bien con la tecnología; tengo varios días sin usar el celular.

--Eso explica por qué no contestaste ninguna de mis llamadas ayer--dice tristemente.

Y es justo aquí cuando me doy cuenta de lo estúpido que he sido con ella. Pude haber respondido a sus llamadas, sin embargo no lo hice.

--Elaine, yo en verdad lo siento--depósito un corto beso en su cabeza.

--Ban, no vuelvas a hacer eso. No sé qué sería de mi si algo te pasa--habla con melancolía.

--Linda, no pienses en eso--la abrazo.

--Está bien, está bien, ahora dime, ¿dónde estuviste anoche?--vuelve a preguntar.

Quiero que me trague la tierra y ya jamás me escupa.

--Fui a beber por mi cuenta; sin querer me excedí un poco, así que dormí en el auto para evitar un accidente--explico brevemente.

--¡Ban!, ¿cómo se te ocurre?--exclama molesta.

--Si, lo acepto, es una locura. Fue una estupidez, pero ya estoy aquí, sano y salvo--le sonrió sin mostrar los dientes.

--Eres un cínico--niega divertida--mi cínico favorito--agrega y la pequeña rubia me tumba en la cama, tomándome por sorpresa; se coloca encima de mí, y me besa sin previo aviso. Le correspondo a cómo puedo.

--Estas algo tenso, ¿pasa algo malo?--se separa de mí, para analizarme.

--No es nada-- consigo responder.

--Amor, sabes que puedes contarme lo que sea, soy tu novia-- acaricia mi cabello sutilmente.

--No es nada, tranquila-- repito y está vez soy yo quien la sorprende con un apasionado beso en los labios.

--Te creeré-- dice, y en eso se hace sonar la puerta, interrumpiendo por completo la íntima atmósfera.

De inmediato me aproximó para encontrarme con el capitán--Perdón si interrumpo algo importante—habla con picardía --solo vine a informarte que puedes tomarte el día libre, nosotros nos las arreglaremos.